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De espectador a protagonista

Dos amigas se encontraban en la orilla de un río ancho y profundo, contemplando el otro lado del río a lo lejos. Deseaban cruzar porque habían oído que en la otra orilla experimentabas la plenitud y la paz interior, pero no se atrevían. Tenían miedo de no resistir y ahogarse por el agotamiento o por el riesgo de ser arrastradas por alguna corriente violenta del río, ya que no tenían ninguna barca. Sin embargo, una de ellas decidió cruzar el río. Nadó y nadó mientras su amiga la contemplaba. Por fin, observó a lo lejos que había logrado su objetivo, ya que había llegado al otro lado del río.

Al cabo de unas horas, la amiga valiente volvió a cruzar el río con gran esfuerzo. Cuando llegó de vuelta, la mujer que se había quedado le preguntó con avidez qué había descubierto tan importante para su vida. La mujer valiente le dijo que sólo podía beneficiarse si ella misma se atrevía a cruzar el río y llegar a la otra orilla. Pero su amiga le insistió que le contara todo, y así hizo para complacerla. La mujer que no había cruzado obtuvo toda la información que su amiga había recopilado en su experiencia, lo anotó todo con cuidado. Y así se quedó satisfecha.

Al cabo de unos años, ambas mujeres seguían siendo amigas. La valiente que se atrevió a cruzar el río se sentía feliz, plena y llena de paz interior en su vida y sus relaciones, mientras que la mujer que no cruzó seguía presa del sufrimiento, de la ignorancia y de la negatividad, a pesar de que trataba siempre de tener presente todas las enseñanzas que su amiga había compartido con ella de su experiencia en la otra orilla del río. No comprendía por qué seguía sintiéndose infeliz e insatisfecha ya que conocía todo lo que su amiga valiente conocía sobre cómo alcanzar la felicidad, la paz interior y la plenitud. Le parecía que la vida era muy injusta con ella, y sentía frustración y amargura.

¿Qué conclusiones extraes de esta historia? ¿Qué rol adoptas tú? ¿El de la mujer valiente que decide echarse al río y experimentar realmente lo que hay en la otra orilla, a pesar del miedo y del esfuerzo que supone? ¿O el de la mujer que quiere obtener los mismos beneficios pero sin trabajar duro y sin «mojarse» de verdad?

En mi experiencia, la gran mayoría de las personas adopta el rol de la mujer que no cruza el río pero espera obtener los beneficios de la persona que lo ha cruzado. Millones de personas devoran libros sobre autoayuda y crecimiento personal, asisten a charlas de motivación y desarrollo personal, pero luego no se remangan ni se ponen a trabajar verdaderamente en serio en su desarrollo personal. Creen que es suficiente el conocimiento intelectual y teórico de cómo obtener la paz interior y la plenitud. Pero esto es una locura. Aunque quizá el problema principal es que la mayoría de las personas no están dispuestas a hacer el esfuerzo de «cruzar el río«.

Para mí, conseguir paz interior, equilibrio y plenitud en nuestra vida es más un proceso que una meta final. A medida que cruzas el río más y más veces, vas experimentando más y más beneficios. ¿Cómo conseguirlo? ¿Leyendo cientos de libros o escuchando muchas entrevistas en las redes donde los psicólogos mediáticos y gurús nos explican con una receta mágica qué es lo que hay que hacer? Desde luego que no. Esto es útil y valioso para entender la parte intelectual o teórica, a veces ni siquiera eso ya que suelen ser soluciones fáciles y superficiales, pero aunque fueran buenos consejos, nunca sería suficiente. Tenemos que cruzar el río, tenemos que afrontar la incomodidad de mojarnos, de pasar frio, cansancio, miedo, incertidumbre. El que se queda en la orilla mirando está muy cómodo y seguro, pero a la larga será muy infeliz e ignorante.

Cruzar el río significa convertirnos de espectadores en protagonistas de nuestra vida. Significa ponerse a practicar todo lo que nos dicen las personas que han cruzado el río y que han obtenido esos enormes beneficios. Como dice Goenka, el maestro de meditación Vipassana, «Cada persona debe librar su propia batalla interior, sólo uno mismo puede salvarse del sufrimiento y de una vida miserable».

Ser espectador o protagonista es, básicamente, una elección personal que cada uno toma en su vida, con las consiguientes consecuencias. Si estás siendo espectador, estarás haciendo lo siguiente:

  • Leer un montón de libros, asistir a muchas charlas y ver muchos videos…pero no aplicar nada de verdad a tu vida real.
  • Decirle a los demás lo que tienen que cambiar para sentirse más felices y motivados, pero no aplicar esos cambios a ti mismo/a.
  • Quedarte en tu zona de confort, esperando a que los demás cambien o actúen como tú quieres.
  • Seguir en las redes sociales a unos cuantos gurús (o falsos gurús) aplicando las soluciones fáciles y superficiales que ofrecen.

Y si estás siendo protagonista de tu vida, estarás haciendo lo siguiente:

  • Probar en ti la validez de lo que defienden los expertos e integrar como un hábito sólo lo que realmente funciona.
  • Marcarte objetivos y retos ambiciosos a largo plazo (5 años, por ejemplo).
  • Definir y ejecutar acciones alcanzables a corto plazo que te lleven a avanzar a los objetivos a largo plazo.
  • Contratar a un coach para que te ayude a alcanzar tus objetivos.
  • Aprender disciplinas cuya eficacia ha sido validada (por ejemplo, la meditación) y practicarlas todos los días durante años.
  • Tomar decisiones difíciles que te incomodan y te dan miedo.

Evalúa tú mismo/a si estás siendo espectador o protagonista. Valora si estás cruzando el río una y otra vez para probar y experimentar lo que hay al otro lado, o si siempre te quedas esperando y mirando en esta orilla creyendo que ya lo sabes todo.

¿Aún no has leído mi nuevo libro «Reconecta contigo»? Ahora puedes leer el primer capítulo del libro, en este link: Primer capítulo Reconecta contigo Y si quieres comprarlo, en este link: Libro «Reconecta contigo»

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.


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Los 8 caminos para una vida plena

La filosofía budista contiene una gran sabiduría que todos podemos aprovechar para mejorar la calidad de nuestra vida y mejorar también como seres humanos. Dentro de su enorme legado para la humanidad y el alivio del sufrimiento, Buda creó el llamado Óctuple sendero, que consiste en 8 caminos a cultivar con el fin de vivir una vida extraordinaria y plena. El Óctuple Sendero es una verdadera guía para actuar de forma más consciente y equilibrada, para tomar decisiones más responsables para la supervivencia y sostenibilidad de nuestro planeta, y para mejorar nuestras relaciones personales. En definitiva, un manual para mejorar como personas. Estos son los 8 caminos para ello:

  1. Comprensión correcta
  2. Intención correcta
  3. Habla correcta
  4. Acción correcta
  5. Atención correcta
  6. Concentración correcta
  7. Esfuerzo correcto
  8. Modo de vida correcto

Estos ocho aspectos nos proporcionarán una guía clara y concreta para transformar totalmente nuestra vida. Es importante no confundir la palabra “correcto” o “correcta” con los juicios morales que nos han enseñado desde niños sobre lo que es correcto o incorrecto. Lo correcto se refiere aquí a lo sabio o lo consciente. Por ejemplo, el esfuerzo correcto sería el esfuerzo sabio y necesario para cualquier tarea que emprendamos, y lo mismo para el resto de los ocho caminos.

La comprensión correcta. Se trata de comprender qué es la vida, qué significa, y alejarnos de ideas preconcebidas o de falsas ilusiones. La comprensión correcta está relacionada con tener claridad mental y ecuanimidad, y surge la mayoría de las veces de la experiencia directa. Cuando hemos superado positivamente una crisis vital o profesional importante, seguramente hayamos aumentado nuestra comprensión y por tanto, hemos evolucionado y crecido gracias a dicha crisis. Comprender también tiene que ver con integrar y aceptar determinadas leyes universales, como que todo cambia constantemente y nada permanece, o que nada ni nadie satisfará de forma duradera nuestras necesidades básicas. Entenderlo nos evitará una gran cantidad de sufrimiento.

La intención correcta se refiere a revisar siempre nuestras intenciones y aspiraciones, por si se han convertido en deseos y apegos perversos. ¿Qué intención tenemos cuando tenemos una conversación difícil con nuestro hijo, la de convencerle de nuestras razones o la de escucharle y comprenderle? ¿Qué intención real está detrás de participar en un voluntariado? ¿Es realmente ayudar a los demás o es eliminar nuestro sentimiento de culpabilidad o mostrar a los demás lo buena persona que somos? Ante todo, debemos ser muy honestos con nosotros respecto a nuestras intenciones, porque de lo contrario nos estaremos engañando y nos sumergiremos irremediablemente en la ignorancia y el sufrimiento permanente. A veces nos horrorizará descubrir nuestras auténticas intenciones porque muchas veces, bajo la apariencia de ser simpáticos y buenas personas, lo que realmente pretendemos con nuestras acciones es manipular a los demás o pavonearnos de nuestras cualidades.

El habla correcta tiene que ver con nuestro lenguaje, las palabras que utilizamos para comunicarnos con nosotros y con los demás. El lenguaje no es inocente y la forma de hablarnos a nosotros mismos provoca un gran impacto en nuestra autoestima y bienestar emocional. Asimismo, la forma de hablar a los demás impacta profundamente en las relaciones personales y profesionales. Es fundamental responsabilizarnos de cómo hablamos y cómo decimos las cosas.

La acción correcta se refiere a nuestros comportamientos y decisiones. ¿Qué consecuencias generan dichas conductas? ¿Presionamos a los demás cada vez que no hacen lo que nosotros queremos? ¿Manipulamos a nuestros amigos y familiares? ¿Practicamos el victimismo o nos comportamos de forma agresiva y violenta? Se trata de revisar nuestra forma de actuar y comportarnos con los demás, pero también con la naturaleza. ¿Somos respetuosos con el medio ambiente y el cuidado de nuestro planeta? ¿Colaboramos para que los animales vivan tranquilos en su entorno?

La atención correcta y la concentración correcta están muy conectados con el equilibrio emocional, la presencia y el mindfulness, ya que a través de la práctica de esta disciplina no sólo entrenamos nuestra atención en el momento presente (que es la atención correcta) sino que aprendemos a focalizarnos en lo importante de nuestras vidas (concentración correcta) y potenciamos nuestra inteligencia emocional. Atención y emoción están totalmente conectadas. Daniel Goleman, gurú de la inteligencia emocional, dice que entrenando la atención mejoramos la autorregulación de emociones.

El esfuerzo correcto tiene que ver también con la presencia y la práctica del mindfulness, con el fin de evitar esforzarnos demasiado en cualquier ámbito. Cuando nos olvidamos de nosotros y nos forzamos demasiado para conseguir un objetivo, estamos alejándonos del esfuerzo correcto, porque estamos descuidando nuestro equilibrio y nuestra salud, y las consecuencias pueden ser nefastas. El sobreesfuerzo implica tensión, estrés, ansiedad, dolor, y como consecuencia, falta de claridad mental, irritabilidad, y pérdida de eficiencia. Aunque es una locura sobrepasarnos a nosotros mismos, lo hacemos continuamente. Pasamos horas y horas trabajando sin descanso, nos exigimos a nosotros mismos la perfección en todos nuestros roles tanto profesionales como personales, y como la perfección es imposible nos embarcamos en un viaje interminable de estrés porque nos presionamos constantemente de manera tóxica e insana.

Al final, cuando nos extralimitamos y nos esforzamos demasiado, pagamos un alto precio. Así que la sabiduría tiene que ver con ser conscientes de nuestros límites, conscientes de que somos humanos, de que necesitamos cuidarnos y descansar, y por tanto debemos hacer el esfuerzo correcto y justo, no más de lo que es razonable o saludable. Un ejemplo del esfuerzo correcto es la práctica de la meditación. Jon Kabat-Zinn dice en su libro “Vivir con plenitud las crisis” que debemos practicar mindfulness evitando esforzarnos por conseguir algo. Se trata de mantener la atención justa, evitando la tensión innecesaria que surge de esforzarnos demasiado.

Finalmente, el modo de vida correcto implica un modo de vida responsable, sano y auténtico, que es necesario para reconectar con la vida. Podemos potenciar notablemente el modo de vida correcto a través de una filosofía de vida basada en el minimalismo. Si quieres saber más, pincha en el post que publiqué el mes pasado: Minimalismo. Menos es más.

Así que ¿Por dónde quieres empezar? Hay muchas disciplinas y herramientas que nos pueden ayudar, por ejemplo el mindfulness, la Comunicación no violenta, el minimalismo o la inteligencia emocional. Te animo a indagar en ellas y sobre todo aplicarlas en tu vida, porque como decía, la única manera de que te lleven a la vida plena y a convertirte en una persona más consciente, equilibrada y feliz es actuando, experimentando, equivocándote y aprendiendo de ello.

 

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

Todos somos distintos…e iguales

Antes de las Navidades, a mediados de diciembre, participé en una formación intensiva avanzada de la Universidad de Brown para profesores del programa MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction). El programa MBSR es el programa oficial de mindfulness de la Universidad de Massachusetts y el más prestigioso del mundo sobre mindfulness (atención plena). Se lleva impartiendo desde el año 1979, y han asistido miles de personas en todo el mundo desde entonces. El MBSR ha sido objeto de numerosos estudios científicos que han validado su eficacia para enfrentarse al estrés y al sufrimiento, e incluso al dolor físico, y para poder vivir una vida mucho más plena y feliz. Por ejemplo, al finalizar el programa se han observado en los participantes cambios cerebrales importantes relacionados con el desarrollo de habilidades cognitivas y emocionales como la atención, la memoria y la regulación emocional (aumento del grosor del cortex prefrontal relacionado con las emociones positivas, y reducción de la actividad de la amígdala cerebral, relacionada con emociones básicas negativas como el miedo y la ira).

Sala donde se celebró la formación para profesores de MBSR, en un descanso.

La formación para profesores fue muy intensa, fue una especie de curso/retiro de 9 días donde convivimos 40 personas. Más allá de los importantes aprendizajes que he tenido para perfeccionar y pulir mis habilidades y competencias como profesor de mindfulness, ha sido la experiencia humana la que más me ha impactado (más abajo comparto mis 4 principales lecciones aprendidas). El curso fue totalmente vivencial, exploramos nuestras propias vidas, nuestros patrones limitantes pero también nuestra grandeza interior. Es decir, fue realmente una investigación experiencial de lo que es vivir, y de lo que significa ser humanos. Tuvimos todo tipo de momentos. Momentos de carcajadas y risas, momentos de silencio total, momentos importantes en que alguien compartía algo y no podía evitar que se le cayeran las lágrimas. Desde luego, para mí ha sido una experiencia transformadora e inolvidable.

Practicamos muchísimas horas de mindfulness, guiamos prácticas a otros compañeros y fuimos guiados, recibimos y nos dimos feedback entre nosotros, y también analizamos en profundidad el programa MBSR. Empezábamos a las 8 h. de la mañana meditando en silencio y cerrábamos el día a las 22 h. con otra meditación. Entre medias, 9 horas de curso haciendo todo tipo de dinámicas, ejercicios grupales e individuales. Todo ello durante 9 días. Muy intenso, a nivel mental, emocional y físico.

Voy a resumir mis principales conclusiones y reflexiones sobre estos días. Principalmente son 4 reflexiones:

  1. Todos tenemos heridas. Todos los seres humanos tenemos heridas, todos hemos sufrido momentos duros y dramáticos en nuestra vida. Y es importante que las miremos de frente, porque forman parte de nosotros y la persona que somos hoy es, en parte, gracias a esas heridas. Si no tuviéramos heridas, no podríamos comprender las heridas de los demás, nos sería imposible ser empáticos y compasivos con el resto de personas, así que debemos ver nuestras heridas del pasado incluso con gratitud porque nos han hecho más humildes, más humanos y mejores personas.
  2. Todos somos capaces de aliviar nuestro sufrimiento. Al mismo tiempo, el ser humano tiene la capacidad para desarrollar los recursos necesarios con el fin de aliviar e incluso de eliminar gran parte de su sufrimiento. No obstante, esta es una dura tarea porque es necesario hacer un trabajo profundo de autoconocimiento y de desarrollo de habilidades, que no todo el mundo está dispuesto a hacer, porque requiere esfuerzo, disciplina y una sólida actitud de mejora continua. Todos podemos hacer las paces con la vida y con nosotros mismos, y así eliminar nuestro sufrimiento, pero hay que trabajar. El mindfulness es una de esas prácticas que nos ayudan a entender nuestros patrones mentales, a desarrollar esas habilidades y recursos, y a desplegarlos en nuestra vida cotidiana. Pero es necesario practicar regularmente, todos los días.
  3. Todos tenemos una grandeza interior impresionante. Cada vez que he participado en un curso similar he comprobado esta gran verdad: que toda persona tiene una grandeza interior inimaginable. No soy un ingenuo, sé que el ser humano también es capaz de lo peor, de realizar las mayores atrocidades también inimaginables. La historia nos lo ha demostrado muchas veces, con millones de personas torturadas, asesinadas y humilladas. Pero al mismo tiempo el ser humano es grande, y es capaz incluso de sacrificar su vida por un bien mayor. Durante estos 9 días he podido experimentar conmovido la grandeza de los 40 seres humanos que estábamos reunidos allí para investigar el alma humana. Y digo conmovido porque he sentido en muchos momentos ternura, compasión, tristeza, alegría y admiración por mis compañeros. Y de esa manera también he conectado con mi propia grandeza.
  4. Todos somos distintos, pero iguales. Una compañera dijo al final del curso esta frase, tan real. Porque además de ser iguales como seres humanos por todo lo que he comentado en los anteriores puntos, cada persona es única, irrepetible, diferente, maravillosa por ser precisamente así. Y eso también debemos explorarlo cada uno de nosotros, darnos cuenta de que somos únicos porque cada uno hemos crecido en una familia diferente, con una educación diferente, hemos superado retos distintos, vivido dramas o incluso tragedias distintas, y hemos conseguido también logros y éxitos distintos. Y precisamente esa es una riqueza fabulosa, la diversidad del ser humano, y la importancia de respetar esa diversidad y diferencias de raza, sexo, creencias religiosas y políticas, educación, etc. Cuando experimentas en tu piel esta maravilla de que seamos únicos y diferentes, y al mismo tiempo iguales como seres humanos, compartiendo esta experiencia de vivir, de sufrir, de amar, de caernos y levantarnos…tu visión cambia, y esta visión abre tu mente y tu corazón.

Después de esta formación, una más de las que he realizado como profesor de mindfulness, he confirmado y reforzado mi compromiso de seguir ayudando a millones de personas a que se conozcan y comprendan mejor, a que aprendan a aliviar su sufrimiento y a lograr la paz interior, y a que desarrollen todo su potencial como seres humanos. He fijado ya la fecha de mi próximo curso de introducción al mindfulness, y seguramente este año lanzaré mi primer programa MBSR de 8 semanas. Así que siento un profundo entusiasmo y una enorme gratitud por todo lo que he vivido durante la formación de 9 días.

Finalmente, querido seguidor o seguidora de este blog, quiero darte la bienvenida a este nuevo año lleno de oportunidades para hacer un cambio en tu vida, para salir de tu zona cómoda, para dejar de resignarte a todo lo que te hace infeliz, y empezar a diseñar la vida que quieres vivir. Recuerda, tienes una grandeza interior enorme y tienes los recursos para conseguirlo.

Apúntate a mi próximo Taller de introducción al Mindfulness, el sábado 1 de febrero de 2020. Esta es ya la 10ª edición. En el link tienes todos los detalles del curso y cómo reservar una plaza. Información Curso Mindfulness

Y si quieres ir abriendo boca, puedes comprar mi último libro «7 hábitos de mindfulness para el éxito», pinchando en el siguiente link: Comprar el libro

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

Descubre tus pasiones, no tus habilidades

Hoy de nuevo voy a compartir un error que suelen cometer mis clientes de coaching de forma habitual. Y no sólo mis clientes, es algo que escucho muy a menudo en foros, conferencias y artículos. Es algo ya muy manido, y a pesar de que parece la solución a nuestros problemas, lo que provoca es un bloqueo absoluto. El error del que hablo es centrarnos en descubrir nuestras habilidades y fortalezas.

Sí, seguramente te resulte chocante mi planteamiento. Porque lo has oído miles de veces: descubre tus fortalezas, en lo que eres bueno, tus cualidades. Y ese es el camino para triunfar y alcanzar tus objetivos. Sin embargo, lejos de convertirse en la solución, a la mayoría de la gente la confunde y bloquea aún más, porque no acaban de localizar o detectar realmente sus fortalezas, más allá de lo obvio y conocido de sobra por la persona. Y te preguntan qué pueden hacer para descubrir sus fortalezas.

Lo que yo propongo es mucho más fácil y práctico. Céntrate en lo que te apasiona, en lo que realmente te divierte y te gusta hacer, sea lo que sea, sin limitaciones, aunque sea en un ámbito diferente al trabajo. Párate un momento y piensa qué te apasiona de verdad. Esto es mucho más fácil de identificar para cualquier persona. Y además, es precisamente lo que te apasiona lo que te debe guiar en tu carrera profesional. Porque muchas veces somos muy hábiles para un trabajo que no nos gusta. Entonces, ¿Para qué queremos identificar esa fortaleza? ¿Para seguir amargados?

Por tanto, si te focalizas en tus pasiones, tu energía se enfocará en lo que verdaderamente te apetece y motiva hacer en tu carrera profesional. Y no te preocupes si crees que no tienes las habilidades para desarrollar esa pasión. Olvídate de esas creencias limitantes. Simplemente, guía tus pasos para cumplir ese deseo, para dedicarte profesionalmente a lo que te apasiona. Con el tiempo descubrirás que estás hecho para eso que te apasiona, que eres muy bueno en ese trabajo, que de pronto has descubierto que tenías fortalezas ocultas que jamás te imaginabas que tendrías.

Este es el camino. Te aseguro que lo he comprobado no sólo en mi caso sino en otras muchas personas que se enfocaron en lo que realmente les apetecía hacer, lo que les apasionaba.

Jamás me imaginé que podía crear y dirigir una empresa y llevo 7 años dirigiendo Execoach.Jamás me imaginé que podría tener habilidades para escribir y ya he publicado dos libros. Jamás me imaginé que tenía las cualidades para apoyar a las personas hacia sus objetivos y sueños, y aquí estoy, con 7 años a mis espaldas como coach de cientos de personas y miles de sesiones de coaching.

¿La clave?: hace 8 años empecé a centrarme en lo que deseaba hacer, en lo que me apasionaba. Y me dejé llevar por esa pasión. El resto vino de forma natural, casi mágica.

Ahora, piensa: ¿Cuáles son tus 5 pasiones?

JAVIER CARRIL. Coach, conferenciante y escritor. Visita mi web: http://www.zencoaching.es/
Autor de los libros DesESTRÉSate, Ed. Alienta, 2010…y Zen Coaching, un nuevo método para potenciar tu vida profesional y personal, ed. Díaz de Santos, 2008.

No te rindas, pase lo que pase

Como casi todos los veranos, procuro dedicar algo del tiempo libre que tengo para practicar una de mis aficiones favoritas: el ajedrez.

Antes de ayer estaba jugando una partida de ajedrez on line con un desconocido. Después de unos veinte minutos de juego, él claramente tenía ventaja sobre mí, me había ido comiendo varias piezas clave y para colmo había logrado una reina adicional, la pieza más fuerte del ajedrez. Sencillamente, yo no tenía nada que hacer. Como veía la partida perdida, con una superioridad aplastante de mi adversario, pensé en abandonar, cerrar la web y dedicarme a otra cosa.

Pero una vocecita dentro de mí me dijo: “Igual que hay que ganar con dignidad, hay que saber perder con dignidad”. Pensé que a mi adversario le gustaría completar la partida hasta el final, darme el jaque mate, y que sería un poco ruin por mi parte abandonar y no darle esa satisfacción. Así que continué, cada vez más desesperado por mi inferioridad.

Para mí era imposible ganar esa partida. Sin embargo, de pronto detecté un pequeñísimo punto débil en mi rival, una minúscula y ridícula oportunidad de ganar esa partida, en caso de que él cometiera unos errores garrafales e imposibles. Mi rival siguió acosándome, estaba a un movimiento o dos de darme Jaque Mate, pero yo continué mi resistencia, con la absurda esperanza de poder aprovechar esa oportunidad.

Y de pronto sucedió. Mi rival estaba tan ciego con su aplastante superioridad, tan obsesionado con ganarme rápidamente, que perdió la perspectiva y no vio lo que yo había visto desde hacía varios minutos: que él tenía un punto débil decisivo. Entonces yo aproveché mi oportunidad, hice mi movimiento y le di Jaque Mate.

El ajedrez es un juego fascinante. Y esto es lo que más me gusta: lo decisivo que resulta la psicología, la paciencia y la fe para ganar. De esta partida extraje dos lecciones que podemos aplicar a nuestra vida.

La primera es que, aunque te vayan maravillosamente bien las cosas, aunque estés teniendo un éxito descomunal, no te confíes, no te ciegues, porque el batacazo puede ser muy, muy duro. Esto es lo que le ocurrió a mi rival del ajedrez. Por eso, mantente alerta siempre, ya sea en tu vida personal como profesional. Esta alerta no tiene por qué impedirte disfrutar del éxito, pero te hará ver los peligros ocultos que toda situación esconde.

La segunda lección aprendida en esta partida es que nunca debemos rendirnos.Por muy mal que veamos la situación, por muy desesperados que nos encontremos, sigamos alerta, sigamos luchando y trabajando por lo que queremos, porque siempre hay una oportunidad, siempre hay una posibilidad para salir del túnel, aunque nos parezca imposible desde nuestra limitada perspectiva. Lo importante es no abandonar, no rendirte, no desesperar, aunque la realidad sea desesperada. Protégete de los peligros y agresiones de tu entorno, pero mantente agazapado esperando tu oportunidad. No dudes de que dicha oportunidad llegará. Y tú estarás ahí para aprovecharla.

JAVIER CARRIL. Coach. Visita mi web: http://www.zencoaching.es/
Autor de los libros DesESTRÉSate, Ed. Alienta, 2010…y Zen Coaching, un nuevo método para potenciar tu vida profesional y personal, ed. Díaz de Santos, 2008.

¡Yo puedo conseguirlo!

El pasado jueves 24 participé impartiendo dos conferencias en Expomanagement 2012, dentro del auditorio “Gestión de personas” que patrocinaba mi empresa Execoach durante todo el día, acogiendo conferencias del equipo de Execoach y también de otros prestigiosos ponentes como Santiago Álvarez de Mon.

Una de las dos conferencias que impartí, que trató sobre motivación y superación en momentos críticos, la tuve que preparar en tan sólo un día, ya que el ponente inicialmente programado, Curro Avalos, tuvo un problema de salud imprevisto  que le impidió acudir a la cita. Al principio fue un jarro de agua fria, ya que estaba centrado en mi otra conferencia, sobre Shadow Coaching, pero luego lo vi como un gran reto, y empecé a decirme a mí mismo: “Puedo impartir esa conferencia, y puedo tener un gran éxito”.

Yo pienso que todo en la vida sucede por algún motivo. Si mi amigo Curro tuvo un problema de salud que le impidió dar la conferencia y la responsabilidad cayó en mí, por algo sería. De hecho, días después, doy gracias al universo por haberme dado esa oportunidad, ya que la ponencia fue un éxito rotundo y espectacular. Posiblemente fue uno de los momentos más bonitos de mi vida, y sin duda uno de los momentos álgidos de mi carrera profesional. Nunca antes una audiencia me había aplaudido durante tanto rato como en esta conferencia.

¿Por qué? Quizá porque lo afronté como un desafío y me arriesgué mucho. No dejé que mi autosaboteador interno me dominara, ese que dice que no soy capaz, que soy débil y mediocre. Hice salir conscientemente a mi motivador interno y empecé a decirme: “Puedo, soy capaz”, durante todo el día que estuve preparándola.

De hecho, al final de la ponencia realicé este ejercicio con los asistentes, un ejercicio que tenía mucho riesgo, pero resultó ser decisivo en el éxito final. Indiqué a las casi 300 personas que había en el auditorio pensar en una meta o sueño que les motivara e ilusionara conseguir, luego les hice levantarse, e ir caminando por la sala diciendo a cada persona con la que se cruzara la frase siguiente: “Yo puedo conseguirlo”, todo ambientado con la motivadora canción “Ain´t no mountain high enough” de Marvin Gaye, que quedará anclada a mi mente para siempre como símbolo de  un triunfo especial e inolvidable. Después les hice que utilizaran la fisiología para aumentar la intensidad de la motivación, utilizando el puño cerrado (como hace Rafa Nadal) y elevando su volumen de voz mientras seguían diciendo la frase. El resultado fue un éxtasis total.

“Yo puedo conseguirlo” es la frase clave que debemos decirnos frecuentemente, para acallar al saboteador interno que todos tenemos, y que nos dice lo contrario. Todos debemos hacer emerger al motivador interno que también tenemos. El resultado puede ser espectacular si lo hacemos de forma repetida y regularmente. Y por otro lado, la otra lección de mi experiencia es que debemos tomar riesgos en nuestra vida. Es el único camino para vivir una vida extraordinaria.

¿Y tú? ¿Puedes conseguir tus sueños, tus metas personales y profesionales? Sí, tú puedes.

JAVIER CARRIL. Coach. Visita mi web: http://www.zencoaching.es/
Autor de los libros DesESTRÉSate, Ed. Alienta, 2010…y Zen Coaching, un nuevo método para potenciar tu vida profesional y personal, ed. Díaz de Santos, 2008.

El peligro de la autocomplacencia

Hace unos días leí una entrevista a Amy Chua, escritora del polémico libro “Madre Tigre, Hijos leones”. Es doctora en derecho por Harvard y catedrática en la Universidad de Yale. Es decir, no es una persona cualquiera. Me llamó la atención sus reflexiones sobre las diferencias en la educación de los hijos en Occidente y en China, además del declive de nuestra sociedad occidental.

Según Amy, en Occidente somos demasiado permisivos, damos demasiadas concesiones en la educación de los hijos, les damos de todo (es verdad) y los hijos son como unas máquinas insaciables de pedir y pedir. Nunca están satisfechos. De hecho, según Amy, los niños occidentales no son más felices que los niños chinos, aunque estos estén sometidos a una disciplina mucho más estricta. Además de no ganarles a los chinos en economía, ahora resulta que tampoco les ganamos en felicidad.

Esto está relacionado con la segunda reflexión: Occidente está en declive, por nuestra autocomplacencia, falta de esfuerzo y de disciplina. Tiene bastante que ver, según mi punto de vista, con la obsesión occidental por la búsqueda de la felicidad. Algo absurdo e imposible, y que a la larga provoca un resentimiento y un desencanto difícil de superar. Nos hemos centrado tanto en las últimas décadas en querer ser felices, que nos hemos olvidado del valor del esfuerzo y de la disciplina.

Por el contrario, los chinos nos están comiendo el terreno y en pocos años se convertirán en la primera potencia mundial. Y encima, lo saben. Según la escritora, los chinos opinan que los europeos nos hemos acostumbrado demasiado al estado de bienestar, somos perezosos y no hemos reaccionado.

Da que pensar, ¿No? La verdad es que si atendemos a la gran crisis que estamos sufriendo los europeos, tienen mucho sentido estas reflexiones. En general, los europeos estamos todavía en los algodones de una vida demasiado placentera.

Te invito a que te hagas una reflexión personal sobre ti mismo: ¿Realmente estás adormecido? ¿Estás demasiado cómodo en tu trabajo o en tu vida? ¿Gastas más de lo necesario (el último smartphone, el último modelo de coche, etc.)? ¿Te falta autodisciplina en tu vida? ¿Tienes una actitud de alerta para anticiparte a los cambios que van a llegar sí o sí en los próximos años?

Ayer mismo viví la fuerza de este veneno en una sesión de coaching de equipo en una empresa: autocomplacencia, falta de autocrítica y mediocridad. El equipo con el que estaba trabajando me dijo que ya funcionaban bien y que no querían cambiar, a pesar de las evidentes señales que les daba yo de que necesitaban mejorar.

Si no nos despertamos, nos despertarán a tortazos.

JAVIER CARRIL. Coach. Visita mi web: http://www.zencoaching.es/

Autor de los libros DesESTRÉSate, Ed. Alienta, 2010…y Zen Coaching, un nuevo método para potenciar tu vida profesional y personal, ed. Díaz de Santos, 2008.

By |enero 17th, 2012|coaching, disciplina, esfuerzo, Europa, felicidad, Occidente|0 Comments