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¿Te va a sustituir un robot? Quizá sí

El mundo en el que vives ya se ha transformado profundamente gracias a la llamada cuarta revolución industrial, pero se va a transformar aún más en los próximos 20 años. La inteligencia artificial, el Internet de las cosas, el Big Data o el Blockchain son tecnologías avanzadas y disruptivas que serán las protagonistas de esta revolución social, económica y empresarial. El Foro Económico Mundial pronosticó el año pasado que 75 millones de puestos de trabajo podrían haber desaparecido en todo el mundo en el año 2022. Sin embargo, también dijo que se podrían crear otros 133 millones de nuevos puestos de trabajo. Algunas nuevas profesiones desconocidas surgirán en el futuro acorde con esta situación. Apenas quedan 2 años para que esa impresionante predicción pueda materializarse.

En cualquier caso, este dato nos tranquiliza en cierta medida, ya que la extendida idea de que los robots van a sustituir a la especie humana en el ámbito laboral pierde mucha fuerza, puesto que se creará el doble de nuevos trabajos respecto a los que se eliminarán. Obviamente, los trabajos que sean más mecánicos, repetitivos y de poco valor van a ser sustituidos implacablemente por la tecnología. Pero los trabajos donde el ser humano aporte un valor diferencial a los robots van a continuar y aumentar.

Los «replicantes» (robots idénticos a los humanos) de la película «Blade Runner», de 1982.

Así que el miedo a los robots es totalmente infundado y quizá tiene más que ver con las películas de ciencia ficción que hemos visto desde hace muchos años, incluyendo la mítica «Blade Runner» estrenada en 1982, donde los robots eran físicamente indistinguibles de los humanos, e incluso eran capaces de sentir emociones, o la fabulosa «2001, una odisea del espacio» estrenada en 1968, en la que el robot Hal 9000, que se encarga del mantenimiento de una nave espacial, llega a actuar en contra de los astronautas de la nave, asesinando a varios de ellos. Cuando el único astronauta superviviente logra desactivarle, el robot Hal 9000 demuestra emociones como el miedo y tristeza a medida que toma conciencia de que va a morir. Desde aquel año 1968 han pasado más de 50 años y aún no se conoce nada similar. Está claro que la imaginación del hombre va mucho más lejos que la realidad.

Ray Kurzweil, co-fundador de la Singularity University y director de ingeniería de Google, defiende desde hace años que los robots, lejos de convertirse en una amenaza para los seres humanos, lo que está haciendo ya y va a producir en el futuro es mejorar y engrandecer la especie humana, creando una especie de superhombre, mucho más avanzado que el actual. Kurzweil definió la singularidad como el momento en que el hombre y la máquina se fusionen, para dar a luz a un nuevo superhombre. Estamos más cerca de la singularidad de lo que pensamos.

Pero más allá de predicciones futuristas espectaculares, en lo que todo el mundo parece coincidir es que los robots van a sustituir, en términos laborales, a las personas que se acomoden y no tengan una actitud de permanente de aprendizaje, reciclaje, formación y desarrollo continuos. Así que, en realidad, la autocomplacencia o la creencia de que ya lo sabes todo y la comodidad de quedarte en tu zona de confort, son realmente las mayores amenazas que tienes en los próximos años de tu carrera profesional. No dudes que si no espabilas, las tecnologías te sustituirán, independientemente de la profesión que desarrolles ahora.

¿Y cuales son las competencias y habilidades más importantes que debemos desarrollar? ¿Cual es el valor único que podemos aportar como seres humanos, y que no sea replicable por un robot? Pues precisamente lo que tiene más que ver con nuestra humanidad única, aparte por supuesto de las imprescindibles competencias tecnológicas. Es decir, la inteligencia emocional, la empatía, la creatividad, la capacidad de comunicarnos de forma efectiva, la apertura mental, la flexibilidad ante el cambio o la capacidad para resolver problemas complejos de forma improvisada serán competencias fundamentales en el futuro. Hay quien dice, por supuesto, que incluso estas habilidades tan intrínsecamente humanas van a ser también desarrolladas mejor por los robots en el futuro. Sin embargo, al menos de momento esta predicción no tiene fundamento ni tiene posibilidad de producirse, según los expertos.

Aún así, hago aquí una reflexión más sobre la influencia de la transformación digital de nuestro mundo. No sé si te ha sucedido pero al menos yo, en muchas ocasiones de la vida cotidiana, preferiría que me hubiera atendido un robot a un ser humano. En demasiadas ocasiones he comprobado la falta de inteligencia emocional y empatía de la mayoría de los médicos que me han atendido a lo largo de mi vida, e incluso su pobre capacidad para hacer un buen diagnóstico de lo que me sucedía a mí o a mis hijas. También he sufrido la poca empatía o baja habilidad para resolver problemas de cajeros de supermercados, de empleados de tiendas de moda o de profesionales de atención al cliente de bancos y otras empresas. Por no hablar de la atención telefónica.

Hoy aún los robots no están lo suficientemente avanzados para mejorar la respuesta de los humanos mediocres en estas situaciones, pero en poco tiempo lo harán. Por eso, es tan importante tener la permanente inquietud y curiosidad por seguir mejorando como persona y como profesional (algo que es totalmente indistinguible), por seguir formándote y aprendiendo. Y te soy sincero, basado en mi experiencia como coach y formador de miles de personas en los últimos 13 años, he visto muy pocas personas que tengan realmente esta actitud apasionada y proactiva de desarrollarse y cambiar lo que sea necesario de sus actitudes o conductas. Es mucho más cómodo no cambiar, continuar en nuestra zona cómoda, pensando erróneamente que las cosas seguirán igual.

Nada seguirá igual, de hecho la velocidad del cambio es cada vez más exponencial, y sin apenas darnos cuenta, todo nos habrá desbordado y nos encontraremos sin trabajo, a años luz de lo que el mundo y el mercado profesional demanda de un ser humano.

Potenciar al máximo nuestra humanidad, esta es la clave. Potenciar y desarrollar en uno mismo lo que nos hace grandes a los seres humanos como es la creatividad, la curiosidad, la apertura mental, la capacidad de improvisación, la flexibilidad y la inteligencia emocional. A mí no me cabe duda que es mucho lo que nos hace grandes. No deja de asombrarme el nivel de evolución y progreso que la especie humana ha logrado en los últimos 100 años, a un ritmo ni siquiera comparable con lo que ha evolucionado el resto de su existencia.

Conclusión: si quieres triunfar en el mundo que viene, no puedes acomodarte ni creer que lo sabes todo y que no tienes nada ya que mejorar o aprender. Si es así, estás muerto profesionalmente (y desde luego, como persona). Por el contrario, una de las grandes habilidades que marcarán la diferencia en el futuro es la proactividad. La proactividad significa actuar ahora y no esperar a que sucedan las cosas para tener que reaccionar de urgencia, porque en muchas ocasiones será ya tarde para reaccionar. Proactividad significa actuar ahora para formarse y mejorar, quizá contratando un coach para que te ayude a lograr desarrollar esas habilidades fundamentales que he mencionado, quizá apuntándote a un Master especializado. El mundo pertenecerá a los proactivos, a los que deciden diseñar su futuro, y no a los que reaccionan o tratan de gestionar sus circunstancias.

Una de las habilidades esenciales de la cuarta revolución industrial será, como he dicho, la comunicación efectiva. Comunicarse con los demás con inteligencia emocional, para generar entornos positivos de colaboración, para fomentar el entendimiento y la empatía, para resolver conflictos, para incrementar nuestra capacidad de influencia y persuasión es y será fundamental.

Ahora puedes ser proactivo/a y dar un gran paso apuntándote al próximo taller de Comunicación influyente que voy a impartir el próximo 29 de noviembre, donde aprenderás y practicarás las herramientas y técnicas clave para comunicarte con los demás de manera efectiva, tanto en tu vida personal como en el entorno profesional. Pincha en el link a continuación para ver la información detallada de este taller. Taller de comunicación influyente. 2ª edición

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

5 hábitos positivos para empezar bien el curso

Fotografía de Teresa Carril

¡Se terminó el verano! Muchas personas están llorando y lamentándose de lo corto que ha sido, de lo breves que han sido las vacaciones. ¡Y es verdad! Hemos tenido tiempo para descansar, desconectar, disfrutar y estar con nuestros seres queridos más tiempo del habitual. Y claro, ahora nos cuesta volver al trabajo, las obligaciones, etc.

Sin embargo, septiembre es un mes idóneo para replantearte determinadas rutinas o decisiones que no estaban aportándote nada positivo antes del verano. Si empezamos a tomar unas cuantas decisiones pequeñas pero importantes, empezaremos el nuevo curso con energía positiva y eso nos puede llevar a generar unos pequeños hábitos que harán que el curso sea realmente muy productivo y feliz. En este post recomiendo 5 hábitos saludables que pueden ayudarnos a tener más éxito y también más equilibrio emocional los próximos 10 meses. Si quieres, puedes repasar este post que escribí sobre las 4 claves fundamentales para generar hábitos positivos sostenibles

  1. Mejora tu alimentación. No imaginamos el impacto que tiene lo que comemos en nuestra vida. Es enorme. Influye en nuestro estado físico, en nuestra salud, en nuestro estado emocional y en nuestro rendimiento profesional. Y por favor, no hagas dieta, está demostrado por muchos estudios que las dietas no funcionan porque, tarde o temprano, volvemos a nuestro peso antes de la dieta. Esto es porque la dieta nos exige un cambio demasiado brusco y radical, y cuando hemos logrado el objetivo, nuestro cerebro se relaja y vuelve a caer en los malos hábitos. En lugar de ello, empieza muy poco a poco, tomando pequeñas decisiones como por ejemplo comer menos carne roja o carbohidratos refinados, o ir sustituyendo gradualmente el azúcar por un edulcorante natural como la stevia.
  2. Empieza a meditar. La meditación o mindfulness no sólo nos ayuda a manejar mejor el estrés y ansiedad de la vuelta a nuestra vida y trabajo. Ganamos foco, claridad mental, concentración, capacidad de disfrutar del momento presente y perspectiva, lo cual nos lleva a tomar mejores decisiones. El mindfulness es un entrenamiento para conocer cómo funciona nuestra mente, y en segundo lugar, para saber cómo focalizarla y llevarla a estados positivos de bienestar y equilibrio. Como en el resto de hábitos saludables, te recomiendo empezar muy poco a poco, sin ambición, con pequeños objetivos muy alcanzables. Por ejemplo, dedicar 5 minutos a sentarte cómodamente, cerrar los ojos y practicar mindfulness. En mi último libro «7 hábitos de mindfulness para el éxito» puedes aprender el método mindfulness así como las distintas técnicas que existen. En este post puedes leer un resumen de lo esencial del libro. Y si quieres, puedes comprarlo en este link: Comprar libro mindfulness
  3. Reserva tiempos de desconexión digital. La tecnología nos ayuda y nos facilita la vida. Genera más agilidad y eficiencia en el ámbito profesional. Sin embargo, para obtener sus beneficios necesitamos aprender a manejarla, para no convertirnos en esclavos tecnológicos. Cuando estamos enganchados demasiado tiempo al móvil (o a la tablet o al ordenador), nuestra mente se embota, pierde claridad y consciencia sobre nuestras prioridades y también dejamos de ser empáticos. Finalmente, tomamos peores decisiones profesionales y personales, y nuestras relaciones se deterioran. Por tanto, es imprescindible que empieces a dedicar pequeños momentos de tu agenda diaria a desconectar de toda conexión digital. Empieza poco a poco, se trata de ir generando pequeños hábitos sencillos.
  4. Vuelve a hacer ejercicio. Si no has abandonado el ejercicio físico durante el verano, enhorabuena. Pero si lo has hecho, es imprescindible retomarlo con fuerza. El ejercicio físico es tan importante como el tema de la alimentación. Influye en nuestra salud, en nuestro equilibrio emocional, y según muchos estudios científicos, ayuda a mantener nuestro organismo más joven, retrasando el envejecimiento, igual que una alimentación sana y adecuada. Tómatelo, como el resto de recomendaciones, con calma, ve realizando cambios graduales y pequeños, sin prisa ni presión. Esta es la clave para todos los hábitos saludables. No trates de hacer grandes cambios, sino ir incluyendo pequeñísimos cambios en tu rutina con el fin de ir consolidándolos.
  5. Ahorra e invierte un poco de dinero. La mayoría de las personas, o saben que no tienen un colchón financiero y eso les genera malestar y preocupación, o simplemente viven en un nivel de inconsciencia total. En cualquier caso, en un mundo en constante cambio, a cualquiera de nosotros nos puede suceder algo imprevisto que nos obligue a gastar una cantidad importante de dinero en efectivo (que nos despidan de la empresa, que perdamos nuestro cliente más importante, que necesitemos hacer un Master) y la mayoría de las personas no están preparadas financieramente ante estas coyunturas. Para evitarlo, es fundamental generar una rutina de ahorro (aunque sean 200 € al mes al principio) y de inversión, para que nuestro dinero no pierda valor por la inflación (si lo tenemos en el banco o debajo del colchón). Muchos expertos hablan de que deberíamos ahorrar un 25% de lo que ingresamos. Pero insisto, si no lo estás haciendo, empieza ahorrando una pequeña cantidad, y luego, poco a poco, ve incrementando la cantidad en la medida de tus posibilidades. Ahora lo importante no es tanto el importe, sino que generes un hábito positivo. ¿Y dónde invertir para que tu dinero vaya ganando valor y no perdiéndolo con los años? Es recomendable contratar a un asesor financiero que te oriente en función de tu perfil de inversor (más arriesgado o menos). En ese sentido, leí hace poco un consejo buenísimo de un gurú de la inversión. Recomendaba que te entrevistaras con tres asesores financieros, y luego contrataras al que menos hable en la entrevista.

Esto también lo aplicaría si estás pensando en contratar a un coach para lograr tus objetivos de vida o de carrera profesional. ¡Contrata al que menos hable!

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

El secreto de la motivación duradera

Las dos últimas semanas he impartido un taller de automotivación para grupos de empleados de una empresa farmacéutica, y me ha obligado a refrescar y revisar las ideas, técnicas y herramientas clave para potenciar las emociones positivas en nuestra vida de forma sostenible.

Todos queremos sentirnos felices y motivados, con energía positiva y autoconfianza. Pero no es fácil, porque hay muchos elementos que impiden y bloquean nuestra motivación. Algunos ni siquiera los conocemos, así que son aún más difíciles de superar. Por ejemplo, nuestra particular visión del mundo, compuesta de nuestras creencias, ideas preconcebidas y valores, influye de manera crítica. Y normalmente no somos conscientes de cuanto nos limita.

Ante todo, la automotivación no tiene nada que ver con palabras grandilocuentes de ánimo, ni tampoco con caminar descalzos por brasas o cristales. La verdadera motivación, la que nos da fuerza y optimismo sostenible incluso en los momentos más difíciles, se obtiene de un profundo trabajo interno a lo largo de años.

El crecimiento espectacular del bambú japonés

Es como el crecimiento del bambú japonés. Se dice que cultivas la semilla, la abonas, la riegas y la cuidas, pero no crece nada en los primeros días, ni en las primeras semanas, ni en los primeros meses. Si eres un cultivador inexperto, probablemente abandones el cuidado de la semilla porque piensas que estaba mala o que no eres capaz de hacerla brotar. Sin embargo, es un error. Si continúas insistiendo en los cuidados, confiando y conociendo el ciclo de maduración del bambú japonés, comprobarás que tampoco crece nada visible en ¡¡7 años!! Desde luego, es una planta para personas muy pacientes, que apuestan por el largo plazo. Pero lo más sorprendente es que después de siete años, en tan sólo seis semanas el bambú crece hasta 30 metros de altura. Impresionante enseñanza la que nos da. El bambú no creció en sólo 6 semanas, sino en 7 años y seis semanas. ¿Por qué? Pues porque durante todos esos años la planta fue creando un complejísimo y denso sistema de raíces, que luego le permitirían crecer de forma tan espectacular en tan poco tiempo.

La motivación funciona del mismo modo. Las personas debemos apostar y confiar en un trabajo de crecimiento interno a largo plazo, de autoconocimiento constante, de reprogramar nuestra mente y nuestros pensamientos. Y muchas veces, a corto plazo, no veremos ningún resultado especial en nuestra vida y quizá tengamos la tentación de abandonar el cultivo de nuestra motivación interior. Pero debemos confiar y recordar el ciclo de maduración del bambú japonés. Algún día, de pronto, nos daremos cuenta de cuanto hemos crecido como seres humanos, cuanto hemos aprendido y evolucionado, y la gran fortaleza emocional que hemos acumulado. Pero debemos vencer a los enemigos del largo plazo: la pereza, la zona de confort, las recompensas cortoplacistas, el miedo, nuestra visión parcial del mundo.

A continuación, comparto contigo el gran secreto de la motivación duradera, a través de 5 ideas y herramientas que considero fundamentales para desarrollar la automotivación sostenible y profunda. Esto es parte de lo que he estado enseñando y trabajando en los talleres de automotivación para la empresa farmacéutica:

  1. Reprograma tus creencias e ideas limitantes. Si tienes creencias limitantes, tu estado emocional será depresivo y caerás en actitudes tóxicas como el victimismo o la queja. Puedes leer el post que escribí sobre la importancia de las creencias, que titulé Eres lo que crees. Podemos cambiar la programación mental que tenemos, producto de nuestra educación y de nuestras vivencias. ¿Cómo? Hay varias técnicas como la repetición de frases potenciadoras («Soy capaz de lograr mis objetivos…la vida es una aventura…los cambios siempre son una oportunidad para renovarse…si me equivoco, aprendo…yo puedo modificar cualquier aspecto de mi forma de ser»), en sustitución de nuestras creencias limitantes («No soy capaz…la vida es sufrimiento…todos los cambios traen algo malo…si me equivoco, es un fracaso….yo soy así y no puedo cambiar», etc.). También puedes visualizar todos los días, con los ojos cerrados y con todo detalle, tu visión personal (explico más abajo en qué consiste la visión personal).
  2. Pasa de víctima a protagonista. Deja de criticar, juzgar o compararte con los demás. Deja de echar balones fuera y asume de una vez la responsabilidad de tu vida. Tus problemas no son culpa de nadie ni de la mala suerte, sólo tú eres responsable de lo que te sucede en la vida, es decir tus decisiones, tus conductas y tus actitudes. Llegar a esta conclusión tan cruda requiere una gran madurez emocional, que pocas personas tienen. Pero es el camino inevitable para tener una motivación poderosa y duradera. Deja de pensar que todo el mundo está en contra tuya, quizá tu peor enemigo está dentro de ti.
  3. Diseña tu visión motivadora. Debes dedicar tiempo a pensar en qué quieres lograr en tu vida en el largo plazo. Haz una lista de tus objetivos personales y profesionales para dentro de 10 años. ¿Dónde quieres estar dentro de 10 años? ¿Cuales son tus sueños? Es fundamental que miremos a tantos años vista, porque en 10 años cualquier persona puede lograr cualquier objetivo, por imposible que parezca hoy. Así que coge un cuaderno, un bolígrafo y empieza a escribir, como si fuera la carta de los Reyes Magos. Permítete por un rato soñar sin límites. Si no tienes una visión, irás por el mundo perdido, desmotivado, sin rumbo. Y otros decidirán tu destino.
  4. Valora y agradece lo que tienes hoy. Diseñar tu futuro no es incompatible con disfrutar, valorar y dar las gracias por todo lo que te ha sucedido en la vida, o por todo lo que eres y tienes hoy. Si lo piensas un poco, eres una persona privilegiada por tener salud, trabajo, dinero para tus caprichos y viajes, una familia maravillosa, etc. Pero los seres humanos nos enfocamos mucho más en lo que nos falta que en valorar lo que tenemos. Practica la gratitud de las pequeñas experiencias agradables que hayas tenido cada día, y la revisión de los logros que hayas conseguido, aunque sean pequeños. Estos dos ejercicios, practicados a diario, cambiarán tu estado emocional totalmente.
  5. Sal de tu zona de confort. Si quieres mantener viva la llama de la motivación duradera, debes desafiarte y hacer cosas que te den un poquito de miedo. Eso se llama salir de la zona de confort. Yo prácticamente todas las semanas del año tengo actividades que me hacen salir de mi zona de confort. He diseñado para mí una vida que me garantiza esto cada semana, lo cual hace que sea imposible estancarme y acomodarme. La zona de confort, que tan tentadora es, nos impide evolucionar y crecer como seres humanos, y asesina nuestra motivación. Así que debemos ser proactivos y generar situaciones y retos con el fin de obligarnos a salir de la zona cómoda. Te recomiendo la estrategia de los pequeños cambios en lugar de los grandes cambios. Salir de la zona cómoda a través de pequeños cambios no sólo hace más fácil afrontar objetivos y desafíos manejando el miedo, sino que facilita la generación de hábitos sostenibles, lo que es la clave para que dichos cambios se incorporen a nuestra vida de forma totalmente automática y natural.

Para concluir, diré que debemos desarrollar la automotivación intrínseca, esta habilidad clave de la inteligencia emocional, y no esperar a que los demás o los elementos externos se ocupen de nuestra motivación. En este caso, nos convertiremos en personas débiles y dependientes, mientras que si desarrollamos recursos internos de automotivación con las recomendaciones de este post, nunca más buscaremos la motivación fuera. De forma natural, volveremos nuestra mirada hacia nuestro interior, donde están los mayores tesoros del universo. La clave es aprender a encontrar esos tesoros dentro de nosotros…

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

La empresa feliz

La consultora Great Places to work realiza desde hace años una rigurosa y conocida encuesta para determinar cuales son las empresas mejores para trabajar en Europa, según los empleados, que da lugar a los premios Best Place to work. Este año han participado 1,6 millones de empleados de 2800 empresas, para que te hagas una idea de la magnitud y importancia del estudio. Puedes consultar los detalles en este link.

Para mí lo más importante no son las empresas más valoradas y premiadas, sino los elementos clave que los empleados más valoran de una empresa, o dicho de otro modo, lo que hace que se sientan felices y motivados trabajando, lo que tiene como consecuencia directa dar lo mejor de sí mismos. Es una evidencia de perogrullo que cuando los empleados de una organización están motivados y felices, son mucho más creativos, eficientes y productivos. Pero aún hay muchas compañías que no creen en esta conexión obvia, y por eso son empresas obsoletas anquilosadas en el siglo XX, y cuyos resultados no son los que podrían obtener si cambiaran su cultura. Los elementos clave son los siguientes:

  1. Flexibilidad laboral y desarrollo profesional. Los Mejores Lugares de Trabajo de Europa en 2018 crean entornos laborales que fomentan la libertad, la autoresponsabilidad y el compromiso. Factores como los programas de calidad laboral –por ejemplo, el horario flexible y el teletrabajo– o los planes de carrera, programas de formación y coaching para el desarrollo profesional continuo, programas de conciliación laboral, sistemas de apoyo a la maternidad y paternidad, la promoción del nuevo talento y las mediciones periódicas del clima laboral son esenciales para la felicidad del empleado. Todo ello reporta en mayores niveles de creatividad e innovación.
  2. Liderazgo. Es esencial, para ser un gran lugar para trabajar, el estilo de liderazgo de los directivos de la organización. La mayoría de las personas abandonan su empresa por culpa de un mal jefe. Un buen líder debe dar y pedir feedback constante, reconocer y felicitar por el trabajo bien hecho, promover la participación activa en la toma de decisiones de los equipos, desarrollar a los colaboradores a través de herramientas y habilidades de coaching, liderar con empatía e inteligencia emocional. Estas son algunas de las conductas clave de un liderazgo moderno y adaptado a las necesidades y motivaciones de las personas del siglo XXI.
  3. Inclusión y Pertenencia a un proyecto. Las personas necesitan sentirse parte de un proyecto del que sentirse orgullosos, además de una sensación de comunidad. Cuando los empleados perciben que hay camaradería y se sienten parte de un equipo que trabaja por unas metas claras y comunes, aumenta la motivación y la felicidad en el entorno laboral. Estas compañías han construido culturas donde las personas se sienten cuidadas por sus compañeros y por sus líderes, con el fin de favorecer un buen ambiente laboral. “Las organizaciones reconocidas este año en la lista Best Workplaces en Europa representan las culturas del pensamiento futuro que fomentan la inclusión para todos. Entienden que los empleados son personas ante todo y les proporcionan ambientes donde pueden ser ellos mismos, construir lazos fuertes, y crecer profesionalmente de la mano de sus compañeros”, aseguró el CEO de Great Place to Work®, Michael C. Bush.
  4. Cultura organizacional. En realidad todos los elementos anteriores forman la cultura organizacional: comportamientos y actitudes de las personas que componen la empresa, hábitos y rutinas de trabajo, formas de comunicarse, cómo son las reuniones. Obviamente, la cultura la marcan los altos directivos con el CEO a la cabeza, con lo que dicen y no dicen, con lo que hacen y no hacen. Y esa cultura se transmite en cascada al resto de la organización. Una cultura jerárquica, autoritaria, basado en lo urgente y en los resultados de negocio fomentará empleados infelices, poco comprometidos y con bajo rendimiento. Mientras que una organización con una cultura inclusiva, que fomenta la innovación (porque tolera e incluso fomenta los errores de los empleados), el liderazgo colaborativo y empoderador de sus directivos, que fomente la delegación y la autoresponsabilidad, es una cultura que genera felicidad, motivación y alta productividad.

La cultura de una empresa se puede cambiar, si la alta dirección cree de verdad en ese cambio, si lo lidera con convicción y compromiso y toma medidas concretas para llevar a cabo esa transformación. Aunque conseguir el cambio de cultura organizacional pueda llevar años, es posible con un plan estratégico a largo plazo que aborde los aspectos clave que he mencionado en el post, con hitos y planes de acción concretos en el corto y el medio plazo.

Es llamativo, por ejemplo, el nacimiento de un nuevo puesto directivo que se está imponiendo en las empresas modernas, el CHO o Chief Happiness Officer. El CHO sería el encargado de cohesionar, potenciar y hacer seguimiento de todos los planes y acciones relacionadas con la felicidad de los empleados de una empresa. Hay empresas innovadoras que ya han incorporado a un CHO, lo que me parece una decisión muy valiente. No obstante, quiero hacer un inciso con la figura del CHO. No deja de ser una persona que trabaja dentro de la organización, y cuanto más tiempo esté integrado en la empresa, menos perspectiva y objetividad tendrá de lo que necesitan los empleados. Además, es muy posible que sufra las presiones del CEO y de otros altos directivos, y que se pliegue a prioridades difíciles de compatibilizar con su verdadero cometido. Es recomendable, por tanto, que el CHO se apoye en empresas externas que apoyen sus planes estratégicos de felicidad laboral.

El CHO no debería ponerse a dar formación en mindfulness o liderazgo a los empleados de su propia empresa porque nunca va a ser visto como un profesional externo e imparcial que busca realmente el beneficio del empleado (siempre habrá una duda razonable sobre si persigue objetivos ocultos que tienen que ver con los objetivos de negocio del CEO), ni tampoco realizar procesos de coaching a sus propios compañeros, lo que va en contra del principio de confidencialidad y confianza total que caracteriza al coaching externo. El verdadero rol del CHO debe ser el de impulsar y hacer seguimiento de las acciones y planes para potenciar la felicidad de los empleados, pero buscando activamente el apoyo y el asesoramiento externo de las empresas especializadas y expertos en las distintas materias y acciones (clima laboral, coaching, mindfulness, salud, flexibilidad, etc).

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor.

Presentación de mi libro «7 hábitos de mindfulness»

Me hace mucha ilusión compartir contigo que el próximo jueves 19 de abril a las 19 h. presento mi nuevo libro «7 hábitos de Mindfulness para el éxito» en el auditorio de la Torre BBVA Saenz de Oiza, en Pº Castellana, 81. Madrid. Y por supuesto, ¡Estás invitado! Me encantará, querido lector o lectora, que vengas y me acompañes en este momento tan especial.

Te adjunto aquí la invitación a la presentación. Es necesario confirmar enviando un e-mail a eventos@editorialkolima.com

Hoy mismo he impartido un taller de 4 horas de mindfulness para directivos de Recursos Humanos y de Prevención de Riesgos de unas 23 empresas. Los participantes han realizado reflexiones interesantes sobre la importancia de desarrollar la atención en el momento presente a través del entrenamiento mindfulness para evitar accidentes laborales de tráfico (muy habituales) y también accidentes con maquinaria peligrosa. Otra de las conclusiones es que la atención y la conciencia ayuda a los empleados a ser menos impulsivos y reactivos ante los problemas, reduciéndose drásticamente los conflictos y mejorando el clima laboral y la motivación. El mindfulness debe ser una herramienta preventiva, nunca reactiva. Es decir, las empresas deben tomar medidas de forma proactiva para prevenir accidentes y bajas laborales por estrés, ansiedad o depresión, que tienen un altísimo coste humano y económico. Se debe promover meditación en lugar de medicación.

Me gustan esas bolas de cristal de nieve, que contienen una figura o un paisaje y que al agitarla se llena de nieve volando dentro de la bola de cristal, y no deja ver lo que hay en el interior. Si dejamos quieta la bola, poco a poco, los copitos de nieve de la bola se van posando en la superficie y entonces podemos ver con claridad la imagen (un árbol de Navidad, unas bailarinas, una casa rural en un paisaje invernal, etc.).

Pues bien, nuestra mente es como la bola de nieve cuando la agitamos. Confundida por el maremagnum de pensamientos (copitos de nieve) que llenan nuestra mente constantemente, no somos capaces de ver con claridad la realidad. Los pensamientos nublan nuestra conciencia y andamos estresados y dispersos, haciendo cosas sin parar, a toda velocidad, como pollos sin cabeza, sin rumbo.

Necesitamos parar. Sólo parando frecuentemente lograremos que los copitos de nieve se posen en la superficie y nos dejen ver la «imagen» de nuestra vida. Cuando paremos, miremos hacia fuera, hacia un lado, hacia otro. Miremos hacia dentro también, hacia nuestro interior, prestémonos atención para ver cómo nos sentimos. Después de la parada, nuestra mente habrá ganado claridad y serenidad. Y si paramos frecuentemente, nuestra percepción de las cosas irá siendo más clara y precisa, y eso nos ayudará a mejorar nuestra vida y nuestra carrera profesional. En definitiva, si quieres avanzar, debes parar, aunque suene paradójico. La mayoría de las personas está abducida por el modo «hacer», y  no se para nunca para reflexionar, para cuestionarse, para refocalizarse. Sigue corriendo a todas partes, como los hámsters que corren en la rueda interminablemente y sin sentido.

Si vienes a la presentación, te contaré muchas más cosas, trataré de provocar tu reflexión, de inspirarte y de remover tu conciencia. Además, experimentarás el mindfulness a través de un ejercicio práctico guiado, y por supuesto te podrás llevar un ejemplar firmado por mí si quieres. ¡Anímate y nos vemos el día 19!

Si no puedes venir a la presentación y quieres comprar el libro, pincha en el siguiente link: Comprar el libro

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor.

7 hábitos de mindfulness para el éxito

¡A finales de este mes de marzo publico nuevo libro! Y la presentación será en Madrid el jueves 19 de abril a las 19 h. por si quieres apuntarte la fecha. Si me sigues en RRSS comunicaré el lugar exacto y más detalles de la presentación, dentro de una semana. La publicación de mi 4º libro es sin duda un acontecimiento para mí, que me hace una enorme ilusión. El libro pretende realizar una aproximación distinta al mindfulness, en base a 7 hábitos sostenibles que nos llevarán a una vida más feliz y a una mayor eficiencia y motivación profesional.

He pretendido compartir todo lo que sé sobre mindfulness, todo lo que he aprendido después de formar a miles de personas a lo largo de los últimos 4 años en organizaciones como Banco Santander, Volkswagen-Audi, Electrolux, Bankinter, Sandoz, Stahl, Colegio de Registradores, SM y muchas más. Por supuesto, también comparto mi experiencia personal, podríamos decir que me desnudo emocionalmente en el libro, contando todo lo que me ha aportado la práctica regular del mindfulness durante 13 años. En resumen, que me ha cambiado la vida y a mí mismo.

A continuación, y sin quererme hacer spoiler a mí mismo, te voy a adelantar cuales son los 7 hábitos que propongo. En el libro donde podrás encontrar numerosos ejercicios, herramientas y audios de apoyo para la práctica e integración en tu vida cotidiana de los 7 hábitos del mindfulness:

  1. Sal del piloto automático.
  2. Focalízate en lo importante.
  3. CARPE DIEM. Vive el momento presente.
  4. Acércate al dolor.
  5. No creas a tu mente ni a tus pensamientos.
  6. Acepta la vida tal y como es.
  7. Cuídate y trátate con amabilidad.

El mindfulness es un entrenamiento mental, que nos ayuda a estar más despiertos, serenos y atentos en nuestra vida y en nuestro trabajo. Aprendemos a dirigir la atención para dejar de ser marionetas de nuestros pensamientos negativos y emociones tóxicas, para dejar de ser esclavos de la tecnología, del móvil, de la publicidad y de los medios de comunicación. Aprendemos a vivir más en el presente, a disfrutarlo con más plenitud, y a gestionar mejor el dolor de nuestra vida, las emociones difíciles. En definitiva, nos hace más libres, más eficientes y más felices.

En el libro profundizo en el soporte científico que tiene esta disciplina, cuya efectividad está demostrada en cientos de investigaciones de la ciencia occidental. Potencia nuestro sistema inmunológico, reduce la segregación de las hormonas del estrés y reduce hasta en un 50% las posibilidades de tener un infarto (según la Asociación Americana del Corazón). Además, según un estudio de la Universidad de Oxford se reduce en un 50% la posibilidad de recaer en una depresión para las personas que han tenido una en el pasado. La neurociencia también ha demostrado que el mindfulness desarrolla el cortex prefrontal izquierdo y el hipocampo, zonas del cerebro relacionadas con la regulación emocional, la atención ejecutiva, la toma de decisiones, el aprendizaje y la memoria, y reduce el tamaño y actividad de la amígdala situada en el sistema límbico cerebral, relacionada con emociones básicas negativas como la ira o la rabia.

En la parte final del libro abordo una serie de pautas y herramientas para integrar la práctica del mindfulness como un hábito sostenible, porque esta es la única forma de que todos los beneficios cerebrales y para nuestro organismo se puedan materializar. Y por mi experiencia y el feedback que he recibido de muchas personas, esta es la parte más difícil: integrar la práctica cotidiana del mindfulness en nuestra vida, como un hábito más. Pero se puede hacer, todos podemos con los adecuados conocimientos y herramientas. Los 7 hábitos son parte de mí desde hace muchos años, y como decía, han cambiado mi vida.

¿Te animas a profundizar con mi libro? A finales de mes podrás adquirirlo en cualquier librería. Y si quieres venirte a la presentación del libro, estate pendiente en mis redes sociales. ¡Estás invitado! Me encantará verte y firmarte el libro. Además, no será una presentación típica, porque habrá prácticas y ejercicios mindfulness. Te espero!

 

sobremi

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor.

10º Aniversario de mi libro «Zen Coaching»

Hace 10 años (en 2008) publiqué mi primer libro «Zen Coaching». Durante estos años he recibido numerosos comentarios sobre el libro, personalmente o a través de e-mails, y según lo que muchos coaches profesionales me han dicho, se ha convertido en uno de los libros de referencia del coaching. En este punto he creído que es un buen momento para celebrar el décimo aniversario de este libro tan importante para mi vida y para mi carrera profesional.

Por dos motivos fundamentales. El primero es que me gusta celebrar las cosas. Me gusta y creo que es necesario pararse a reflexionar sobre nuestros logros y éxitos vitales, reconocernos el mérito sin avergonzarnos ni mostrar falsa modestia, y celebrarlo. Así que quiero celebrarlo contigo, querido lector fiel durante estos 12 años en los que llevo publicando un artículo por mes.

El segundo motivo es que las ideas y herramientas que planteo en el libro siguen estando totalmente vigentes para mí, diez años después. A continuación, voy a exponerte las 10 ideas clave más importantes del libro:

  1. El Zen Coaching es la fusión de las dos disciplinas más potentes de desarrollo y crecimiento personal de Oriente y Occidente.
  2. El coaching te ayuda a enfocarte y a plantearte objetivos motivadores para superarte y salir de tu zona de confort, mientras que el zen te equilibra a nivel emocional y te ayuda a vivir el presente con plenitud. Así que para mí, el zen coaching te aporta los dos aspectos esenciales para tener una vida personal y profesional plena y motivante. Ambas disciplinas son complementarias, pero al mismo tiempo tienen algunos aspectos en común, por ejemplo la importancia de la conciencia o la necesidad de asumir la responsabilidad sobre nuestra vida.
  3. Desafía tus asunciones, presuposiciones, creencias o ideas preconcebidas. Y no digas que no las tienes o que no te condicionan. Eso nos pasa a todos los seres humanos, es mejor reconocerlo y trabajar en ello, que ignorarlo y seguir esclavizado por ellas sin darse cuenta.
  4. Márcate metas y objetivos motivadores a largo plazo en 3 ámbitos: Ser, Hacer y Tener. Y es importante que lo hagas en ese orden. Primero, ¿Quién quieres ser dentro de 10 años? Qué cualidades, habilidades, valores quieres haber incorporado. En segundo lugar, ¿Qué quieres hacer? ¿Qué quieres haber logrado como profesional, qué retos? Y por último, ¿Qué quieres tener o poseer? Aquí me refería a aspectos materiales (dinero, casas, y otras posesiones).
  5. Acepta las cosas como son cuando no puedas cambiarlas. No desgastes tu valiosa energía en luchar contra los muros infranqueables de tu vida. Es mejor dirigir nuestra mirada hacia otros parajes, donde sí podamos cambiar las cosas. Tratar de cambiar lo que no se puede cambiar no es idealista, es estúpido e inconsciente. Además nos agota y nos impide lograr otras metas importantes.
  6. Vive aquí y ahora. No existe otro momento que el presente. Cuanto más vivas el presente más feliz serás, y mayor será tu rendimiento y efectividad profesional. La mayoría del tiempo lo pasamos pensando en cosas del pasado y el futuro, perdiéndonos el regalo que supone el momento presente. Aquí está una de las claves: el hecho de estar presentes en nuestras vidas no nos impide marcarnos metas gigantes y luchar por ellas, sino precisamente lo contrario.
  7. Asume la responsabilidad de tu vida. Deja de hacerte la víctima, deja de quejarte de tu jefe, de tu compañero, de tu pareja o de tus hijos, y empieza a mirarte a ti mismo. Tu vida, para bien y para mal, es lo que tú has hecho con ella, no es responsabilidad de nadie si tu trabajo no te motiva. Sólo asumiendo que todo lo has provocado tú, de una manera consciente o inconsciente, te convertirás en protagonista de tu vida y no en un espectador victimista.
  8. Conviértete en el dueño de tu tiempo. Los seres humanos desperdician muchísimo tiempo de su corta vida en actividades, tareas, trabajos o relaciones que no les aportan nada, o incluso les hacen más infelices. Es crítico que empieces a valorar tu tiempo como si fuera tu activo más valioso, porque de hecho lo es. Y el primer paso es empezar a ser despiadado con todo lo superfluo o poco útil, para después dedicar tiempo a lo importante y no urgente, que es donde está el secreto del alto rendimiento.
  9. Avanza mediante pequeños pasos. No te atolondres queriendo conseguir demasiado rápido tus objetivos. Las cosas importantes requieren de paciencia, constancia y disciplina. Así que empieza a dar pequeños pasos, no dejando de avanzar en ningún momento. Como dice la expresión «sin prisa, pero sin pausa». Los pasos pequeños, además, te ayudarán a generar hábitos positivos sostenibles, una de las cosas más importantes que debes aprender.
  10. Toma decisiones y actúa. Es importante reflexionar sobre los pasos a dar, pero nunca vamos a tener la seguridad total sobre si acertaremos en nuestras decisiones, ni tampoco dispondremos de toda la información que necesitamos. Debemos tomar decisiones en un mundo de incertidumbre y cambios constantes, y aprender constantemente de los errores para seguir mejorando y avanzando. La parálisis por excesivo análisis no es una opción. Te adelantarán por los dos lados y te quedarás atrás si no actúas a pesar del miedo y de la falta de información.

Para terminar, voy a compartir uno de esos muchos comentarios que me han hecho las personas que han leído el libro durante estos 10 años. Comentarios como éste me emocionan profundamente cada vez que los leo, y me animan a seguir con toda la ilusión del mundo.

«Una mañana, me levanté y me dije: ¿Es esto lo que quiero para mi vida? y la mañana siguiente de nuevo, y otra más, y entonces pensé: algo hay que cambiar. Mi cabeza estaba en la búsqueda de un cambio y la vida te lleva por lugares que quizás no pensabas transitar. Uno de estos días de búsqueda entro en una librería y buscando algún tipo de título que me llamara la atención tomé en mis manos Zen Coaching, de un tal Javier Carril. Mi vida desde ese momento a hoy es otra.
Poco a poco soy y hago realmente lo que he ido soñando ser, me dedico tiempo para mi (hago running), para mi familia (juego con mis niños), para capacitarme continuamente en lo que me gusta. Elijo mis trabajos y no por el dinero que voy a ganar, sino por los desafíos y las satisfacciones que me dan. Muchas veces la vida no te da lo que pedís, pero te acerca algo que necesitas. Gracias Javier.» Fernando Cieco Delgado.

Un millón de gracias a ti, Fernando. Y a todos los que me habéis escrito.

Más información: www.zencoaching.es

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor.

¿Somos ya como los replicantes de Blade Runner?

El otro día estuve viendo la película Blade Runner 2049, ya que Blade Runner, la película original de 1982, es una de mis películas favoritas y deseaba ver cómo seguía aquella historia que me fascinó y me sigue fascinando, y que se ha convertido en una de las películas más míticas de la historia del cine.

Aparte de que Blade Runner 2049 es una buena película pero que no está a la altura de la primera, la temática principal está hoy más de actualidad que nunca. Los replicantes, robots diseñados por el hombre para que hicieran de esclavos o para que trabajaran en general a su servicio, serán en un futuro próximo una auténtica realidad. Además, los replicantes tenían emociones, lo que les hacían incluso más humanos que los propios seres humanos de las dos películas. Recuerdo cómo en Blade Runner 1982 los replicantes buscaban su identidad, el sentido de su existencia, y que tenían miedo a la muerte. Mientras que los personajes humanos no tenían ni mucho menos esas inquietudes tan metafísicas.

En el siglo XXI, además de vislumbrar la viabilidad de los robots «humanizados» para hacernos la vida más sencilla y mejor, tenemos ante nuestros ojos una realidad más preocupante: la creciente robotización de los seres humanos.

Uno de los motivos principales es la irrupción de la tecnología en nuestra vida cotidiana. Podemos comprobar cómo los seres humanos, en la era tecnológica, están siendo abducidos literalmente por los móviles. Es frecuente ver grupos de amigos sentados en un bar mirando cada uno su teléfono móvil y sin mirarse a la cara ni comunicarse directamente. O una pareja cenando en un restaurante mirando cada uno su smartphone. También en la calle cualquiera puede darse cuenta de la robotización de las personas, caminando mientras contestan whatsaps o correos electrónicos incluso cuando cruzan un semáforo.

En realidad durante todo el día actuamos más como robots que como personas. Porque hacemos todo en piloto automático, es decir sin conciencia sobre lo que estamos haciendo o experimentando. Desayunamos sin saborear el desayuno, nos duchamos mecánicamente, conducimos y caminamos de forma automática, hacemos nuestro trabajo de forma rutinaria dejándonos llevar por lo que nos ha funcionado en el pasado sin cuestionarnos si hay una forma más creativa o efectiva de hacerlo, consultamos compulsivamente el móvil usándolo en situaciones en las que no es adecuado o simplemente es una falta de respeto, y finalmente llevamos el piloto automático a nuestras relaciones personales, saludando y preguntando mecánicamente «¿Qué tal?» como si fuera un protocolo, sin interesarnos verdaderamente por el otro, olvidando nuestra capacidad para ser empáticos.

Pero además, no nos damos cuenta pero nos dejamos manipular por todo lo que leemos en los medios de comunicación, y también por la publicidad, estrechando nuestra visión crítica sobre las cosas, y pensando y actuando según la ruta marcada por la sociedad. En definitiva, estamos más programados de lo que pudiéramos imaginar, y casi todas nuestras decisiones y conductas han sido marcadas por la sociedad o por otras personas o instituciones; es decir, no son nuestras verdaderas decisiones. La robotización del ser humano está eliminando su libertad. 

Hay que decir que el piloto automático es el modo mental por defecto del cerebro, que lo activa cada vez que repetimos una conducta o acción muchas veces. El cerebro considera que es correcto y lo pasa al inconsciente, convirtiéndose en una acción automática o una rutina. También nuestro cerebro pasa al inconsciente una idea o información que hemos recibido repetidas veces. De ahí que vamos por el mundo con unas ideas preconcebidas sobre las cosas, que consideramos «la verdad».

Lo gracioso es que el cerebro hace esto sin pedirnos permiso, como un intento bienintencionado de liberarnos energía. El problema es que el piloto automático se va apoderando, sin darnos cuenta, de cada vez más facetas de nuestra vida, y finalmente acabamos esclavizados por nuestras propias rutinas y creencias rígidas, y terminamos viviendo el día de la marmota, en el que cada día se repite de forma monótona y machacona.

¿Y cómo se logra revertir esta situación? ¿Cómo desconectamos y salimos del piloto automático para recuperar la grandeza que tenemos, nuestra empatía y generosidad? El mindfulness es la herramienta más efectiva para recuperar nuestra humanidad, el disfrute de las pequeñas cosas, la compasión y la amabilidad. El mindfulness se podría definir como un entrenamiento mental de la atención en el momento presente, sin juicios y con aceptación. Uno de sus principales beneficios es activar el estado de consciencia y desactivar el piloto automático tan dominante en nuestras vidas.

Muchas personas me preguntan por qué el mindfulness está creciendo tanto en nuestra sociedad. Aparte de otras razones, una de las claves es que nos estamos dando cuenta de que así el ser humano no va por buen camino, de que cada vez está más disperso, estresado y deshumanizado, y que necesita una disciplina para reconectar con su humanidad perdida. Esa humanidad recuperada gracias al mindfulness nos hace aumentar nuestra felicidad y bienestar, nos convierte en personas más sensibles y empáticas, y por tanto nos pone en disposición de dar lo mejor de nosotros mismos en la vida y en el trabajo.

No nos convirtamos en replicantes. La grandeza del ser humano está dentro de cada uno de nosotros. Sólo tenemos que despertarla y desarrollarla. A través del entrenamiento mindfulness.

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor.

Prepárate para el gran cambio que viene

Recientemente he leído el libro «La sociedad de coste marginal cero» de Jeremy Rifkin, uno de los pensadores sociales más importantes del mundo. Curiosamente, fue el libro que ganó el Premio Knowsquare al mejor libro de empresa en 2014, el año en que mi libro «El hombre que se atrevió a soñar» fue finalista al mismo premio. En el libro el autor habla de los elementos clave que nos indican que ya estamos en la Tercera Revolución industrial, y defiende que en los próximos veinticinco años esta Revolución se asentará y consolidará. Esto quiere decir que todos vamos a vivir muchos cambios, tanto en nuestras vidas como en nuestras carreras profesionales. Da igual a qué nos dediquemos, el cambio va a ser profundo y debemos estar preparados, porque de lo contrario será como un tsunami que nos engullirá con su enorme fuerza y nos zarandeará como si fuéramos marionetas. Y eso significa mucho sufrimiento.

La gran Ola de Kanagawa. Artista: Katsushika Hokusai

A nuestro cerebro no le gustan nada los cambios. De hecho, se estresa notablemente con cada cambio que tiene que digerir. Y más aún cuando nos confiamos demasiado y nos dejamos envolver por nuestra zona de confort. Es ahí donde la gran ola nos puede destruir.

La revolución tecnológica que ya llevamos viviendo desde hace décadas está transformando nuestras vidas y nuestros trabajos. Puede que en los próximos años millones de personas se queden sin trabajo por la robotización de las empresas. Los robots, la inteligencia artificial, y en general el Internet de las cosas producirá un incremento espectacular de la productividad, aparte de mejorar la calidad de nuestra vida a niveles impresionantes, ya que según Rifkin, podremos satisfacer la mayoría de nuestras necesidades a un coste cercano a cero.

También viviremos en un mundo mucho más transparente, donde nuestra información privada circulará de forma libre por la red, porque nosotros mismos lo hemos permitido e incluso potenciado, a través de las redes sociales y otros instrumentos. Eso implica una mayor vulnerabilidad porque se puede vender o mal utilizar dicha información. Aun así, yo soy muy optimista respecto a toda esta revolución y no lo veo como algo apocalíptico, como muchas personas. Yo veo muchas más oportunidades que amenazas. De hecho, me siento muy emocionado por todo lo va a suceder las próximas décadas, me apasiona y estimula.

Desde luego, muchas personas que están instaladas en el conformismo lo van a pasar realmente mal. Probablemente se queden sin trabajo y sin ingresos, y o bien reaccionan o bien se hundirán. Sin embargo, otras muchas personas sabrán interpretar y reaccionar ante lo que se avecina, y podrán generar abundancia y riqueza. ¿De qué depende el hecho de beneficiarse e incluso disfrutar de los futuros cambios? ¿Cómo podemos prepararnos para el cambio constante? A continuación, detallo 4 claves para prepararse para la revolución que viene y salir exitoso:

  1. Mantente alerta a las tendencias.
    Es obvio que si te enteras de las tendencias más importantes relacionadas con tu profesión, y más en general, con las tendencias sociales y económicas, te podrás anticipar y tomar decisiones que pueden ser decisivas para tu éxito profesional. Para ello, apúntate a webs, publicaciones y newsletters que te aporten ese conocimiento actualizado de lo que está sucediendo en el mundo. Focalízate en las lecturas, porque no es cuestión de ver las noticias y el telediario todos los días, eso lo que hará es confundirte con noticias superficiales y darte una visión catastrofista del mundo, que no sirve para nada. Debes ser muy selectivo con lo que lees, recuerda que el tiempo es tu recurso más valioso. Así que bórrate de las publicaciones o newsletters que no te aportan nada, y dedica un tiempo específico a la semana a leer artículos o libros que te den una visión global de las innovaciones que se estén produciendo. En los últimos 10 años he leído mucho sobre temas tan diversos como finanzas e inversiones, meditación, innovación, psicología, dirección de empresas y negocios, sociología, etc.
  2. Fórmate con foco y constancia.
    Asiste a conferencias y cursos, ya sea presenciales o en Internet, no sólo de tu profesión sino de otras áreas que puedan darte una visión más global. Hoy todo está interconectado, y puede que consigas detectar algo importante para tu trabajo en una ponencia sobre algo diferente (por ejemplo, sobre tendencias sociales, sobre psicología, sobre finanzas). La formación continuada es clave para estar preparado para los cambios, ya que aprendiendo cosas nuevas obligamos al cerebro a estar activo, a no instalarse en la comodidad y al mismo tiempo estamos formándonos en disciplinas que nos pueden dar una ventaja competitiva en el mercado. Aunque también es verdad que debemos focalizarnos. Conozco a muchas personas demasiado obsesionadas con formarse constantemente en cualquier cosa que aparezca en el mercado, y al final terminan dispersándose con muchas disciplinas y temáticas diferentes, lo que aumenta su confusión.
  3. Cultiva la curiosidad
    El mundo siempre ha sido de los curiosos, y de hecho, el ser humano ha realizado los más grandes avances de la historia gracias a la curiosidad. Y sin duda el futuro seguirá siendo de los curiosos. Sin embargo, la falta de curiosidad es uno de nuestros grandes males. Cuanto más vamos creciendo, nuestro cerebro se va cerrando cada vez más a lo nuevo, y aparecen esos pensamientos de «Esto ya lo sé» o «Esto ya lo he probado» o «Esto es verdad», «Esto es mentira», etc. Cuando nos instalamos en las ideas preconcebidas, en nuestras convicciones más firmes, aparece la rigidez mental que nos impide curiosear y descubrir la pepita de oro que se esconde en el fondo del lago. La experiencia está sobrevalorada, en mi opinión. Creo que debemos recuperar la capacidad de ver las cosas como si fuera la primera vez, la mente de principiante que nos recomienda la filosofía zen. Porque la falta de curiosidad es como una venda que nos ponemos en los ojos, que nos impide detectar oportunidades clave para nuestro futuro éxito. El mindfulness es un entrenamiento mental donde desarrollamos, entre otras cualidades, la curiosidad.
  4. Abre la mente para ver lo positivo.
    Como decía antes, yo estoy muy excitado respecto a lo que se avecina en el mundo las próximas décadas, y también estoy listo para cambiar todo lo necesario para adaptarme a esos cambios. Ya lo he hecho de forma constante en los últimos 12 años, desde que abandoné mi carrera como publicista y empecé en una nueva profesión que en aquel momento prácticamente nadie conocía: el coaching. Después, he tenido que adaptarme a numerosos cambios y desafíos, y a detectar en un momento clave el auge del mindfulness para convertirme en uno de los mayores expertos en la materia en España. Estoy convencido de que esta actitud abierta y positiva me seguirá aportando una gran ventaja competitiva respecto a las personas que ven esta revolución social, económica, tecnológica e industrial como algo catastrófico o amenazante. El miedo es una emoción muy dañina cuando nos domina y paraliza. Sin embargo, mantener la apertura mental y el foco en las oportunidades de esta revolución nos genera una emoción de confianza, de tranquilidad. Y la confianza es un estado mental mucho más productivo y creativo que el miedo.

Si empiezas desde ya a tomar decisiones y acciones en los 4 puntos clave, y los mantienes toda tu vida, estarás preparado para el cambio constante y brutal que se avecina. Y en lugar de que el tsunami te arrase, serás capaz de bucear por debajo de la gran ola, e incluso surfear y disfrutar de ella.

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor.

¿Quién eres?: el valor de la humildad

La pasada semana leí una breve entrevista del ex-futbolista Pedja Mijatovic, famoso sobre todo por el gol que le dio la séptima copa de Europa al Real Madrid. Aquel momento fue el más importante de su carrera deportiva. En esta entrevista le preguntan si cambiaría aquel gol por algo, a lo que responde: «Por la salud de mi hijo que murió hace ocho años. Y no sólo por su vida. Cambiaría todo lo que he conseguido por haberle escuchado decir algo. Porque él, Andrea, era paralítico cerebral, no hablaba, no caminaba, no se comunicaba. Lo habría dado todo por escuchar un «Hola, cómo estás». No pudo ser.»

Más adelante, profundiza sobre esta experiencia: «Yo en los años más bonitos de mi carrera viví la enfermedad de mi hijo. En esos momentos en los que crees que incluso puedes volar, cuando te sentías poderoso y notabas el calor de toda la gente, mi hijo siempre tenía crisis. Muchos días y noches en el hospital. Eso ha sido un contrapeso mío. Yo me decía: «No eres nadie, ya ves que no eres nadie, no puedes hacer nada para que tu hijo mejore». Te preguntas: «¿Quién eres?». Y la respuesta es nadie. Mi hijo ha tenido una misión en mi vida. La de salvar a su padre. Piensas que eres Dios y en realidad no eres nadie».

Me impresionaron profundamente sus palabras, porque desprenden una gran sabiduría y una gran humildad. Ambas, curiosamente, se consiguen después de sufrir mucho, después de tener una gran crisis. El éxito, muchas veces, no te hace más sabio, y desde luego es raro que te haga más humilde, sino todo lo contrario. El éxito nos embota y nos hace creer que somos Dioses, hasta que tarde o temprano, la vida nos da la lección que necesitamos.

Tengo la creencia de que el ser humano tiene una grandeza enorme dentro. Cualquier ser humano tiene ese potencial en su interior. Lo he comprobado muchas veces, y me ha conmovido hondamente. Por tanto, cualquiera de nosotros puede conseguir grandes metas y contribuir a cambiar el mundo. Me gusta la idea de salir de nuestra zona de confort y descubrir que somos capaces de mucho más de lo que imaginamos.

Pero también creo, aunque sea paradójico, que no somos nadie, como dice Mijatovic. En el sentido de que cada uno de nosotros somos una minúscula parte de la enormidad del universo, es decir, somos uno más de los cientos de miles de seres vivos que han pasado por el planeta tierra, y además somos mortales. Por tanto, es fundamental ser humildes y reconocer que no somos nadie. ¿O acaso no es verdad que cualquiera de nosotros puede morir mañana mismo? Quizá una enfermedad repentina, un accidente, un atentado terrorista…Es importante recordar esto, sobre todo cuando estamos en la cresta de la ola, en una etapa de mucho éxito. Mijatovic reconoce que cuando era algo parecido a un Dios, un ídolo de masas al ser un futbolista multimillonario de éxito, no fue capaz de salvar a su hijo. De nada le sirvió la fama, el éxito o el dinero para conseguir el objetivo más importante para él.

Siempre me han gustado las paradojas. Ya comenté en mi primer libro «Zen Coaching» que el mundo es paradójico, la vida es paradójica, y por tanto debemos abrir nuestra mente a las paradojas. Mi modelo Zen Coaching es paradójico. Que el ser humano tenga una enorme grandeza y al mismo tenga una enorme fragilidad, es una paradoja. Que cada uno de nosotros podamos lograr cosas increíbles es verdad. Que cada uno de nosotros deba asumir, con humildad, que no somos nadie, nada más que una mínima parte del universo, también es verdad.

Tengo la convicción de que en esta paradoja se esconde una enorme sabiduría y claridad. Porque si nos creemos sólo personas únicas y elegidas, caeremos en la arrogancia y la soberbia. Mientras que si nos creemos sólo que no somos nadie, podemos caer en la resignación y la depresión. Entonces, ¿Quienes somos? Esta es una de las preguntas más importantes que podemos hacernos en la vida. Aunque no esperes tener una respuesta. Lo importante no es encontrar la respuesta perfecta o exacta, lo importante es hacernos esta pregunta y cuestionarnos todas las respuestas estereotipadas y superficiales que nos saldrán: soy Fulanito (sólo es nuestro nombre), soy padre o madre (sólo es un rol), soy coach o abogado o empresario (sólo es nuestra profesión), soy perfeccionista (sólo es una forma de comportarnos), etc.

De momento, recuperemos ambas creencias: la primera (soy especial y grande) para lanzarnos a mejorar el mundo con nuestra vida y nuestro trabajo, para aumentar nuestras nobles ambiciones. Y la segunda (no soy nada, sólo una minúscula parte del universo infinito y de la humanidad) para aterrizarnos, para equilibrarnos, para ser más humildes.

El mundo necesita personas ambiciosas pero que al mismo tiempo sean humildes. Todos, probablemente, necesitamos potenciar más una u otra parte. ¿Cual necesitas reforzar tú? 

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor.