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Resiliencia: supéralo y gana.

El conocido neuropsiquiatra Boris Cyrulnik, que superó el trauma de los campos de concentración nazis, incluyendo la matanza de sus padres, define el concepto de resiliencia como la capacidad para superar situaciones dolorosas y traumas saliendo fortalecido de ellos.

Es interesante la diferencia que hace Cyrulnik entre el concepto de resistencia y el de resiliencia. Resistencia sería la capacidad de mantenerse firme y fuerte en el momento de sufrir la situación traumática o dolorosa. Sin embargo, el hecho de mantenerse fuerte en ese momento crítico no significa que lo superes en tu vida, no significa que ese hecho no deje secuelas y consecuencias emocionales posteriores que condicionen tu vida. Aquí entra el concepto de resiliencia, que tiene que ver más con el post-trauma, es decir, con la capacidad de superar esa situación dolorosa después de haberse producido y además salir fortalecido, y crecer gracias a la experiencia.

Un ejemplo fácil de entender es el de los soldados cuando luchan en una guerra. Hay soldados que son muy valientes y resistentes psicológicamente, pero que después del conflicto, cuando vuelven a su vida normal, se hunden a nivel emocional. El caso de los resilientes es el de un soldado que, independientemente de lo valiente y resistente que haya sido en el conflicto, cuando vuelve es capaz de rehacer su vida, de superar los traumas de la guerra y salir fortalecido psicológicamente.

Por tanto, la resiliencia podría resumirse en dos palabras: Superarlo y Crecer, o Superarlo y Ganar. Pero ¿Cuál es la clave de las personas resilientes? ¿Se puede desarrollar esta capacidad?

Una de las claves es el apoyo de personas cercanas, como familiares y amigos, para ayudar a una persona a superar una situación muy dolorosa. Por lo tanto, es esencial cuidar las relaciones emocionales de nuestro entorno más cercano.

Otra de las claves es reconocer la realidad y aceptarla. Uno de los motivos por los que no superamos situaciones graves y dolorosas es porque las negamos y además las rechazamos como injustas. En definitiva, no las aceptamos positivamente. Elisabeth Kübler-Ross ya habló de las fases del duelo, y las primeras fases están siempre relacionadas con la negación, el enfado y la falta de aceptación del fallecimiento de la persona querida.

Pero la aceptación no es algo intelectual, es algo experiencial. Obviamente es importante darnos cuenta del círculo destructivo en el que estamos cuando no aceptamos una situación y nos aferramos al pasado, pero no es suficiente. Es necesario que la aceptación impregne todas nuestras células, nuestro inconsciente. Una de las formas más efectivas que conozco para lograrlo , y además he podido comprobar en mi propia piel, es practicando el mindfulness (técnicas de atención plena).

A través del mindfulness, entrenamos al cerebro para que aprenda a relacionarse con todo tipo de experiencias de un modo más productivo, incluyendo las experiencias dolorosas. El mindfulness desarrolla la habilidad en el cerebro de aceptar toda experiencia como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento. Para ello, se potencia la curiosidad, la inquietud por descubrir qué hay detrás, y por supuesto la humildad.

Pero insisto, esto no es algo intelectual ni racional. Por eso, una vez entendido qué es y para qué sirve el mindfulness, lo que debemos hacer es ponernos a practicarlo. Sólo así podremos llegar a interiorizarlo, y estar mucho más preparados para las experiencias duras de nuestra vida.

Habremos desarrollado la resiliencia, sólo si practicamos el mindfulness con regularidad durante meses, o incluso años, porque una capacidad inconsciente del cerebro no se consigue desarrollar en un día, ni en una semana. Debemos invertir tiempo y disciplina si queremos ser personas resilientes.

Como todo lo importante en nuestra vida, desarrollar la capacidad de la resiliencia sólo se consigue en el largo plazo, y nos exige paciencia, disciplina y desde luego, confianza.

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sobremi 

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor. http://www.javiercarril.com

 

¿Qué te está regalando la vida?


El pasado fin de semana ha sido sencillo y relativamente tranquilo. Sin embargo, he disfrutado de momentos fantásticos con mis hijas. Y digo “disfrutar” porque he sido muy consciente de que los he vivido intensamente, aunque puedan parecer hechos muy normales. He reído a carcajadas con ellas, he tenido alguna conversación maravillosa y sorprendente a las 12 de la noche, y las he visto vivir intensamente, VIVIR con mayúsculas, a cada una con su personalidad y con su edad. En definitiva, he sido actor y espectador de un espectáculo increíble: la vida en su máximo esplendor y esencia.

Y eso me hace reflexionar sobre el enorme regalo que me ofrece la vida a cada minuto. No sólo en mi vida personal sino también a nivel profesional como coach y empresario. ¿Y qué hago yo con este regalo? Pues no siempre lo valoro como se merece, la verdad. Soy humano, y a veces mi ceguera o mis miedos me impiden disfrutar al máximo de dicho regalo. Sin embargo, considero un objetivo diario el hecho de ser muy consciente cada día de lo privilegiado que soy, y doy gracias a menudo por todo lo que la vida me ha ofrecido y sigue ofreciéndome.

Y de nuevo quiero ser muy sincero contigo: mi vida no ha sido ni es de color de rosa en todos los momentos. Como la vida de cualquiera, he tenido y sigo teniendo instantes de sufrimiento, experiencias difíciles y fracasos. Pero eso no cambia ni una coma lo que de verdad siento que es la vida: un auténtico regalo.

Mi pregunta es: ¿Qué te está regalando la vida en este momento? Permítete parar un momento y pensar sobre esta pregunta que todos nos debemos hacer una y otra vez, día tras día.

Y ahí va mi segunda pregunta: ¿Qué estás haciendo tú con ese regalo?

Observa si lo estás apreciando en su justa medida, pregúntate si estás bebiéndote la vida a sorbos con pasión o si por el contrario, estás desperdiciando y menospreciando ese regalo. Quizá te quejas frecuente e injustificadamente de tu situación, tal vez desgastas demasiada energía criticando a otras personas o a ti mismo/a, o probablemente ves demasiado la televisión o te pasas la vida estresado/a trabajando y contestando e-mails a las 11 h. de la noche. Si es así, despierta de una vez y empieza a disfrutar del aquí y ahora. Porque la vida es muy, muy corta. Y sólo existe lo que está sucediendo ahora mismo, en este lugar. Y tú te lo estás perdiendo…y lo peor es que nunca…nunca este momento se volverá a repetir.

¿A qué esperas para salir con ella a escena?

JAVIER CARRIL. Coach, conferenciante y escritor. Visita mi web: http://www.zencoaching.es/
Autor de los libros DesESTRÉSate, Ed. Alienta, 2010…y Zen Coaching, un nuevo método para potenciar tu vida profesional y personal, ed. Díaz de Santos, 2008.

Descubre tus pasiones, no tus habilidades

Hoy de nuevo voy a compartir un error que suelen cometer mis clientes de coaching de forma habitual. Y no sólo mis clientes, es algo que escucho muy a menudo en foros, conferencias y artículos. Es algo ya muy manido, y a pesar de que parece la solución a nuestros problemas, lo que provoca es un bloqueo absoluto. El error del que hablo es centrarnos en descubrir nuestras habilidades y fortalezas.

Sí, seguramente te resulte chocante mi planteamiento. Porque lo has oído miles de veces: descubre tus fortalezas, en lo que eres bueno, tus cualidades. Y ese es el camino para triunfar y alcanzar tus objetivos. Sin embargo, lejos de convertirse en la solución, a la mayoría de la gente la confunde y bloquea aún más, porque no acaban de localizar o detectar realmente sus fortalezas, más allá de lo obvio y conocido de sobra por la persona. Y te preguntan qué pueden hacer para descubrir sus fortalezas.

Lo que yo propongo es mucho más fácil y práctico. Céntrate en lo que te apasiona, en lo que realmente te divierte y te gusta hacer, sea lo que sea, sin limitaciones, aunque sea en un ámbito diferente al trabajo. Párate un momento y piensa qué te apasiona de verdad. Esto es mucho más fácil de identificar para cualquier persona. Y además, es precisamente lo que te apasiona lo que te debe guiar en tu carrera profesional. Porque muchas veces somos muy hábiles para un trabajo que no nos gusta. Entonces, ¿Para qué queremos identificar esa fortaleza? ¿Para seguir amargados?

Por tanto, si te focalizas en tus pasiones, tu energía se enfocará en lo que verdaderamente te apetece y motiva hacer en tu carrera profesional. Y no te preocupes si crees que no tienes las habilidades para desarrollar esa pasión. Olvídate de esas creencias limitantes. Simplemente, guía tus pasos para cumplir ese deseo, para dedicarte profesionalmente a lo que te apasiona. Con el tiempo descubrirás que estás hecho para eso que te apasiona, que eres muy bueno en ese trabajo, que de pronto has descubierto que tenías fortalezas ocultas que jamás te imaginabas que tendrías.

Este es el camino. Te aseguro que lo he comprobado no sólo en mi caso sino en otras muchas personas que se enfocaron en lo que realmente les apetecía hacer, lo que les apasionaba.

Jamás me imaginé que podía crear y dirigir una empresa y llevo 7 años dirigiendo Execoach.Jamás me imaginé que podría tener habilidades para escribir y ya he publicado dos libros. Jamás me imaginé que tenía las cualidades para apoyar a las personas hacia sus objetivos y sueños, y aquí estoy, con 7 años a mis espaldas como coach de cientos de personas y miles de sesiones de coaching.

¿La clave?: hace 8 años empecé a centrarme en lo que deseaba hacer, en lo que me apasionaba. Y me dejé llevar por esa pasión. El resto vino de forma natural, casi mágica.

Ahora, piensa: ¿Cuáles son tus 5 pasiones?

JAVIER CARRIL. Coach, conferenciante y escritor. Visita mi web: http://www.zencoaching.es/
Autor de los libros DesESTRÉSate, Ed. Alienta, 2010…y Zen Coaching, un nuevo método para potenciar tu vida profesional y personal, ed. Díaz de Santos, 2008.

No te rindas, pase lo que pase

Como casi todos los veranos, procuro dedicar algo del tiempo libre que tengo para practicar una de mis aficiones favoritas: el ajedrez.

Antes de ayer estaba jugando una partida de ajedrez on line con un desconocido. Después de unos veinte minutos de juego, él claramente tenía ventaja sobre mí, me había ido comiendo varias piezas clave y para colmo había logrado una reina adicional, la pieza más fuerte del ajedrez. Sencillamente, yo no tenía nada que hacer. Como veía la partida perdida, con una superioridad aplastante de mi adversario, pensé en abandonar, cerrar la web y dedicarme a otra cosa.

Pero una vocecita dentro de mí me dijo: “Igual que hay que ganar con dignidad, hay que saber perder con dignidad”. Pensé que a mi adversario le gustaría completar la partida hasta el final, darme el jaque mate, y que sería un poco ruin por mi parte abandonar y no darle esa satisfacción. Así que continué, cada vez más desesperado por mi inferioridad.

Para mí era imposible ganar esa partida. Sin embargo, de pronto detecté un pequeñísimo punto débil en mi rival, una minúscula y ridícula oportunidad de ganar esa partida, en caso de que él cometiera unos errores garrafales e imposibles. Mi rival siguió acosándome, estaba a un movimiento o dos de darme Jaque Mate, pero yo continué mi resistencia, con la absurda esperanza de poder aprovechar esa oportunidad.

Y de pronto sucedió. Mi rival estaba tan ciego con su aplastante superioridad, tan obsesionado con ganarme rápidamente, que perdió la perspectiva y no vio lo que yo había visto desde hacía varios minutos: que él tenía un punto débil decisivo. Entonces yo aproveché mi oportunidad, hice mi movimiento y le di Jaque Mate.

El ajedrez es un juego fascinante. Y esto es lo que más me gusta: lo decisivo que resulta la psicología, la paciencia y la fe para ganar. De esta partida extraje dos lecciones que podemos aplicar a nuestra vida.

La primera es que, aunque te vayan maravillosamente bien las cosas, aunque estés teniendo un éxito descomunal, no te confíes, no te ciegues, porque el batacazo puede ser muy, muy duro. Esto es lo que le ocurrió a mi rival del ajedrez. Por eso, mantente alerta siempre, ya sea en tu vida personal como profesional. Esta alerta no tiene por qué impedirte disfrutar del éxito, pero te hará ver los peligros ocultos que toda situación esconde.

La segunda lección aprendida en esta partida es que nunca debemos rendirnos.Por muy mal que veamos la situación, por muy desesperados que nos encontremos, sigamos alerta, sigamos luchando y trabajando por lo que queremos, porque siempre hay una oportunidad, siempre hay una posibilidad para salir del túnel, aunque nos parezca imposible desde nuestra limitada perspectiva. Lo importante es no abandonar, no rendirte, no desesperar, aunque la realidad sea desesperada. Protégete de los peligros y agresiones de tu entorno, pero mantente agazapado esperando tu oportunidad. No dudes de que dicha oportunidad llegará. Y tú estarás ahí para aprovecharla.

JAVIER CARRIL. Coach. Visita mi web: http://www.zencoaching.es/
Autor de los libros DesESTRÉSate, Ed. Alienta, 2010…y Zen Coaching, un nuevo método para potenciar tu vida profesional y personal, ed. Díaz de Santos, 2008.