La mejor herramienta cuando sientes ansiedad o vacío interior

Mi mujer y mis hijas saben que cuando dicen que sienten ansiedad, estrés o un vacío interior, yo les voy a repetir siempre lo mismo: «Te vendría muy bien meditar». Seguramente piensan que soy un poco cansino, pero seguiré repitiéndolo una y otra vez. Quizá algún día tenga algún efecto e incorporen la meditación a su vida. Ojalá. Lo digo por experiencia propia. La meditación ha cambiado mi vida, y me ha cambiado a mí mismo. Quizá esto último no es exacto, porque diría que la meditación, en vez de cambiarme como persona, me ha ayudado a conectar conmigo mismo y con mi sabiduría interna de manera profunda.

Así que mi consejo es siempre aprender a meditar e integrarlo como un hábito positivo, es decir, lograr meditar al menos 4 días a la semana unos 10 minutos al principio, para luego ir aumentando el tiempo hasta llegar a los 20 minutos o incluso media hora, que es lo que yo medito cada día. Porque estoy convencido de que cualquier persona es capaz de meditar y de que cualquier persona empieza a notar sus efectos beneficiosos en poco tiempo, quizá dos o tres semanas.

¿Qué es lo que vamos a notar al principio, si apostamos por meditar esos 4 días a la semana unos 10 minutos como mínimo? Lo primero que percibiremos es un mayor equilibrio emocional, notaremos que estamos menos estresados, que andamos mucho menos perdidos corriendo tras la lista de tareas. Esto no es poco, desde luego. Pero es sólo el principio de un cambio profundísimo en nuestra vida, si estamos dispuestos a comprometernos de verdad con la meditación regular.

Pasadas esas dos semanas iniciales, comenzaremos poco a poco a notar una mayor claridad mental, lo que nos llevará a tomar mejores decisiones en nuestra vida, que a su vez nos dará mucha confianza en nosotros. También notaremos que somos menos esclavos de las redes sociales, del WhatsApp y en general del uso del teléfono móvil. La meditación nos hará elevar nuestro nivel de conciencia en todas las facetas de nuestra vida, lo que mostrará muchos aspectos incómodos o incluso dolorosos de nosotros y de nuestra vida de los que no éramos conscientes, como cuando baja la marea drásticamente y vemos de pronto plásticos, objetos perdidos o incluso algún pez muerto que no veíamos con la marea alta. Esta etapa de darnos cuenta de las partes oscuras de nuestro ser y nuestra vida es necesaria, de hecho es parte del proceso de crecimiento y de paz interior que sentiremos más adelante, pero no es una fase fácil. Lo que es seguro es que pronto veremos la luz al final del túnel y por tanto es imprescindible persistir en nuestra práctica regular de meditación. Entonces comenzaremos a tomar conciencia de nuestro enorme potencial desconocido, de nuestra enorme sabiduría interior, de que somos capaces de ser mejores personas.

En ese instante de autodescubrimiento, ya llevaremos bastante tiempo viviendo más en el presente, y no tan perdidos en nuestra mente planificando, proyectando, rumiando y juzgando. Habremos vislumbrado lo que significa disfrutar de los pequeños detalles milagrosos de cada día, ya que la meditación nos habrá ayudado a aumentar nuestra sensibilidad para captar los matices y pequeñas maravillas que antes, en el piloto automático, no éramos capaces de percibir.

En resumen, la ansiedad, el estrés, la ira o la tristeza serán sólo emociones puntuales y pasajeras, porque en general sentiremos mucha más paz interior, más serenidad y más resiliencia ante las adversidades de la vida. Notaremos la meditación ha desarrollado en nosotros unos recursos y habilidades internas, tanto cognitivas como emocionales, que son esenciales para vivir una vida feliz y con mayúsculas. Todo esto lo puedo decir porque lo he vivido en mí.

La meditación, ahora más conocida en Occidente como Mindfulness o atención plena, es una disciplina que reduciría drásticamente la cantidad de suicidios creciente en el mundo, también reduciría de manera radical los millones de medicamentos ansiolíticos y antidepresivos que se toman a diario para combatir la ansiedad, el estrés o la depresión. Porque la meditación o mindfulness es una herramienta preventiva, no reactiva como los medicamentos.

De hecho, Elizabeth Hoge, directora del Programa de investigación de desórdenes de la ansiedad en el Georgetown University Medical Center, publicó un artículo sobre una investigación que realizó, donde se demostraba que participar en el prestigioso curso MBSR de mindfulness, que dura 2 meses, tiene una efectividad similar para reducir la ansiedad a haber tomado Lexapro durante 2 meses. Lexapro es un conocido medicamento recetado para reducir la ansiedad, pero lógicamente produce efectos secundarios perjudiciales para la salud que la meditación mindfulness no produce.

El programa MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction) lleva 40 años impartiéndose en todo el mundo y ha sido objeto de numerosas investigaciones científicas, por parte de destacados psicólogos y de los neurocientíficos más importantes del mundo, que han demostrado que produce cambios estructurales en el cerebro relacionados con una mayor felicidad y equilibrio emocional. Así que si quieres sentirte mejor contigo mismo y con tu vida, si quieres reducir tu ansiedad y estrés, eliminar la sensación de vacío existencial, o simplemente mejorar tu bienestar mental, emocional y físico, ya sabes mi sencillo consejo: medita.

El próximo mes de enero, además, tienes una gran oportunidad ya que voy a impartir la 3ª edición del programa MBSR de mindfulness desde finales de enero a marzo. Tienes toda la información detallada sobre contenidos, precio, días y horarios en este link: INFORMACION MBSR
Puedes inscribirte ahora a la presentación gratuita del programa para resolver cualquier duda y recibir más información escribiendo un email a ainara.perez@execoach.es

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