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Las 15 claves de mi libro «Reconecta contigo»

Ahora que ha vuelto la Feria del libro, es una buena oportunidad para recordar las 15 claves principales de mi último libro «Reconecta contigo» publicado en 2021. El libro está estructurado en 3 partes en las que reflexiono sobre cuales son las causas y raíces de nuestros problemas y sufrimiento en cada una de esas 3 áreas, y comparto herramientas, disciplinas y pautas concretas para alcanzar la plenitud y el éxito (según lo que entiendo yo que es el éxito), y dejar de sufrir innecesariamente en nuestra vida. Las 3 partes son Reconectar contigo, Reconectar con la vida y Reconectar con los demás.

Es importante tener en cuenta que debemos trabajar en las 3 áreas en paralelo. Si una de ellas falla, el resto se resentirá y sentiremos que no tenemos equilibrio, que no estamos viviendo con auténtica plenitud y energía. El otro aspecto que destaco a lo largo del libro es que se trata de un camino para toda la vida que se basa en desarrollar una serie de cualidades esenciales que ya están dentro de nosotros, pero que hemos enterrado a causa de miedos, creencias limitantes, comodidad, pereza, ignorancia, y también a causa de dejarnos llevar por las expectativas de los demás o de la sociedad.

Las cualidades necesarias para despertar en nuestra vida y desplegar todo nuestro potencial anestesiado son la curiosidad, la ecuanimidad, la disciplina, la apertura mental, la amabilidad y empatía, la humildad y el compromiso firme con trabajar duro para avanzar hacia una vida con mayúsculas.

A continuación te comparto las 15 claves del libro, divididas en cada una de las 3 grandes áreas de trabajo que todos necesitamos abordar:

Reconectar contigo.

  1. Elimina de tu vida los «debería» y los «no puedo». Desgastan tu energía y te paralizan para actuar.
  2. Trasciende tu idea de quién eres: tú no eres los roles que desempeñas, tus creencias ni tu historia personal.
  3. Para conectar con tu Ser superior, necesitas aprender a dominar a tu mente. Por si no lo sabías, tú no eres tu mente.
  4. Escucha y dialoga con tus yoes o personajes internos, pero no permitas que dominen tus conductas y decisiones. Tú eres el director de orquesta de tus yoes.
  5. Practica meditación a diario. Mi recomendación es practicar meditación Vipassana, la técnica que enseñó Buda, o mindfulness, su adaptación a Occidente.

“Para conectar con tu Ser superior, necesitas salir de la cárcel de tu mente. Y para ello necesitas ver los barrotes” (Javier Carril. «Reconecta contigo», 2021)

Reconectar con la vida

  1. Cicatriza tus heridas y agradece lo que han hecho por ti. Las heridas de nuestra vida son parte de nosotros y nos hacen más humildes y sabios, si sabemos apreciarlas y extraer el aprendizaje.
  2. Todo cambia y nada es permanente, así que nada ni nadie nos dará satisfacción duradera. Recordarnos a diario que todo es efímero nos ayudará a vivir con más ecuanimidad y sabiduría.
  3. Aprende a vivir en el presente, es lo único real que existe. El poder del ahora es transformador.
  4. Deja de intentar controlar la vida, y céntrate en vivirla tal como es. Liberarás un montón de tensiones y nudos internos.
  5. Da las gracias todos los días por los pequeños regalos de cada día.

“Las personas no viven la vida real, sino que generan fantasías y expectativas sobre lo que debería ser la vida. 
Ahí surge el sufrimiento.”
(Javier Carril. «Reconecta contigo», 2021)

Reconectar con los demás

  1. Expresa tu reconocimiento y gratitud a los demás con generosidad.
  2. Trata de comprender y aceptar a los demás en lugar de juzgarles o pretender cambiarles.
  3. Renuncia a tener siempre la razón y abre tu mente a otras perspectivas. Deja a tu ego aparcado.
  4. Muestra tu vulnerabilidad y expresa lo que sientes. Mostrarse vulnerable es propio de personas valientes.
  5. Atrévete a decir la verdad, aunque sea incómoda. Para ello, aprende a comunicar con asertividad lo que piensas, sientes y necesitas a los demás.

“La comunicación es poderosa. Con ella podemos colaborar, motivar y construir. O por el contrario, juzgar, agredir y destruir.” (Javier Carril. «Reconecta contigo», 2021)

¿Aún no has leído mi nuevo libro «Reconecta contigo»? Ahora puedes leer el primer capítulo del libro, en este link: Primer capítulo Reconecta contigo Y si quieres comprarlo, en este link: Libro «Reconecta contigo»

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.


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Mi retiro de meditación de 10 días

Hace pocos días terminé un curso-retiro de meditación Vipassana de 10 días en total silencio. Desconectado totalmente del mundo, ya que una de las reglas es que debíamos entregar el móvil a los organizadores, que lo guardaban bajo llave durante los 10 días. Así que sin saber nada de lo que sucedía en el mundo, sin conexión a las redes sociales, e incluso sin noticias de mi familia. He participado en otros retiros de meditación en el pasado, pero no han sido tan largos ni tan estrictos con las normas de aislamiento. Así que ha sido un reto enorme desde el punto de vista mental, emocional y físico.

La experiencia ha sido impresionante, transformadora. No se puede explicar con palabras lo que he sentido y experimentado, lo que he aprendido durante los 10 días mirando constantemente hacia dentro, hacia mi interior. Pero claro, ha sido durísimo. De hecho, siempre hay varias personas en este curso-retiro que abandonan antes del final, porque no son capaces de aguantar la exigencia del mismo. La mayoría de las veces es porque ven algo oscuro de sí mismos que emerge del inconsciente, se asustan, y deciden huir porque les da miedo lo que han descubierto. El problema es que eso que ha emergido queda sin sanar, se queda en su interior incluso más enterrado en el inconsciente, generando sufrimiento profundo en sus vidas.

La primera reflexión que hago es que para lograr una vida plena y feliz, hay que trabajar mucho. Y eso es lo que hicimos las 120 personas que participamos en este retiro, trabajar mucho con nuestra mente y nuestro cuerpo, meditando 10 horas diarias sentados. Desde el primer día me dolía todo el cuerpo (rodillas, espalda, cuello, la cabeza).

En el centro de meditación, nada más finalizar los 10 días del retiro.

¿Cual es el verdadero objetivo de este curso-retiro? Aprender cual es la raíz del sufrimiento humano, que es universal, y entrenarse para erradicar dicho sufrimiento. La meditación Vipassana es la técnica que desarrolló Buda hace 2500 años, y que liberó del sufrimiento no sólo a sí mismo, sino a miles de personas en la India a las que enseñó la técnica durante sus años de vida. El maestro birmano Goenka, inspirado por sus anteriores maestros, decidió impartir este curso en el que enseña en toda su pureza la técnica que Buda desarrolló y enseñó. Goenka ayudó también a miles de personas a liberarse del sufrimiento no sólo en la India y Birmania gracias a este curso-retiro de 10 días, sino que dicho curso se expandió por Europa y el resto del mundo, convirtiéndose en referente por su enorme poder transformador y su carácter disruptivo.

Pero evidentemente no es un retiro teórico, sino puramente experiencial. Porque nadie puede salvarnos del sufrimiento con una receta mágica ni 5 claves para ser felices, a pesar de que en nuestra ignorancia caigamos rendidos por ese tipo de recursos superficiales de los tan extendidos «gurús». Sólo uno mismo puede salvarse y erradicar el sufrimiento, trabajando con la técnica horas, días, semanas, años.

Por mi propia experiencia, que llevo practicando este tipo de meditación desde hace 17 años, los beneficios aparecen muy pronto. Por supuesto, no es igual para todo el mundo. Hay personas que empiezan a sentirse menos estresados y más felices a las pocas semanas. Otras personas sienten claros beneficios a los dos meses, pero hay algo científicamente demostrado por numerosas investigaciones: si practicas esta meditación, es seguro que vas a eliminar gran parte de tu sufrimiento y vas a poder disfrutar de una vida mucho más tranquila y feliz.

¿Pero la meditación es para todo el mundo? ¿Todo el mundo vale para meditar? Me he encontrado muchas personas que me han dicho: «Yo no valgo para meditar, porque me distraigo en seguida con mil pensamientos y no puedo poner la mente en blanco». También hay muchas personas que me han comentado: «Bueno, esto de la meditación valdrá para algunas personas, pero no es para todo el mundo. Yo para reducir mi estrés y sentirme bien practico deporte». Estas ideas preconcebidas son totalmente falsas y perjudiciales.

Yo hasta ahora era flexible, y admitía sobre todo el segundo argumento. Que hay gente que no necesita la meditación para sentirse pleno y feliz, y para disfrutar más del presente y tomarse las cosas con serenidad, porque hay otras formas para lograr esto mismo (el deporte, pasar mucho tiempo con los amigos o la familia, practicar un hobby que te requiera mucha concentración, por poner algunos ejemplos). Pero después de este retiro de Goenka, he cambiado mi creencia. La meditación es la única técnica demostrada para erradicar y liberarnos del sufrimiento humano, y cualquiera puede aprender a practicarla y beneficiarse de ella (es decir, todo el mundo es capaz de meditar, no usemos el argumento de «No valgo para meditar» como excusa).

Lo demás son parches que están muy bien, pero que no van a la raíz del sufrimiento. Es como si tenemos un árbol que no está dando buenos frutos y decidimos cortar las ramas, incluso el tronco. Pero si las raíces que están bajo tierra no están bien saneadas, no nos servirá de nada. Al cabo del tiempo crecerán las ramas y volverá a dar malos frutos. Esto es lo que hacemos constantemente los seres humanos: ponemos parches que tienen que ver con soluciones externas. Pero la única solución para alcanzar la felicidad auténtica está en nuestro interior.

¿O es que no hay muchísima gente infeliz a pesar de tener una familia estable, amigos, una posición económica desahogada y un buen trabajo? A montones. Yo lo veo todos los días. ¿Acaso son felices los millones de personas que vemos en terrazas riendo y tomando cervezas con amigos, o las que salen de viaje todos los fines de semana para escapar de sus problemas? En absoluto. Sólo intentan desconectar unas horas, unos días de su sufrimiento. Y luego no les queda más remedio que volver a sus vidas llenas de ira, miedo y frustración.

Quiero aclarar que yo soy el primero al que me encanta pasar tiempo con mi familia, disfrutar de una buena comida en un restaurante, viajar, divertirme con amigos, ir al cine o jugar un partido de padel. No hay nada de malo en ello, siempre que no confundamos la diversión y el entretenimiento con la auténtica felicidad. Porque son cosas distintas. Y por otro lado, si no tenemos paz interior, nunca podremos disfrutar plenamente ni de estar con nuestra familia ni de todo lo demás.

Nuestra mente inconsciente está encarcelada por 2 patrones de conducta: el primero es desear cosas de manera insaciable (experiencias placenteras, diversión, lograr nuestros objetivos, que todo salga según nuestros planes). Como decía Goenka, llega a tal extremo que nos hemos convertido en adictos a desear. El segundo patrón mental es la aversión al dolor (que las cosas no salgan como queremos, no lograr nuestros objetivos, tener una enfermedad, o simplemente estar aburridos en el metro). Usamos todo tipo de estrategias para evitar o huir de lo desagradable o doloroso en nuestras vidas: nos conectamos a Instagram para entretenernos, nos ponemos una serie en Netflix, nos tomamos una pastilla para la ansiedad, nos bebemos unas cuantas cervezas, o nos escapamos de fin de semana. Y ni si quiera somos conscientes de ambos patrones.

Nuestra mente es como un mono salvaje que salta de una rama a otra sin orden ni sentido, una marioneta de los placeres sensoriales y de los pensamientos agobiantes sobre el futuro y el pasado. Mientras no entrenemos a nuestra mente a no reaccionar ante los acontecimientos y experiencias de nuestra vida con esos dos patrones de conducta inconscientes, seguiremos siendo miserablemente infelices, porque dichos patrones aumentan la insatisfacción y la frustración. Sencillamente, porque no podemos conseguir estar todo el tiempo felices y divirtiéndonos, la vida no es eso, y lo sabemos perfectamente.

La meditación Vipassana es una técnica que nos entrena precisamente a que nuestra mente responda a los dos tipos de eventos de nuestra vida (los agradables y los desagradables) con ecuanimidad, y evitando la reactividad automática de nuestra mente inconsciente. Y esa ecuanimidad se desarrolla teniendo siempre presente una ley de la naturaleza incontestable: todo es efímero, todo pasa, todo cambia. Todo es impermanente: los momentos placenteros, los momentos dolorosos, todo pasa.

Ser conscientes de la impermanencia de nuestra existencia nos puede ayudar enormemente a ser más ecuánimes, y a vivir con más sabiduría. En definitiva, Vipassana no sólo es una técnica para afinar y concentrar a nuestra mente (ese mono salvaje que salta de una rama a otra constantemente, marioneta de los placeres sensoriales y de los pensamientos estresantes sobre el futuro y el pasado), no sólo nos ayuda a comprender en profundidad la vida y la raíz del sufrimiento. Es el arte de vivir una vida consciente, plena y auténticamente feliz.

¿Aún no has leído mi nuevo libro «Reconecta contigo»? Ahora puedes leer el primer capítulo del libro, en este link: Primer capítulo Reconecta contigo Y si quieres comprarlo, en este link: Libro «Reconecta contigo»

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.


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Educar para reconectar con nuestro potencial

Recientemente la editorial de mi último libro «Reconecta contigo» me comunicó que un profesor de un Instituto de Cádiz había elegido mi libro para que sus alumnos lo leyeran a lo largo del curso y debatieran sobre sus aprendizajes en un círculo de lectura creado por dicho profesor. El propósito del círculo es, al parecer, ayudar a sus alumnos a reflexionar sobre aspectos esenciales de la vida, ayudados de un libro.

La iniciativa me pareció fabulosa, y sentí un enorme orgullo y alegría al saber que el profesor había seleccionado mi libro este año. De hecho, la editorial me envió las reflexiones y aprendizajes de los alumnos, inspirados por la lectura de mi libro, y quiero compartirlas en este post. Por supuesto, aunque no aparece ningún nombre, pedí permiso al profesor para compartir estas reflexiones. Aquí van algunas:

«Esta lectura personalmente me ha servido muchísimo. He aprendido muchas cosas que debo cambiar, aprender y aportar a mí y a los que me rodean. 

El libro a mí me ha enseñado la parte bonita y «fea» de la vida, pero aún así te hace verla maravillosa. Te enseña a ver las cosas de otra manera, a no tomarte las cosas tan a lo personal, a saber disfrutar de los momentos que te va regalando la vida y no estar apegada al pasado ni angustiada por el futuro, sino viviendo el presente, el aquí y el ahora. El poder volver a confiar en alguien, en decir pues puedo contarle x cosas a x persona. Que pedir perdón, mostrar tus sentimientos, decir lo que sientes, lo que piensas y buscar ayuda o apoyo, no es de débiles. En darle valor a cada detalle de la vida y de las personas. Aprender de lo bueno que tiene y de lo malo, no siempre quedarnos con lo malo de las cosas o personas. 

Saber sanar las heridas, hablando de ellas, y no intentar tapar o echar las cosas a la espalda, porque llega el día en el que no puedes levantarte de tanto peso. En luchar por las cosas que queremos y no solo lo material, porque como el libro nos enseñó, cuando logramos lo material nos decepcionamos o aburrimos de ello con facilidad, porque nos ha costado más conseguirlo que lo que realmente tiene de valor o importancia. Para mí estas cosas son las que más estoy poniendo en práctica, gracias al libro.»

¡Qué maravilla liberarnos de lastres que nos impiden vivir con plenitud, como el resentimiento o la preocupación por el futuro! Y también es especialmente relevante la conciencia de vivir la vida tal como es, no huyendo o rechazando la parte «fea» o oscura. Eso es, simplemente, vivir con sabiduría, pero ¡Nos cuesta tanto! ¡Nos encanta contarnos historias ilusorias sobre la vida o imaginarnos todo perfecto! Y luego viene la dura caída, el inevitable desencanto al enfrentarnos con la vida. Por eso, el camino es aceptar, aceptar y aceptar la vida como es, y a partir de ahí, trabajar en mejorar las cosas. Comparto otra fantástica reflexión de otra alumna:

«Considero que últimamente sobre todo con mi familia pago con ellos el hecho de que no me encuentro bien y como dice el libro nuestra relación con los demás se ve afectada si no conseguimos estar bien con nosotros. Ahora mismo me estoy concentrando sobre todo en intentar manejar una discusión e intento poder poner en práctica el pedir perdón, ya que es una cosa que consideraba que no me costaba pues siempre cuando creía que debía pedirlo lo decía, pero llevo una semana sintiendo que le debo pedir perdón a una persona de mi entorno porque pagué una frustración personal con ella y acabamos discutiendo y soy incapaz de pedirlo. Creo que es más que nada porque esa persona también me hizo daño a mí en la discusión. 

También he de decir que me he dado cuenta de que veo siempre los problemas más grandes de lo que son y que mi «Yo complaciente» que es incapaz de decir «no» también hace que me cargue algunas veces de más cosas de las que puedo hacer y me acabo agobiando mucho por no poder hacer las cosas como a mí me gustarían. Por último, me he dado cuenta de que en el libro hay cosas con las que puedes estar más o menos de acuerdo, pero te hace pensar en cosas que antes no le dabas importancia.

Es emocionante comprobar la gran madurez de los adolescentes, a pesar de estar en una etapa tan complicada de su evolución personal. Me hubiera encantado que a mis 18 años pudiera tomar conciencia de mi «Yo complaciente» o cualquier otro aspecto de mi personalidad que me estuviera limitando, como esta chica. Comparto otra reflexión de otro chico:

«En lo personal el libro me ha parecido de mucha ayuda, aunque no haya podido aplicar del todo sus enseñanzas debido a los problemas con el estudio, y las tareas me serán de mucha ayuda más adelante, ya que me hizo ver lo hermosa que ha sido mi vida, el increíble potencial que tengo dentro de mí, que no hay que criticar a las personas sin conocerlas. Intentar no verme abrumado por los problemas pequeños, aprender a expresar mis pensamientos y liberarme en el círculo de lectura.»

Me encanta que gracias a mi libro este chico se haya dado cuenta de que tiene un potencial interior increíble y que es importante expresar sus pensamientos. Si además le he ayudado a ver lo hermosa que es la vida en esta etapa de tanta confusión y sufrimiento, pues más feliz aún me hace. Y la última reflexión de otra chica:

«He podido darme cuenta que cada uno llevamos una «carga» en nuestro interior y el ser humano tiende a ser egoísta y a pensar que las cargas nuestras son más graves que las de los demás. Gracias a este libro me he vuelto más empática, he aprendido a ponerme en la situación y a volverme más racional, y sobre todo a conectar con los demás.»

Existe una clara tendencia social que preocupa mucho a los expertos: el excesivo individualismo de las sociedades desarrolladas. Un ejemplo extremo es Suecia, desde hace décadas en la vanguardia de lo que se considera una sociedad avanzada, donde sin embargo existe una cara oscura, reflejada de forma impactante en el documental «La teoría sueca del amor».

En el documental se analiza cómo en Suecia, el referente máximo de la sociedad del bienestar, la mitad de las personas viven solas, y muchas también mueren solas y son encontradas muertas semanas después de su fallecimiento en su apartamento. Y sólo se detecta porque los vecinos empiezan a notar un olor horrible y llaman a la policía. También se cuenta en el documental cómo las mujeres ya prefieren ser madres solas, sin el apoyo de un padre. En definitiva, el individualismo crece imparable en contra de una realidad biológica del ser humano: somos seres sociales y necesitamos relacionarnos con los demás para sentirnos plenos. Por eso me parece relevante el aprendizaje de esta última chica que dice que gracias a «Reconecta contigo» se ha vuelto más empática, y que está conectando mejor con los demás.

En definitiva, siento una enorme gratitud por estos jóvenes y por su profesor. Me han hecho sentir que, con mi granito de arena, estoy contribuyendo a un mundo más consciente, empático y humano, y a que cada vez haya más personas despiertas y conscientes de su enorme potencial interior. Gracias.

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.


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5 claves para la desconexión digital

Vaya por delante que soy un ferviente defensor de la digitalización de nuestras vidas, de las redes sociales y de la tecnología en general. Estoy convencido de que tienen unas posibilidades enormes para enriquecer nuestra vida y para ayudarnos también en nuestras carreras profesionales. El móvil, Internet y las millones de aplicaciones que existen nos facilitan la vida y nos ayudan en nuestros trabajos, además de posibilitarnos hacer gestiones en tan sólo minutos que hace una década nos habría supuesto días.

De hecho, esta semana he tenido que cancelar un viaje de placer que había organizado a Egipto y al mismo tiempo he tenido que organizar de urgencia un viaje a Barcelona por un problema familiar. Todas las gestiones las hice en menos de una hora. Cancelé el viaje programado a Egipto con la agencia, comuniqué la incidencia al seguro que había contratado a través de su página web adjuntando toda la documentación, y reservé hotel y billete de tren a Barcelona para el día siguiente. Fui consciente de cuánto nos ayuda la tecnología en momentos difíciles.

Sin embargo, pasamos demasiado tiempo frente a nuestros dispositivos digitales. Nuestros smartphones son juguetes demasiado tentadores donde tenemos absolutamente todo: correo electrónico, WhatsApp, las aplicaciones para hacer cualquier gestión que necesitemos, y por supuesto, las redes sociales. Cualquiera puede darse cuenta de la enorme dependencia y adicción a nuestros teléfonos móviles mirando a la gente en un café, en el metro o incluso en la calle. Todos vamos mirando el teléfono, absortos, y ausentes de la vida real analógica que se despliega a nuestro alrededor. Sabemos por estudios realizados, véase el excelente documental «The social dilema», que los algoritmos de las redes sociales están conscientemente programados para mantenernos enganchados el mayor tiempo posible. Y vaya si lo consiguen, convirtiéndonos en miserables marionetas de la tecnología y vulnerables a la manipulación subliminal de una ideología concreta o con el objetivo de que compremos más y gastemos más dinero. Hemos perdido gran parte de nuestra libertad como seres humanos.

Pero ¿Cómo hemos llegado hasta esta situación? No cabe duda que una de las razones es que nadie nos ha enseñado a utilizar el juguete llamado «smartphone». Se ha introducido bruscamente en nuestras vidas proporcionándonos diversión, entretenimiento, agilidad y rapidez. Pero la verdadera razón de nuestra adicción y falta de desconexión digital es nuestra debilidad emocional y mental. No soportamos el aburrimiento ni la ansiedad, y tenemos nuestro teléfono móvil disponible las 24 horas del día para sacarnos de dichas emociones incómodas. Abrimos Instagram y de pronto vemos fotos idílicas de paisajes, videos de influencers diciéndonos lo divertida e interesante que es su vida, recetas de cocina y miles de opciones más. Es como si abriéramos una enorme ventana a un mundo lleno de opciones.

Un buen día, sin apenas darnos cuenta, pasamos horas mirando Instagram, Twitter o Facebook, conectados de forma permanente a nuestro correo electrónico, o enganchados a nuestros grupos de WhatsApp, leyendo interminables mensajes o chistes estúpidos y banales que son simplemente basura para nuestra mente. Y entonces perdemos contacto con la realidad, nuestra capacidad crítica se reduce drásticamente, se incrementa la posibilidad de que nos manipulen y engañen, y aumenta nuestra ansiedad y estrés al observar que los demás parece que viven una vida de película y siempre son felices mientras nos parece que nuestra vida es mediocre y miserable. También perdemos contacto y conexión con los demás deteriorando nuestras relaciones personales, perdemos también contacto con nosotros y con la vida. Necesitamos un plan para la desconexión digital.

A continuación, te sugiero 5 claves para la desconexión digital, con el fin de recuperar tu libertad y tu equilibrio mental y emocional, y fomentar una saludable relación con la tecnología:

  1. Consulta tus redes sociales de forma programada y limitada. En lugar de mirarlas constantemente y sin limitaciones de tiempo, imponte la disciplina de mirarlas sólo una vez al día. Márcate un límite de 5 minutos por cada red social. Por ejemplo, 5 minutos a Instagram, 5 minutos a LinkedIn, etc.
  2. No mires ni respondas inmediatamente a tus whatsapps. No seas esclavo de tu WhatsApp. Igual que con las redes, no interrumpas conversaciones importantes, eventos especiales con la familia o amigos ni momentos de ocio individuales por responder un mensaje. Los mensajes seguirán a la vuelta y no se habrá hundido el mundo. Por cierto, sal de los grupos de WhatsApp que no te aporten nada positivo o te generen más estrés. Olvídate de querer agradar a todo el mundo.
  3. Camina todos los días un mínimo de media hora. Actividades puramente analógicas como el ejercicio suave nos ayudan a mantener el contacto con la vida real más allá de la vida digital. Obligarte a caminar además te ayuda a estar en forma, a disfrutar del día, a observar el color de los árboles o el cielo, a sentir la sensación del sol y el aire en tu piel, a observar a la gente con la que te cruzas. En definitiva, para reconectar con la vida.
  4. Acepta y gestiona tu aburrimiento y ansiedad. Cada vez que sientas aburrimiento (en la sala de espera del médico, cuando vayas en transporte público o en un atasco de tráfico) o ansiedad (un problema que no te deja descansar la mente) es esencial que lo aceptes como emociones normales. Es una base fundamental de la inteligencia emocional, no huir de las emociones incómodas. En lugar de consultar tu móvil tratando de eliminar y escapar de esas emociones, acepta tu emoción, observa qué pensamientos provocan el aburrimiento o la ansiedad. Recuerda que acudir a lo digital quizá alivie a corto plazo tu estrés y ansiedad pero lo aumentarán en el medio largo plazo.
  5. Observa con curiosidad lo que sucede a tu alrededor. Hay un mundo maravilloso y lleno de belleza en el aquí y ahora, esperando siempre a ser descubierto por nosotros. Si nos ponemos las orejeras de burro mirando sólo nuestro smartphone nos perderemos todo lo que sucede en nuestro día a día, y la vida se nos pasará sin apenas habernos dado cuenta de nada. Si queremos vivir una vida plena y emocionalmente estimulante, necesitamos mantenernos despiertos, atentos y curiosos. La vida tiene mucho que ofrecernos si le damos la oportunidad, pero si le cerramos la puerta reduciendo todo nuestro foco a la pantalla de nuestro teléfono móvil, nos meteremos en un oscuro túnel adictivo y seremos muy infelices.

Hay mundo y vida más allá de lo digital. Si no gestionamos el uso consciente e inteligente de nuestros dispositivos digitales, seremos marionetas y esclavos de la tecnología, perderemos nuestra libertad y seremos mucho más débiles mental y emocionalmente, más dependientes de los likes, más ansiosos al creer (erróneamente) que los demás siempre son más felices o se divierten más que nosotros, y más vulnerables a la manipulación de los algoritmos y a los medios de comunicación.

¿Estás listo para empezar con tu plan de desconexión digital? Tu salud mental y emocional te lo agradecerán.

¿Aún no has leído mi nuevo libro «Reconecta contigo»? Ahora puedes leer el primer capítulo del libro, en este link: Primer capítulo Reconecta contigo Y si quieres comprarlo, en este link: Libro «Reconecta contigo»

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.


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Vivir sin arrepentirse de nada

El último post del año lo dediqué a introducir los enormes aprendizajes que obtuvo Bronnie Ware después de dedicar más de 10 años de su vida a cuidar a enfermos terminales. Bronnie escribió el libro «Los 5 principales arrepentimientos de las personas moribundas» y se convirtió en un éxito de ventas mundial. Repasemos brevemente las 5 principales razones por las cuales los seres humanos nos arrepentimos, algo que aprendió Bronnie con muchos de sus clientes, con los que llegó a entablar relaciones muy profundas.

  1. No haber mantenido el contacto con los amigos auténticos.
  2. No mostrarnos tal y como somos y no expresar nuestros sentimientos a las personas importantes de nuestra vida.
  3. Dedicar demasiado tiempo y energía al trabajo.
  4. Vivir la vida que esperan los demás de nosotros, no la que realmente deseamos.
  5. No darnos el permiso de ser felices, no darnos cuenta de que es una elección de cada día.

Sobre los dos primeros, puedes leer el post «Las 5 decisiones más importantes de nuestra vida» que publiqué hace un mes. En este post me centraré en los otros 3 arrepentimientos, siempre dándole la vuelta con el fin de extraer la decisión clave que necesitamos tomar aquí y ahora, no dentro de un mes ni dentro de un año. Porque la vida no nos espera, lo seguimos comprobando casi cada día. El problema es que creemos que todos vamos a vivir hasta los 80 o 90 años, y por eso no vemos la urgencia de tomar determinadas decisiones con total compromiso. Hasta que un día ya es demasiado tarde, ya no hay tiempo, y de ahí viene terminar nuestra vida de forma muy triste, arrepintiéndonos de no haber tomado determinadas decisiones. Así que en base a los arrepentimientos, veamos las otras 3 decisiones cruciales de nuestra vida:

  1. Mantener un equilibrio entre el tiempo dedicado a tu trabajo y el tiempo dedicado a tu vida personal. Mucha gente dedica demasiado tiempo al trabajo, a intentar lograr una carrera profesional exitosa, a ganar más dinero, etc. Y no hay nada malo en ello, siempre que no estemos sacrificando otros aspectos importantes de nuestra vida. Está claro que el tiempo es limitado, sólo tenemos 1440 minutos al día incluyendo el tiempo para dormir. Y si dedicamos muchas horas al trabajo, estaremos quitándoselo a nuestro tiempo personal para descansar, para nuestras aficiones, para estar con nuestra familia o amigos. Una de las cosas más importantes que he aprendido en mi vida es que si te obsesionas demasiado con un ámbito de tu vida, tu vida se desequilibra, y eso empieza a generarte problemas y agujeros por donde se te va la energía, la motivación y la felicidad. Por eso, una gran decisión es poner límites a tu trabajo. Bronnie tuvo más de un cliente al que le apasionaba su trabajo y por eso se volcó totalmente en él, y aun así, se arrepintió al final de su vida porque su relación con las personas más queridas se había deteriorado para siempre. Así que el hecho de que te encante tu trabajo no justifica el hecho de que desequilibres el resto de áreas vitales.
  2. Vivir la vida que realmente quieres, y no la que esperan los demás o la sociedad de ti. Es evidente que la sociedad en la que crecemos tiene sus reglas y creencias de lo que es una persona exitosa y una persona fracasada. Desde niños se nos va introduciendo sutilmente una programación mental que tiene que ver con lo que se considera correcto y lo que no, lo que está bien y lo que está mal, lo que es verdad y lo que es mentira. Y por supuesto, nunca llegamos a cuestionarlo y eso conlleva vivir acorde con una serie de ideas preconcebidas que muchas veces nos encierran en una prisión que nos hace realmente infelices. Por eso, es necesario tomar la decisión de ser valientes y no dejarnos influenciar por los demás respecto a la vida que queremos vivir, lo que queremos estudiar, en lo que deseamos trabajar, etc. Porque esa es nuestra vida, y es nuestra única vida. Tenemos derecho a elegir cómo queremos vivir. Pero muchas personas querrán cambiarnos, querrán moldearnos con sus rígidas ideas y expectativas, querrán que vivamos la vida que consideran mejor o incluso la vida que no pudieron vivir. No lo olvides, sigue a tu corazón a la hora de tomar las decisiones vitales importantes de tu vida. Por supuesto, escucha todas las opiniones y perspectivas, pero luego eres tú quien tienes que decidir tu camino, nadie más (ni tus padres, ni tu pareja, ni tus amigos ni nadie).
  3. Elegir ser feliz aquí y ahora, darte el permiso de ser feliz hoy, porque es una elección diaria que todos podemos tomar. Es habitual escuchar a todo el mundo quejarse de prácticamente todo, y también juzgar y criticar a los demás. Parece que nunca estamos satisfechos. Cuando llueve nos quejamos porque es incómodo, y cuando no llueve nos preocupamos porque hay sequía. Y así con todo. Cuando conseguimos un objetivo, inmediatamente pensamos en el siguiente. Y solemos perdernos el momento presente porque, o bien estamos dándole vueltas amargamente a un acontecimiento del pasado que ya no se puede cambiar, o bien estamos preocupados por algo que podría suceder en el futuro pero que normalmente no llega a suceder. Todas estas tendencias provienen de nuestra mente limitada, que nos tortura constantemente con su tremenda negatividad y miedo, lo cual nos lleva a vivir una vida pobre y miserable, aunque tengamos sobrados motivos para sentirnos agradecidos y felices. Las personas antes de morir adquieren una sorprendente y repentina sabiduría, y se dan cuenta de este cotidiano amargor absurdo en el que está sumergido el ser humano. Por eso, es importante que tomes la decisión (porque sí, es una decisión personal) de ser feliz ahora mismo, no cuando tus hijos se independicen o tengan un trabajo estable, no cuando te jubiles, no cuando tengas más dinero, no cuando te hagan jefe ni cuando ganes la lotería. Date el permiso de ser feliz ahora mismo, elige la gratitud por las pequeñas cosas cotidianas hoy y cada día del resto de tu vida.

Vivir una vida plena y llegar al final de nuestra existencia sin arrepentirnos de nada es difícil aunque posible. Podemos aprovechar las lecciones que nos han dado las personas que han compartido su vulnerabilidad y sus arrepentimientos, para no repetir sus errores. Ese es su legado, y es nuestra responsabilidad aprovecharlo. Te invito a poner en práctica esta semana las 3 decisiones vitales de este post, con las siguientes preguntas:

  • ¿Dedicas demasiado tiempo a tu trabajo? ¿Te gustaría tener más tiempo para tus hijos, o para estar con tu pareja, o simplemente para cuidarte, para hacer más deporte o para tus aficiones? Entonces es momento de empezar a poner límites. Comienza a salir media hora antes de tu trabajo todos los días, y poco a poco ve adelantando la salida para ir dedicando más tiempo a otras facetas de tu vida. Trabaja para vivir, no vivas para trabajar. Aunque te encante tu trabajo.
  • ¿Estás trabajando en lo que realmente te apasiona? ¿Te gustaría formarte en una vieja pasión olvidada? Nunca es tarde, puedes empezar a vivir la vida que realmente quieres, no la que los demás te han impuesto sutilmente. Apúntate a un curso de una actividad que te motive (baile, teatro, coaching, pintura, etc.)
  • ¿Sueles perderte en preocupaciones por lo que pueda pasar en el futuro? ¿Te sientes irritable o con ansiedad en tu día a día? Una de las prácticas demostradas más efectivas para disfrutar más el momento presente es la meditación mindfulness. Ahora tienes una oportunidad única porque estás a tiempo de inscribirte al curso MBSR de mindfulness, ya que empezamos el 24 de enero y aún hay plazas (en el siguiente párrafo tienes un link con información detallada). Si te interesa, puedes apuntarte al webinar gratuito de presentación del curso el 17 de enero a las 19 h. escribiendo un e-mail a carmen.celemin@execoach.es

Ya está abierta la convocatoria para la 2ª edición del curso «MBSR (Reducción del estrés con Mindfulness)» que impartiré online desde mediados de enero a marzo. Mira en el link toda la información. Curso MBSR online

¿Aún no has leído mi nuevo libro «Reconecta contigo»? Ahora puedes leer el primer capítulo del libro, en este link: Primer capítulo Reconecta contigo Y si quieres comprarlo, en este link: Libro «Reconecta contigo»

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

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Las 5 decisiones más importantes de tu vida

Bronnie Ware tenía una pasión: la música. Quería dedicar su vida a componer canciones e interpretarlas para su público. Pero en su camino se topó algo que transformó completamente su vida y la hizo famosa en todo el mundo. Como su carrera musical no acababa de arrancar y necesitaba dinero para sobrevivir, decidió aceptar un trabajo como cuidadora de una persona mayor, y como la agencia se quedó muy satisfecha con su trabajo, la empezaron a llamar de manera continua para trabajar de cuidadora de numerosas personas mayores que tenían una alta dependencia y a las que les quedaba poco tiempo de vida. Y poco a poco fue especializándose cada vez más, hasta que dedicó más de diez años de su vida a cuidados paliativos.

Como decía, esta experiencia cambió totalmente su perspectiva de la vida, la transformó como ser humano y la hizo famosa, ya que empezó a compartir en su blog personal todos los aprendizajes y lecciones que recibió de las personas moribundas. El blog recibió millones de visitas hasta que decidió publicar un libro autobiográfico donde se centró especialmente en los años que dedicó su vida a cuidar a las personas que estaban a punto de morir y las lecciones vitales esenciales que había aprendido de ellas. El libro «The top 5 regrets of the dying» (Los 5 principales arrepentimientos de las personas moribundas) se convirtió en un best-seller mundial.

Hace poco terminé de leerlo y el libro es impresionante. Creo que todo el mundo debería leerlo para poder vivir una vida más plena y satisfactoria, porque tal y como le sucedió a la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross, que también dedicó su vida a atender psicológicamente a enfermos terminales, las lecciones más importantes de su vida las aprendió directamente de las personas que estaban a punto de morir.

Aunque resulte paradójico, parece que cuando vemos inminente nuestra muerte accedemos a una conciencia profunda de lo que realmente es importante, una sabiduría que sin duda existe dentro de nosotros pero a la que, por algún motivo extraño, nos cuesta mucho acceder en nuestra vida, llena de estrés, inconsciencia y falsas expectativas, en la que ponemos el foco en aspectos superficiales y materiales que creemos que nos van a dar la felicidad y sin embargo nos la arrebatan. Si en esos momentos finales de nuestra vida nos damos cuenta de que no hemos honrado y dedicado tiempo a esos aspectos importantes de la vida, surgen los lamentos y arrepentimientos, que son profundamente dolorosos y no permiten a las personas morir en paz.

Basándome en los 5 principales arrepentimientos de los seres humanos antes de morir del libro de Bronnie, hay 5 decisiones vitales que necesitamos tomar para evitar el dolor de lamentarlo cuando ya sea tarde. Y necesitamos tomar dichas decisiones hoy, aquí y ahora, no mañana o el próximo mes o dentro de dos años. Porque como dice Bronnie, la vida no nos espera. Pensamos erróneamente que vamos a vivir muchos años, al menos hasta los 80 o 90 años, y seguramente algunos de nosotros viviremos muchos menos años, o incluso puede que dentro de un mes hayamos dejado de existir (una verdad que hemos comprobado dolorosamente a causa de la pandemia del coronavirus). Y para entonces ya será tarde. Así que la decisión es ahora.

En este post voy a detallar sólo 2 de las 5 decisiones esenciales, para no extenderme demasiado, y abordaré las otras 3 decisiones vitales en el post de enero. Vamos con las dos primeras decisiones:

  1. Mantener el contacto con tus amigos auténticos. A medida que van pasando los años solemos descuidar las relaciones personales importantes, es decir, los amigos de verdad. Y al final de la vida nos sentimos solos, arrepintiéndonos de no haber dedicado tiempo y compromiso a mantener nuestras amistades. Bronnie hace una reflexión para mí esencial: no se trata de mantener las muchas relaciones que todos tenemos con conocidos a los que llamamos erróneamente amigos. Esas relaciones nos aportan poco, simplemente socializar y divertirnos un rato, pero no son auténticos amigos. A lo que se refieren los enfermos terminales es a cuidar y mantener unas pocas amistades que son las verdaderas, con esas personas con las que tenemos conversaciones auténticas, a las que mostramos nuestra vulnerabilidad, amigos que estarían dispuestos a acudir inmediatamente en caso de que les pidiéramos ayuda o apoyo. Piensa en cuantos amigos de esa clase tienes. Seguramente se pueden contar con los dedos de una mano o como mucho con las dos manos. Si piensas que tienes 50 o 100 amigos auténticos, te estás engañando y tienes una idea de la amistad bastante errónea y superficial.
  2. Mostrar tu auténtico yo y expresar tus sentimientos a las personas importantes. Otro arrepentimiento muy habitual en las personas antes de marcharse de este mundo es que no se han mostrado tal y como son a sus hijos, pareja o amigos. En ocasiones no les han demostrado su amor o sus sentimientos con una simple frase como «Te quiero» o «Estoy muy orgulloso de ti». El principal motivo es el miedo a sentirse vulnerables, a ser heridos al mostrarse tal y como son. Pero si queremos vivir una vida plena y no lamentarnos al final de nuestros días necesitamos ser valientes y vencer las barreras educacionales y sociales que nos impiden mostrarnos como somos, con nuestros defectos y virtudes, y expresar lo que sentimos, ya sea rabia, tristeza, miedo, orgullo o alegría. Debemos quitarnos las máscaras con las que nos protegemos pero que finalmente nos impiden conectar profundamente con nuestros seres más queridos. Así que no lo dejes para mañana ni para una ocasión propicia. Recuerda, la vida no te espera. Empieza a expresar tus sentimientos y necesidades a las personas importantes de tu vida, comienza a mostrarte vulnerable, auténtico, humano. Tú, tal como eres. Diles lo mucho que les quieres a las personas más importantes (tu hijo, tu marido, tu esposa, tu madre, tu hermano…), no des por sentado que ya lo saben, porque no es así.

En el próximo post, que publicaré en enero, abordaré las otras 3 decisiones vitales fundamentales de nuestra vida, que son:

  1. Mantener un equilibrio entre el tiempo dedicado a tu trabajo y el tiempo dedicado a tu vida personal.
  2. Vivir la vida que realmente quieres, y no la que esperan los demás o la sociedad de ti.
  3. Elegir ser feliz aquí y ahora, darte el permiso de ser feliz hoy, porque es una elección diaria que todos podemos tomar.

Te espero en enero para compartir contigo en detalle en qué consisten estas 3 decisiones y cómo hacerlo. De momento, te animo a que tomes hoy mismo acciones relacionadas con las dos primeras decisiones, por ejemplo:

  • ¿Qué puedes hacer hoy para seguir conectado/a con algún amigo o amiga especial? Quizá una llamada telefónica para poneros al día, o directamente quedar con ella para un café.
  • ¿A qué persona importante de tu vida te gustaría mostrarte tal y como eres, sin máscaras, hoy mismo? ¿A quién querrías decirle lo mucho que la quieres o lo orgulloso/a que estás de ella?

La vida se va en un suspiro, y no podemos permitirnos el lujo de perder el tiempo ya que la felicidad está esperándonos en cada momento, en cada rincón, en cada respiración.

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

Los 8 caminos para una vida plena

La filosofía budista contiene una gran sabiduría que todos podemos aprovechar para mejorar la calidad de nuestra vida y mejorar también como seres humanos. Dentro de su enorme legado para la humanidad y el alivio del sufrimiento, Buda creó el llamado Óctuple sendero, que consiste en 8 caminos a cultivar con el fin de vivir una vida extraordinaria y plena. El Óctuple Sendero es una verdadera guía para actuar de forma más consciente y equilibrada, para tomar decisiones más responsables para la supervivencia y sostenibilidad de nuestro planeta, y para mejorar nuestras relaciones personales. En definitiva, un manual para mejorar como personas. Estos son los 8 caminos para ello:

  1. Comprensión correcta
  2. Intención correcta
  3. Habla correcta
  4. Acción correcta
  5. Atención correcta
  6. Concentración correcta
  7. Esfuerzo correcto
  8. Modo de vida correcto

Estos ocho aspectos nos proporcionarán una guía clara y concreta para transformar totalmente nuestra vida. Es importante no confundir la palabra “correcto” o “correcta” con los juicios morales que nos han enseñado desde niños sobre lo que es correcto o incorrecto. Lo correcto se refiere aquí a lo sabio o lo consciente. Por ejemplo, el esfuerzo correcto sería el esfuerzo sabio y necesario para cualquier tarea que emprendamos, y lo mismo para el resto de los ocho caminos.

La comprensión correcta. Se trata de comprender qué es la vida, qué significa, y alejarnos de ideas preconcebidas o de falsas ilusiones. La comprensión correcta está relacionada con tener claridad mental y ecuanimidad, y surge la mayoría de las veces de la experiencia directa. Cuando hemos superado positivamente una crisis vital o profesional importante, seguramente hayamos aumentado nuestra comprensión y por tanto, hemos evolucionado y crecido gracias a dicha crisis. Comprender también tiene que ver con integrar y aceptar determinadas leyes universales, como que todo cambia constantemente y nada permanece, o que nada ni nadie satisfará de forma duradera nuestras necesidades básicas. Entenderlo nos evitará una gran cantidad de sufrimiento.

La intención correcta se refiere a revisar siempre nuestras intenciones y aspiraciones, por si se han convertido en deseos y apegos perversos. ¿Qué intención tenemos cuando tenemos una conversación difícil con nuestro hijo, la de convencerle de nuestras razones o la de escucharle y comprenderle? ¿Qué intención real está detrás de participar en un voluntariado? ¿Es realmente ayudar a los demás o es eliminar nuestro sentimiento de culpabilidad o mostrar a los demás lo buena persona que somos? Ante todo, debemos ser muy honestos con nosotros respecto a nuestras intenciones, porque de lo contrario nos estaremos engañando y nos sumergiremos irremediablemente en la ignorancia y el sufrimiento permanente. A veces nos horrorizará descubrir nuestras auténticas intenciones porque muchas veces, bajo la apariencia de ser simpáticos y buenas personas, lo que realmente pretendemos con nuestras acciones es manipular a los demás o pavonearnos de nuestras cualidades.

El habla correcta tiene que ver con nuestro lenguaje, las palabras que utilizamos para comunicarnos con nosotros y con los demás. El lenguaje no es inocente y la forma de hablarnos a nosotros mismos provoca un gran impacto en nuestra autoestima y bienestar emocional. Asimismo, la forma de hablar a los demás impacta profundamente en las relaciones personales y profesionales. Es fundamental responsabilizarnos de cómo hablamos y cómo decimos las cosas.

La acción correcta se refiere a nuestros comportamientos y decisiones. ¿Qué consecuencias generan dichas conductas? ¿Presionamos a los demás cada vez que no hacen lo que nosotros queremos? ¿Manipulamos a nuestros amigos y familiares? ¿Practicamos el victimismo o nos comportamos de forma agresiva y violenta? Se trata de revisar nuestra forma de actuar y comportarnos con los demás, pero también con la naturaleza. ¿Somos respetuosos con el medio ambiente y el cuidado de nuestro planeta? ¿Colaboramos para que los animales vivan tranquilos en su entorno?

La atención correcta y la concentración correcta están muy conectados con el equilibrio emocional, la presencia y el mindfulness, ya que a través de la práctica de esta disciplina no sólo entrenamos nuestra atención en el momento presente (que es la atención correcta) sino que aprendemos a focalizarnos en lo importante de nuestras vidas (concentración correcta) y potenciamos nuestra inteligencia emocional. Atención y emoción están totalmente conectadas. Daniel Goleman, gurú de la inteligencia emocional, dice que entrenando la atención mejoramos la autorregulación de emociones.

El esfuerzo correcto tiene que ver también con la presencia y la práctica del mindfulness, con el fin de evitar esforzarnos demasiado en cualquier ámbito. Cuando nos olvidamos de nosotros y nos forzamos demasiado para conseguir un objetivo, estamos alejándonos del esfuerzo correcto, porque estamos descuidando nuestro equilibrio y nuestra salud, y las consecuencias pueden ser nefastas. El sobreesfuerzo implica tensión, estrés, ansiedad, dolor, y como consecuencia, falta de claridad mental, irritabilidad, y pérdida de eficiencia. Aunque es una locura sobrepasarnos a nosotros mismos, lo hacemos continuamente. Pasamos horas y horas trabajando sin descanso, nos exigimos a nosotros mismos la perfección en todos nuestros roles tanto profesionales como personales, y como la perfección es imposible nos embarcamos en un viaje interminable de estrés porque nos presionamos constantemente de manera tóxica e insana.

Al final, cuando nos extralimitamos y nos esforzamos demasiado, pagamos un alto precio. Así que la sabiduría tiene que ver con ser conscientes de nuestros límites, conscientes de que somos humanos, de que necesitamos cuidarnos y descansar, y por tanto debemos hacer el esfuerzo correcto y justo, no más de lo que es razonable o saludable. Un ejemplo del esfuerzo correcto es la práctica de la meditación. Jon Kabat-Zinn dice en su libro “Vivir con plenitud las crisis” que debemos practicar mindfulness evitando esforzarnos por conseguir algo. Se trata de mantener la atención justa, evitando la tensión innecesaria que surge de esforzarnos demasiado.

Finalmente, el modo de vida correcto implica un modo de vida responsable, sano y auténtico, que es necesario para reconectar con la vida. Podemos potenciar notablemente el modo de vida correcto a través de una filosofía de vida basada en el minimalismo. Si quieres saber más, pincha en el post que publiqué el mes pasado: Minimalismo. Menos es más.

Así que ¿Por dónde quieres empezar? Hay muchas disciplinas y herramientas que nos pueden ayudar, por ejemplo el mindfulness, la Comunicación no violenta, el minimalismo o la inteligencia emocional. Te animo a indagar en ellas y sobre todo aplicarlas en tu vida, porque como decía, la única manera de que te lleven a la vida plena y a convertirte en una persona más consciente, equilibrada y feliz es actuando, experimentando, equivocándote y aprendiendo de ello.

 

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

Presentación de mi libro «7 hábitos de mindfulness»

Me hace mucha ilusión compartir contigo que el próximo jueves 19 de abril a las 19 h. presento mi nuevo libro «7 hábitos de Mindfulness para el éxito» en el auditorio de la Torre BBVA Saenz de Oiza, en Pº Castellana, 81. Madrid. Y por supuesto, ¡Estás invitado! Me encantará, querido lector o lectora, que vengas y me acompañes en este momento tan especial.

Te adjunto aquí la invitación a la presentación. Es necesario confirmar enviando un e-mail a eventos@editorialkolima.com

Hoy mismo he impartido un taller de 4 horas de mindfulness para directivos de Recursos Humanos y de Prevención de Riesgos de unas 23 empresas. Los participantes han realizado reflexiones interesantes sobre la importancia de desarrollar la atención en el momento presente a través del entrenamiento mindfulness para evitar accidentes laborales de tráfico (muy habituales) y también accidentes con maquinaria peligrosa. Otra de las conclusiones es que la atención y la conciencia ayuda a los empleados a ser menos impulsivos y reactivos ante los problemas, reduciéndose drásticamente los conflictos y mejorando el clima laboral y la motivación. El mindfulness debe ser una herramienta preventiva, nunca reactiva. Es decir, las empresas deben tomar medidas de forma proactiva para prevenir accidentes y bajas laborales por estrés, ansiedad o depresión, que tienen un altísimo coste humano y económico. Se debe promover meditación en lugar de medicación.

Me gustan esas bolas de cristal de nieve, que contienen una figura o un paisaje y que al agitarla se llena de nieve volando dentro de la bola de cristal, y no deja ver lo que hay en el interior. Si dejamos quieta la bola, poco a poco, los copitos de nieve de la bola se van posando en la superficie y entonces podemos ver con claridad la imagen (un árbol de Navidad, unas bailarinas, una casa rural en un paisaje invernal, etc.).

Pues bien, nuestra mente es como la bola de nieve cuando la agitamos. Confundida por el maremagnum de pensamientos (copitos de nieve) que llenan nuestra mente constantemente, no somos capaces de ver con claridad la realidad. Los pensamientos nublan nuestra conciencia y andamos estresados y dispersos, haciendo cosas sin parar, a toda velocidad, como pollos sin cabeza, sin rumbo.

Necesitamos parar. Sólo parando frecuentemente lograremos que los copitos de nieve se posen en la superficie y nos dejen ver la «imagen» de nuestra vida. Cuando paremos, miremos hacia fuera, hacia un lado, hacia otro. Miremos hacia dentro también, hacia nuestro interior, prestémonos atención para ver cómo nos sentimos. Después de la parada, nuestra mente habrá ganado claridad y serenidad. Y si paramos frecuentemente, nuestra percepción de las cosas irá siendo más clara y precisa, y eso nos ayudará a mejorar nuestra vida y nuestra carrera profesional. En definitiva, si quieres avanzar, debes parar, aunque suene paradójico. La mayoría de las personas está abducida por el modo «hacer», y  no se para nunca para reflexionar, para cuestionarse, para refocalizarse. Sigue corriendo a todas partes, como los hámsters que corren en la rueda interminablemente y sin sentido.

Si vienes a la presentación, te contaré muchas más cosas, trataré de provocar tu reflexión, de inspirarte y de remover tu conciencia. Además, experimentarás el mindfulness a través de un ejercicio práctico guiado, y por supuesto te podrás llevar un ejemplar firmado por mí si quieres. ¡Anímate y nos vemos el día 19!

Si no puedes venir a la presentación y quieres comprar el libro, pincha en el siguiente link: Comprar el libro

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor.

Resiliencia y mindfulness

El conocido neuropsiquiatra Boris Cyrulnik, que superó el trauma de los campos de concentración nazis, incluyendo la matanza de sus padres, define el concepto de resiliencia como la capacidad para superar situaciones o experiencias dolorosas y traumas, saliendo fortalecido de ellos.

Es interesante la diferencia que hace Cyrulnik entre el concepto de resistencia y el de resiliencia. Resistencia sería la capacidad de mantenerse firme y fuerte en el momento de sufrir la situación traumática o dolorosa. Sin embargo, el hecho de mantenerse fuerte en ese momento crítico no significa que lo superes en tu vida, no significa que ese hecho no deje secuelas y consecuencias emocionales posteriores que condicionen tu vida. Aquí entra el concepto de resiliencia, que tiene que ver más con el post-trauma, es decir, con la capacidad de superar esa situación dolorosa después de haberse producido y además salir fortalecido, y crecer gracias a la experiencia.

Un ejemplo fácil de entender es el de los soldados cuando luchan en una guerra. Hay soldados que son muy valientes y resistentes psicológicamente, pero que después del conflicto, cuando vuelven a su vida normal, se hunden a nivel emocional. El caso de los resilientes es el de un soldado que, independientemente de lo valiente y resistente que haya sido en el conflicto, cuando vuelve es capaz de rehacer su vida, de superar los traumas de la guerra y salir fortalecido psicológicamente. Por tanto, la resiliencia podría resumirse en dos palabras: Superarlo y Crecer, o Superarlo y Ganar.

En el mundo empresarial del siglo XXI, que se ha definido por los gurús como VUCA (volátil, incierto, complejo y ambigüo), la resiliencia es algo fundamental. Salvando las distancias con respecto a eventos extremos como los mencionados, en la vida o el trabajo las personas se enfrentan a situaciones difíciles o incluso traumáticas como la muerte de un familiar muy cercano, el despido de tu puesto de trabajo, una enfermedad grave que te diagnostican, o simplemente la presión de los objetivos en el trabajo mes a mes. Y en esas situaciones la persona resiliente es más capaz de superarlas y salir fortalecido de ellas.

Una de las claves para desarrollar la resiliencia es reconocer la realidad y aceptarla. La razón por la cual no superamos situaciones graves y dolorosas es porque las negamos y además las rechazamos como injustas, anclándonos en estados emocionales negativos como el resentimiento. En definitiva, no hemos pasado página. Otra de las claves de la resiliencia es ser capaces de “ver” más allá de una experiencia difícil y dolorosa, detectando las oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Esto sólo lo podemos lograr si abrimos nuestra mente, con una visión “out of the box”.

Pero ni la aceptación ni la apertura mental son algo fácil y rápido de conseguir, porque requieren un cambio en nuestro cerebro a nivel inconsciente y en gran parte emocional. ¿Y cómo se pueden desarrollar estas capacidades, relacionadas con la resiliencia, a nivel inconsciente? ¿Existe una herramienta para ello? Sí existe y se llama Mindfulness (atención plena), como se evidenció en una investigación en 2014 de la Universidad de California y la Escuela de Medicina de San Diego, en la cual un grupo de soldados marines estadounidenses incrementaron su resiliencia y su capacidad de recuperarse positivamente de experiencias estresantes relacionadas con su participación en la guerra, después de un entrenamiento basado en la metodología mindfulness.

El mindfulness es un entrenamiento mental a través del cual desarrollamos todo el potencial de nuestro cerebro. Para explicar de forma fácilmente recordable la esencia de dicho entrenamiento, he creado el modelo mnemotécnico de las 6 As (AAAAAA). Dirigir la Atención al Aquí y Ahora, con una actitud de Apertura, Aceptación y Amabilidad. A Continuación desarrollo las 6 As:

A: Atención. Aprendemos a través del entrenamiento mindfulness a dirigir y focalizar conscientemente nuestra atención, evitando que la mente se distraiga y divague.

A: Aquí. Focalizamos la atención en el lugar donde estamos en este instante, ya que no existe otro lugar que aquí.

A: Ahora. Focalizamos la atención en el momento presente, porque no hay otro momento que este (Carpe diem). Esto implica no engancharse a los pensamientos sobre el futuro y el pasado.

A: Apertura. Es una atención abierta, curiosa, en la cual evitamos juzgar las experiencias, y evitamos contaminarnos por ideas preconcebidas, prejuicios, etc. como si volviéramos a percibir las cosas con la mente de un niño.

A: Aceptación. Entrenamos la cualidad de aceptar lo que “es”, sin querer cambiar la experiencia, sin esperar un resultado determinado, aceptando también lo desagradable o incómodo que aparezca, y no rechazándolo.

A: Amabilidad. Desarrollamos la compasión y amabilidad con nosotros, combatiendo nuestra tendencia habitual a tratarnos dura y agresivamente, a juzgarnos y reprocharnos nuestros errores y decisiones.

A través del mindfulness, entrenamos al cerebro para que aprenda a relacionarse con todo tipo de experiencias de un modo más productivo, incluyendo las experiencias dolorosas. El mindfulness desarrolla la habilidad en el cerebro de aceptar toda experiencia como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento. Y dejamos de estar condicionados por nuestros hábitos mentales: juicios, expectativas, deseos, torturarse por hechos del pasado (que se llama rumiación), generarse ansiedad por acontecimientos del futuro que aún no han sucedido (llamado pre-ocupación). Todos estos hábitos de la mente nos generan, sin darnos cuenta, mucho sufrimiento, ansiedad y estrés.

En este sentido, es muy interesante el trabajo de investigación que lleva realizando desde hace más de 30 años el Center for Mindfulness de la Universidad de Massachusetts respecto a la efectividad del Mindfulness para aprender a manejar el estrés y la ansiedad, y el Centro de Mindfulness de la Universidad de Oxford relacionado con la eficacia del mindfulness para prevenir y superar la depresión. El mindfulness, cuando se practica con regularidad, cambia la fisiología del cerebro, activando el cortex prefrontal izquierdo, relacionado con un aumento de emociones positivas, y reduce la actividad de zonas cerebrales relacionadas con la depresión (el lóbulo temporal derecho), el miedo o la rabia (la amígdala).

En el libro “El camino del Mindfulness”, John Teasdale, Mark Williams y Zindel Segal, investigadores y responsables del programa de mindfulness de Oxford, describen 7 cambios claves que se producen en las personas que integran el mindfulness como una práctica regular:

  1. De vivir con el “piloto automático” a vivir de manera consciente y atenta.
  2. De hurgar en el pasado (rumiar) y en el futuro (pre-ocuparse) a estar plenamente en el momento presente.
  3. De condicionar la experiencia a través de la mente (con juicios, recuerdos) a sentir la experiencia directamente.
  4. De intentar evitar y escapar de las experiencias poco agradables a acercarse a ellas con curiosidad.
  5. De querer que las cosas y las personas sean diferentes a aceptar las cosas tal y como son.
  6. De creerse todos los pensamientos como si fueran la verdad absoluta, a verlos como simples interpretaciones o fenómenos mentales pasajeros, que no tienen por qué corresponder con la realidad.
  7. De tratarse a uno mismo duramente a tratarse con amabilidad, compasión y aceptación.

Podemos intuir claramente que las personas resilientes han aprendido a desarrollar estos comportamientos y actitudes como hábitos, que son las que se logran a través del entrenamiento mindfulness. ¿Qué impacto tendría en nuestra vida si desarrolláramos estos 7 hábitos del mindfulness? ¿Seríamos más felices? ¿Nos iría mejor también en nuestra carrera profesional? A mí no me cabe la menor duda.

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor.

CARPE DIEM. Vive el momento presente.

La vida es corta. La vida se pasa en un suspiro. ¿Somos realmente conscientes de que dentro de unos cuantos años habremos desaparecido por completo? No lo creo. Sin embargo, nuestra vida sería mucho más plena y feliz si lo recordáramos más a menudo. En mi caso, la certeza de que voy a morir, la seguridad de que mi vida tiene fecha de caducidad me activa, me pone las pilas. Y entonces dejo de perder energía en pequeños problemas, y me focalizo en lo importante de mi vida.

Elisabeth Kübler Ross, autora del maravilloso libro «La rueda de la vida», después de su larga experiencia atendiendo a enfermos terminales, decía que las personas que están a punto de morir fueron las que más le enseñaron sobre la vida. Todos conocemos casos reales en los que un problema grave de salud cambia la perspectiva de una persona, y por supuesto, sus prioridades.

Yo mismo tuve esa experiencia dolorosa, pero imprescindible, hace 12 años cuando me diagnosticaron un angioma en el cerebro, con sus potenciales conscuencias. De pronto experimenté mi fragilidad como ser humano, mi total vulnerabilidad. Y la certeza de que en un instante toda mi vida, mis esfuerzos, mi sufrimiento y mi felicidad podían desaparecer por completo. Después del shock que sentí y del periodo de adaptación psicológica que necesité realizar, me di cuenta de que mi perspectiva sobre las cosas había cambiado. De pronto, casi nada me parecía importante, empecé a relativizar todo y me sentí mucho más ligero. Ese estado mental me permitió tomar algunas de las mejores decisiones de mi vida y de mi carrera profesional.

Seguramente has visto la famosa secuencia de la película «El club de los poetas muertos» en la que el profesor Keating anima a sus alumnos a vivir la vida intensamente, mientras les enseña las fotografías de antiguos alumnos que ya fallecieron hace años. Y les transmite la filosofía del Carpe Diem, es decir «Vive el momento». Esto, por cierto, es lo que nos enseña la práctica de la meditación: sólo existe este momento, ya que todo lo demás son creaciones mentales pasajeras y sin solidez. Preocupaciones del futuro que luego se desvanecen, pensamientos sobre acontecimientos del pasado que ya no volverán…Por lo tanto, vivamos este momento con la máxima plenitud. Y el siguiente. Y el siguiente.

Sin embargo, Carpe Diem se puede interpretar de manera irresponsable. Y utilizarlo como excusa nihilista para actuar sin freno ni límites, haciendo daño a los demás. Como no hay que preocuparse por nada del futuro, la excusa sería gastar todo nuestro dinero en nuestros caprichos, irnos constantemente de vacaciones, dejar nuestro trabajo y dedicarse a disfrutar de la dolce vita, o en casos más extremos podría servir de justificación para robar, contaminar el medio ambiente o incluso asesinar a otro ser humano. Esta interpretación distorsionada nos llevará a la autodestrucción y a una vida superficial y sin sentido.

No. Carpe Diem es aprovechar el momento presente con responsabilidad. Significa conectar con la auténtica vida para saborearla al máximo, y como consecuencia, cuidarla en todos los aspectos. El hecho de vivir el presente con intensidad no significa que nos olvidemos de planificar el futuro ni de reflexionar sobre nuestro pasado. No significa que nos dejemos llevar compulsivamente por nuestros deseos y caprichos. Se trata de evitar ser prisioneros de nuestros objetivos como si fueran el Santo Grial, y de evitar el aplazamiento constante de nuestra felicidad para otro momento. Esa tendencia a creer que: «Seré feliz cuando me vaya de vacaciones…» o «Seré feliz cuando esta persona cambie…» o «Seré feliz cuando por fin me cambie de trabajo»… Y así vamos aplazando la felicidad hasta que nos damos cuenta que hemos echado a perder nuestra vida…El único momento para empezar a ser feliz es este instante. Ahora mismo.

Por otro lado, el presente es perfecto porque nos da la lección que necesitamos en todo momento. Sin duda, siempre es una lección que necesitamos aprender para vivir con más plenitud nuestra vida, aunque nos duela mucho.

El poder de conectarnos con el ahora es inmenso y puede transformar nuestra vida totalmente. Es un auténtico despertar a otra forma de vivir la vida, con más libertad y consciencia. Rápidamente nos sentiremos más relajados, más ligeros al habernos quitado todas las mochilas del pasado y del futuro que tanto nos condicionan, y seremos conscientes de innumerables matices y detalles de la vida que se nos escapan de forma alarmante en el estado de inconsciencia en el que vivimos.

Por cierto, ¿Dónde estás en este momento, mientras lees este post? Da igual. Estés donde estés, este es tu momento para empezar a vivir de verdad. Carpe Diem.

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor.