retiro de meditación

/retiro de meditación

Mi retiro de meditación de 10 días

Hace pocos días terminé un curso-retiro de meditación Vipassana de 10 días en total silencio. Desconectado totalmente del mundo, ya que una de las reglas es que debíamos entregar el móvil a los organizadores, que lo guardaban bajo llave durante los 10 días. Así que sin saber nada de lo que sucedía en el mundo, sin conexión a las redes sociales, e incluso sin noticias de mi familia. He participado en otros retiros de meditación en el pasado, pero no han sido tan largos ni tan estrictos con las normas de aislamiento. Así que ha sido un reto enorme desde el punto de vista mental, emocional y físico.

La experiencia ha sido impresionante, transformadora. No se puede explicar con palabras lo que he sentido y experimentado, lo que he aprendido durante los 10 días mirando constantemente hacia dentro, hacia mi interior. Pero claro, ha sido durísimo. De hecho, siempre hay varias personas en este curso-retiro que abandonan antes del final, porque no son capaces de aguantar la exigencia del mismo. La mayoría de las veces es porque ven algo oscuro de sí mismos que emerge del inconsciente, se asustan, y deciden huir porque les da miedo lo que han descubierto. El problema es que eso que ha emergido queda sin sanar, se queda en su interior incluso más enterrado en el inconsciente, generando sufrimiento profundo en sus vidas.

La primera reflexión que hago es que para lograr una vida plena y feliz, hay que trabajar mucho. Y eso es lo que hicimos las 120 personas que participamos en este retiro, trabajar mucho con nuestra mente y nuestro cuerpo, meditando 10 horas diarias sentados. Desde el primer día me dolía todo el cuerpo (rodillas, espalda, cuello, la cabeza).

En el centro de meditación, nada más finalizar los 10 días del retiro.

¿Cual es el verdadero objetivo de este curso-retiro? Aprender cual es la raíz del sufrimiento humano, que es universal, y entrenarse para erradicar dicho sufrimiento. La meditación Vipassana es la técnica que desarrolló Buda hace 2500 años, y que liberó del sufrimiento no sólo a sí mismo, sino a miles de personas en la India a las que enseñó la técnica durante sus años de vida. El maestro birmano Goenka, inspirado por sus anteriores maestros, decidió impartir este curso en el que enseña en toda su pureza la técnica que Buda desarrolló y enseñó. Goenka ayudó también a miles de personas a liberarse del sufrimiento no sólo en la India y Birmania gracias a este curso-retiro de 10 días, sino que dicho curso se expandió por Europa y el resto del mundo, convirtiéndose en referente por su enorme poder transformador y su carácter disruptivo.

Pero evidentemente no es un retiro teórico, sino puramente experiencial. Porque nadie puede salvarnos del sufrimiento con una receta mágica ni 5 claves para ser felices, a pesar de que en nuestra ignorancia caigamos rendidos por ese tipo de recursos superficiales de los tan extendidos «gurús». Sólo uno mismo puede salvarse y erradicar el sufrimiento, trabajando con la técnica horas, días, semanas, años.

Por mi propia experiencia, que llevo practicando este tipo de meditación desde hace 17 años, los beneficios aparecen muy pronto. Por supuesto, no es igual para todo el mundo. Hay personas que empiezan a sentirse menos estresados y más felices a las pocas semanas. Otras personas sienten claros beneficios a los dos meses, pero hay algo científicamente demostrado por numerosas investigaciones: si practicas esta meditación, es seguro que vas a eliminar gran parte de tu sufrimiento y vas a poder disfrutar de una vida mucho más tranquila y feliz.

¿Pero la meditación es para todo el mundo? ¿Todo el mundo vale para meditar? Me he encontrado muchas personas que me han dicho: «Yo no valgo para meditar, porque me distraigo en seguida con mil pensamientos y no puedo poner la mente en blanco». También hay muchas personas que me han comentado: «Bueno, esto de la meditación valdrá para algunas personas, pero no es para todo el mundo. Yo para reducir mi estrés y sentirme bien practico deporte». Estas ideas preconcebidas son totalmente falsas y perjudiciales.

Yo hasta ahora era flexible, y admitía sobre todo el segundo argumento. Que hay gente que no necesita la meditación para sentirse pleno y feliz, y para disfrutar más del presente y tomarse las cosas con serenidad, porque hay otras formas para lograr esto mismo (el deporte, pasar mucho tiempo con los amigos o la familia, practicar un hobby que te requiera mucha concentración, por poner algunos ejemplos). Pero después de este retiro de Goenka, he cambiado mi creencia. La meditación es la única técnica demostrada para erradicar y liberarnos del sufrimiento humano, y cualquiera puede aprender a practicarla y beneficiarse de ella (es decir, todo el mundo es capaz de meditar, no usemos el argumento de «No valgo para meditar» como excusa).

Lo demás son parches que están muy bien, pero que no van a la raíz del sufrimiento. Es como si tenemos un árbol que no está dando buenos frutos y decidimos cortar las ramas, incluso el tronco. Pero si las raíces que están bajo tierra no están bien saneadas, no nos servirá de nada. Al cabo del tiempo crecerán las ramas y volverá a dar malos frutos. Esto es lo que hacemos constantemente los seres humanos: ponemos parches que tienen que ver con soluciones externas. Pero la única solución para alcanzar la felicidad auténtica está en nuestro interior.

¿O es que no hay muchísima gente infeliz a pesar de tener una familia estable, amigos, una posición económica desahogada y un buen trabajo? A montones. Yo lo veo todos los días. ¿Acaso son felices los millones de personas que vemos en terrazas riendo y tomando cervezas con amigos, o las que salen de viaje todos los fines de semana para escapar de sus problemas? En absoluto. Sólo intentan desconectar unas horas, unos días de su sufrimiento. Y luego no les queda más remedio que volver a sus vidas llenas de ira, miedo y frustración.

Quiero aclarar que yo soy el primero al que me encanta pasar tiempo con mi familia, disfrutar de una buena comida en un restaurante, viajar, divertirme con amigos, ir al cine o jugar un partido de padel. No hay nada de malo en ello, siempre que no confundamos la diversión y el entretenimiento con la auténtica felicidad. Porque son cosas distintas. Y por otro lado, si no tenemos paz interior, nunca podremos disfrutar plenamente ni de estar con nuestra familia ni de todo lo demás.

Nuestra mente inconsciente está encarcelada por 2 patrones de conducta: el primero es desear cosas de manera insaciable (experiencias placenteras, diversión, lograr nuestros objetivos, que todo salga según nuestros planes). Como decía Goenka, llega a tal extremo que nos hemos convertido en adictos a desear. El segundo patrón mental es la aversión al dolor (que las cosas no salgan como queremos, no lograr nuestros objetivos, tener una enfermedad, o simplemente estar aburridos en el metro). Usamos todo tipo de estrategias para evitar o huir de lo desagradable o doloroso en nuestras vidas: nos conectamos a Instagram para entretenernos, nos ponemos una serie en Netflix, nos tomamos una pastilla para la ansiedad, nos bebemos unas cuantas cervezas, o nos escapamos de fin de semana. Y ni si quiera somos conscientes de ambos patrones.

Nuestra mente es como un mono salvaje que salta de una rama a otra sin orden ni sentido, una marioneta de los placeres sensoriales y de los pensamientos agobiantes sobre el futuro y el pasado. Mientras no entrenemos a nuestra mente a no reaccionar ante los acontecimientos y experiencias de nuestra vida con esos dos patrones de conducta inconscientes, seguiremos siendo miserablemente infelices, porque dichos patrones aumentan la insatisfacción y la frustración. Sencillamente, porque no podemos conseguir estar todo el tiempo felices y divirtiéndonos, la vida no es eso, y lo sabemos perfectamente.

La meditación Vipassana es una técnica que nos entrena precisamente a que nuestra mente responda a los dos tipos de eventos de nuestra vida (los agradables y los desagradables) con ecuanimidad, y evitando la reactividad automática de nuestra mente inconsciente. Y esa ecuanimidad se desarrolla teniendo siempre presente una ley de la naturaleza incontestable: todo es efímero, todo pasa, todo cambia. Todo es impermanente: los momentos placenteros, los momentos dolorosos, todo pasa.

Ser conscientes de la impermanencia de nuestra existencia nos puede ayudar enormemente a ser más ecuánimes, y a vivir con más sabiduría. En definitiva, Vipassana no sólo es una técnica para afinar y concentrar a nuestra mente (ese mono salvaje que salta de una rama a otra constantemente, marioneta de los placeres sensoriales y de los pensamientos estresantes sobre el futuro y el pasado), no sólo nos ayuda a comprender en profundidad la vida y la raíz del sufrimiento. Es el arte de vivir una vida consciente, plena y auténticamente feliz.

¿Aún no has leído mi nuevo libro «Reconecta contigo»? Ahora puedes leer el primer capítulo del libro, en este link: Primer capítulo Reconecta contigo Y si quieres comprarlo, en este link: Libro «Reconecta contigo»

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.


Follow @JavierCarril

Seguir en Instagram @coachcarril

Todos somos distintos…e iguales

Antes de las Navidades, a mediados de diciembre, participé en una formación intensiva avanzada de la Universidad de Brown para profesores del programa MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction). El programa MBSR es el programa oficial de mindfulness de la Universidad de Massachusetts y el más prestigioso del mundo sobre mindfulness (atención plena). Se lleva impartiendo desde el año 1979, y han asistido miles de personas en todo el mundo desde entonces. El MBSR ha sido objeto de numerosos estudios científicos que han validado su eficacia para enfrentarse al estrés y al sufrimiento, e incluso al dolor físico, y para poder vivir una vida mucho más plena y feliz. Por ejemplo, al finalizar el programa se han observado en los participantes cambios cerebrales importantes relacionados con el desarrollo de habilidades cognitivas y emocionales como la atención, la memoria y la regulación emocional (aumento del grosor del cortex prefrontal relacionado con las emociones positivas, y reducción de la actividad de la amígdala cerebral, relacionada con emociones básicas negativas como el miedo y la ira).

Sala donde se celebró la formación para profesores de MBSR, en un descanso.

La formación para profesores fue muy intensa, fue una especie de curso/retiro de 9 días donde convivimos 40 personas. Más allá de los importantes aprendizajes que he tenido para perfeccionar y pulir mis habilidades y competencias como profesor de mindfulness, ha sido la experiencia humana la que más me ha impactado (más abajo comparto mis 4 principales lecciones aprendidas). El curso fue totalmente vivencial, exploramos nuestras propias vidas, nuestros patrones limitantes pero también nuestra grandeza interior. Es decir, fue realmente una investigación experiencial de lo que es vivir, y de lo que significa ser humanos. Tuvimos todo tipo de momentos. Momentos de carcajadas y risas, momentos de silencio total, momentos importantes en que alguien compartía algo y no podía evitar que se le cayeran las lágrimas. Desde luego, para mí ha sido una experiencia transformadora e inolvidable.

Practicamos muchísimas horas de mindfulness, guiamos prácticas a otros compañeros y fuimos guiados, recibimos y nos dimos feedback entre nosotros, y también analizamos en profundidad el programa MBSR. Empezábamos a las 8 h. de la mañana meditando en silencio y cerrábamos el día a las 22 h. con otra meditación. Entre medias, 9 horas de curso haciendo todo tipo de dinámicas, ejercicios grupales e individuales. Todo ello durante 9 días. Muy intenso, a nivel mental, emocional y físico.

Voy a resumir mis principales conclusiones y reflexiones sobre estos días. Principalmente son 4 reflexiones:

  1. Todos tenemos heridas. Todos los seres humanos tenemos heridas, todos hemos sufrido momentos duros y dramáticos en nuestra vida. Y es importante que las miremos de frente, porque forman parte de nosotros y la persona que somos hoy es, en parte, gracias a esas heridas. Si no tuviéramos heridas, no podríamos comprender las heridas de los demás, nos sería imposible ser empáticos y compasivos con el resto de personas, así que debemos ver nuestras heridas del pasado incluso con gratitud porque nos han hecho más humildes, más humanos y mejores personas.
  2. Todos somos capaces de aliviar nuestro sufrimiento. Al mismo tiempo, el ser humano tiene la capacidad para desarrollar los recursos necesarios con el fin de aliviar e incluso de eliminar gran parte de su sufrimiento. No obstante, esta es una dura tarea porque es necesario hacer un trabajo profundo de autoconocimiento y de desarrollo de habilidades, que no todo el mundo está dispuesto a hacer, porque requiere esfuerzo, disciplina y una sólida actitud de mejora continua. Todos podemos hacer las paces con la vida y con nosotros mismos, y así eliminar nuestro sufrimiento, pero hay que trabajar. El mindfulness es una de esas prácticas que nos ayudan a entender nuestros patrones mentales, a desarrollar esas habilidades y recursos, y a desplegarlos en nuestra vida cotidiana. Pero es necesario practicar regularmente, todos los días.
  3. Todos tenemos una grandeza interior impresionante. Cada vez que he participado en un curso similar he comprobado esta gran verdad: que toda persona tiene una grandeza interior inimaginable. No soy un ingenuo, sé que el ser humano también es capaz de lo peor, de realizar las mayores atrocidades también inimaginables. La historia nos lo ha demostrado muchas veces, con millones de personas torturadas, asesinadas y humilladas. Pero al mismo tiempo el ser humano es grande, y es capaz incluso de sacrificar su vida por un bien mayor. Durante estos 9 días he podido experimentar conmovido la grandeza de los 40 seres humanos que estábamos reunidos allí para investigar el alma humana. Y digo conmovido porque he sentido en muchos momentos ternura, compasión, tristeza, alegría y admiración por mis compañeros. Y de esa manera también he conectado con mi propia grandeza.
  4. Todos somos distintos, pero iguales. Una compañera dijo al final del curso esta frase, tan real. Porque además de ser iguales como seres humanos por todo lo que he comentado en los anteriores puntos, cada persona es única, irrepetible, diferente, maravillosa por ser precisamente así. Y eso también debemos explorarlo cada uno de nosotros, darnos cuenta de que somos únicos porque cada uno hemos crecido en una familia diferente, con una educación diferente, hemos superado retos distintos, vivido dramas o incluso tragedias distintas, y hemos conseguido también logros y éxitos distintos. Y precisamente esa es una riqueza fabulosa, la diversidad del ser humano, y la importancia de respetar esa diversidad y diferencias de raza, sexo, creencias religiosas y políticas, educación, etc. Cuando experimentas en tu piel esta maravilla de que seamos únicos y diferentes, y al mismo tiempo iguales como seres humanos, compartiendo esta experiencia de vivir, de sufrir, de amar, de caernos y levantarnos…tu visión cambia, y esta visión abre tu mente y tu corazón.

Después de esta formación, una más de las que he realizado como profesor de mindfulness, he confirmado y reforzado mi compromiso de seguir ayudando a millones de personas a que se conozcan y comprendan mejor, a que aprendan a aliviar su sufrimiento y a lograr la paz interior, y a que desarrollen todo su potencial como seres humanos. He fijado ya la fecha de mi próximo curso de introducción al mindfulness, y seguramente este año lanzaré mi primer programa MBSR de 8 semanas. Así que siento un profundo entusiasmo y una enorme gratitud por todo lo que he vivido durante la formación de 9 días.

Finalmente, querido seguidor o seguidora de este blog, quiero darte la bienvenida a este nuevo año lleno de oportunidades para hacer un cambio en tu vida, para salir de tu zona cómoda, para dejar de resignarte a todo lo que te hace infeliz, y empezar a diseñar la vida que quieres vivir. Recuerda, tienes una grandeza interior enorme y tienes los recursos para conseguirlo.

Apúntate a mi próximo Taller de introducción al Mindfulness, el sábado 1 de febrero de 2020. Esta es ya la 10ª edición. En el link tienes todos los detalles del curso y cómo reservar una plaza. Información Curso Mindfulness

Y si quieres ir abriendo boca, puedes comprar mi último libro «7 hábitos de mindfulness para el éxito», pinchando en el siguiente link: Comprar el libro

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

4 aprendizajes de mi último retiro de meditación

Aquí estoy, justo antes de empezar el retiro de meditación Vipassana de 6 días en silencio.

La pasada semana participé en un nuevo retiro de meditación Vipassana (la meditación original de Buda) en silencio. En los últimos 10 años he participado en varios retiros largos (algunos Vipassana y otros de meditación Zen), y siempre la experiencia ha sido muy especial. Eso sí, nunca ha estado exenta de momentos duros, incluso muy duros, desde el punto de vista mental, emocional y físico. Es una experiencia extrema para nuestra mente, porque no está acostumbrada a parar radicalmente y dejar de «hacer», sino que habitualmente está sobre-estimulada por la vorágine y velocidad de la vida que llevamos, por la cantidad de ruido que recibimos de los medios de comunicación, las redes sociales y los estímulos del teléfono móvil, por la cantidad de tareas y objetivos personales y profesionales que nos marcamos y realizamos a diario, por los actos sociales, los eventos a los que asistimos, e incluso nuestros planes de ocio y diversión contribuyen a mantener nuestra mente excesivamente estimulada y llena de ruido.

Lo que necesita nuestra mente es alejarse del ruido, de vez en cuando, para calmarse y poder ver con más claridad las cosas. Todos lo necesitamos, lo creamos o no. Por eso, retirarse y pasar 6 días en total silencio, meditando todo el día, puede ser una experiencia extremadamente dura para el ego, acostumbrado a estar activo y «haciendo» tareas constantemente. No obstante, si queremos vivir una vida plena, más equilibrada emocionalmente y con más claridad mental, es muy necesario parar totalmente, bajarse del tren de nuestra vida, y dedicarnos simplemente a ser.

En los retiros siempre aprendo cosas. Cosas sobre mí mismo, sobre la vida, sobre el ser humano, sobre el funcionamiento de la mente. Y vuelvo a mi vida lleno de energía, positivismo y al mismo tiempo de serenidad. También noto una enorme claridad mental que me permite tomar mejores decisiones en mi vida y en mi empresa. Un retiro de meditación implica retirarse del mundo para calmar la mente e investigar de qué va esto de vivir, para aumentar la sabiduría y aplicarla a la vuelta. En este retiro destacaría 4 aprendizajes clave, obtenidos a través de la experiencia directa de estos 6 días de meditación intensiva:

  1. El ser humano sufre innecesariamente y se puede liberar. Una cosa es el dolor, que forma parte de la vida y que es natural, y otra el sufrimiento innecesario que nos generamos los seres humanos cuando entramos en bucle, cuando nos dejamos arrastrar por nuestros pensamientos y emociones, cuando magnificamos los pequeños problemas que tenemos para convertirlos en dramas inmensos. La buena noticia es que nos podemos liberar del sufrimiento inútil, y hay dos habilidades fundamentales que se entrenan en la meditación vipassana (la técnica que enseñó Buda para liberar al ser humano del sufrimiento): la presencia y la sabiduría. Cuanta más presencia tengamos en el aquí y ahora, más sabiduría iremos obteniendo, y estaremos más capacitados para irnos liberando del sufrimiento. Y la meditación es un entrenamiento de la mente para mantenerse presente en el aquí y ahora el mayor tiempo posible.
  2. El motivo del sufrimiento humano es el deseo con apego. Este es, según Buda, el principal origen del sufrimiento humano, el deseo con apego, o el deseo egoísta. Es lícito e incluso sano desear cosas: desear objetivos, desear cosas materiales, desear relaciones, siempre que ese deseo sea un deseo sin apego. Sin apego significa que si no consigo lo que deseo, lo acepto de forma natural y no me desespero o entro en rabia, lo que me lleva a envenenarme y a generar agresividad hacia mí y hacia los demás. El deseo con apego significa que quiero lograr algo, cueste lo que cueste, y me aferro tanto a ese deseo que me ciega y no me permite actuar ni pensar con claridad ni equilibrio.
  3. Aceptar la ley de impermanencia es esencial para una felicidad duradera. La vida es inestable, volátil, impermanente. Es una ley incontestable, que todo cambia y se transforma de manera constante, minuto a minuto, incluyendo nosotros mismos. En nuestra vida lo podemos verificar en cualquier instante. Miremos un momento el día por la ventana. Al cabo de unos minutos, si nos fijamos con atención, todo habrá cambiado. Es posible que haya cambiado la luz, o haya aparecido el viento, o simplemente, pasan personas diferentes por la calle. Y si miramos la vida con perspectiva, la ley de la impermanencia es evidente. Todos tenemos etapas en que las cosas nos van bien, pero eso no dura mucho tiempo, pronto las cosas irán mal o regular, y luego volverán a ir bien, etc. La clave es aceptar esta ley universal y no resistirse a ella. Es decir, aceptar que un momento placentero se termine, y también aceptar que aparezca una experiencia difícil o dolorosa sin caer en el victimismo o enredándonos en el bucle de pensamientos negativos que da origen a la rabia y al resentimiento.
  4. Debemos empezar a cambiar nuestros actos para limpiar nuestra mente. Buda entendía que los actos no sólo son nuestros comportamientos, sino también nuestras palabras y nuestros pensamientos. Para tener una mente limpia y calmada, es necesario empezar a mejorar nuestros actos, es decir, empezar a comportarse de manera más responsable y ética, empezar a hablar con honestidad y autenticidad sin dañar a los demás, y empezar a fomentar los pensamientos nobles y positivos, en lugar de juzgar y criticar al otro. De lo contrario, no servirá de mucho hacer meditación, porque, tal y como el maestro del retiro compartió, es como cuando nieva en la montaña. Horas después la nieve se transforma en agua y cae por la montaña al río, arrastrando todo tipo de cosas (ramas, hojas secas, troncos, desperdicios) enturbiando el agua. Los actos serían como la nieve, cuyos efectos, al cabo del tiempo, llegarían a nuestra mente (el río) y si dichos actos no son positivos, ensuciarían nuestra mente.

Esta semana me siento más fuerte mental y emocionalmente, más preparado para la vida y para los desafíos que me va a poner en el camino. Seguro que en los próximos meses tendré momentos dulces, y los disfrutaré con plenitud. Pero igual de seguro tendré momentos amargos, y la clave es vivirlos con igual plenitud, no huyendo, no evadiéndome. Porque meditar nos enseña a vivir, nos enseña a afrontar la vida con valentía, y a fluir con ella para ir reduciendo cada vez más el sufrimiento innecesario e inútil que los seres humanos nos provocamos, agotándonos y confundiéndonos hasta límites inimaginables.

Si quieres comprar mi nuevo libro «7 hábitos de mindfulness para el éxito», pincha en el siguiente link: Comprar el libro

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

La fuerza del silencio y de «no hacer»

A primeros de agosto hice un retiro de meditación mindfulness (atención plena) de 5 días. En el retiro practicamos la meditación sentada, en periodos de 30 a 45 minutos, y también la meditación caminando, de forma intensiva durante todo el día. Había momentos para descansar, y cada día la maestra nos daba una charla sobre temas fundamentales, como el origen del sufrimiento, la felicidad, o cómo gestionar nuestros pensamientos y emociones.

No es el primer retiro que he hecho, ni será el último. Porque siempre constituyen para mí experiencias muy profundas y que tienen efectos importantísimos en el largo plazo, aunque no sea siempre consciente. En un retiro de este tipo no se habla, es decir, se hace todo en silencio. Se come en silencio, se camina en silencio, se medita en silencio, se escucha las charlas de la maestra en silencio.

Muchas personas dicen que les parece horroroso estar 5 días sin hablar, ¡¡y desconectado del móvil!!. Yo siempre creo que lo dicen porque no lo han experimentado nunca, ya que el silencio y la desconexión del móvil tiene unas enormes cualidades. Por ejemplo, te convierte en una persona más auténtica. ¿Por qué?

No nos damos cuenta de las máscaras que nos ponemos en nuestra vida para aparentar lo que no somos, para mostrar un personaje a la sociedad que cumpla con sus expectativas, y para complacer las normas y reglas sociales. Todo ello con el fin de sentirnos aceptados y queridos por los demás. En definitiva, sacrificamos la autenticidad por un «seudoamor» distorsionado y falso, en una especie de intercambio perverso que nos lleva a alejarnos cada vez más de nuestro ser.

Y eso lo hacemos, en gran medida, mediante la conversación social: contando nuestra vida, nuestros éxitos y experiencias, opinando, juzgando, comparando, etc. También proyectamos nuestro «personaje» cuando compartimos imágenes de nuestra vida «perfecta» en Facebook, Instagram o Twitter. O cuando hacemos algo sólo para complacer a los demás.

Por tanto, cuando estamos en silencio, no tenemos que hablar ni mostrar ninguna imagen «perfecta» de nosotros. No tenemos que cumplir con las convenciones sociales de tener que hablar, aunque no nos apetezca. Y es realmente liberador. Es muy liberador ser uno mismo, aunque también puede ser aterrador. Porque el silencio y las condiciones de un retiro intensivo de meditación provocan una conexión profunda con uno mismo. Y dicha conexión hace que veamos reflejadas también nuestras carencias emocionales, apegos, resistencias y miedos. Nuestra vulnerabilidad como seres frágiles que somos.

Después de experimentar varios retiros, estoy convencido de que nunca terminamos de conocernos. Siempre quedan cosas que descubrir, explorar, investigar y resolver. El autoconocimiento no tiene límites, y en mi caso, en este retiro he descubierto aspectos de mí que no me gustan, y otros que sí, he conectado con mis cualidades y también con mis debilidades. La clave aquí es permanecer abierto y compasivo con uno mismo y con todo lo que surja en el retiro.

Un retiro, por tanto, es como un viaje, tal y como nos dijo la maestra. Un viaje a nuestro interior, y en dicho viaje hay momentos dulces, y momentos amargos. Yo sentí paz interior, plenitud, felicidad, bienestar, y también miedo, preocupación, ansiedad, impaciencia. Como la vida misma. Sin embargo, al finalizar el retiro, y como siempre me sucede, me sentí eufórico, enérgico, con una enorme claridad mental y motivación para afrontar los desafíos de mi vida. Como decía antes, la experiencia es siempre transformadora. Y el silencio es un elemento esencial para que así sea.

¡No sabemos cuanto necesitamos silencio en nuestras vidas! Vivimos en medio de una sociedad frenética y ruidosa, y muchas veces generamos nosotros mismos ese ruido y ese movimiento sin sentido, porque nos incomoda el silencio y el hecho de parar y «no hacer». Pero es el único camino hacia la autenticidad y la felicidad verdadera y duradera. Debemos buscar momentos frecuentes y regulares de silencio y de «no hacer». Esto significa conectar con nuestro ser, al que se accede a través de la meditación mindfulness.

Quizá sea un buen propósito de inicio de curso el hecho de buscar un momento todos los días para «no hacer» nada, para estar en silencio con uno mismo, simplemente para ser. Y no me estoy refiriendo a un momento para sentarse y empezar a planificar, reflexionar, y hacer la lista de tareas. No, no tiene nada que ver con esto. Se trata de lo que promueve el mindfulness: estar presente de verdad con nuestra vida, de forma incondicional, con total aceptación, curiosidad y apertura.

Si ahora no tenemos esos momentos regulares de silencio y de «no hacer», probablemente nos estemos perdiendo lo más importante: nuestra vida.

¿Aún no has comprado mi último libro? Pincha en el link «El hombre que se atrevió a soñar» 20 relatos de motivación y liderazgo. si quieres comprarlo on line. También está a la venta en las librerías más importantes de España.

sobremi

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor.

Mindfulness para vivir una vida plena

Acabo de volver de un curso/retiro intensivo de 9 días para instructores de Mindfulness, que ha realizado el Center for Mindfulness de la Universidad de Massachussets, centro pionero en el campo del mindfulness. La experiencia ha sido inolvidable, profunda y poderosa.

Asistimos unos 150 participantes de todo el mundo (España, Canadá, India, Brasil, Rumanía, Chile, Argentina, Francia…) que hemos conectado con nosotros y entre nosotros, pero esencialmente hemos reconectado con nuestra vida.

Hemos practicado muchas horas de meditación, pero también hemos trabajado en grupos, parejas, individualmente…en numerosas dinámicas y ejercicios de reflexión en las que profundizamos en los fundamentos del mindfulness, y en las competencias que debe tener un instructor de mindfulness.

Hemos sentido muchas emociones, a veces contradictorias. También hemos desarrollado mucho nuestro autoconocimiento, clave del crecimiento personal. Autoconocimiento de nuestro potencial, pero también de nuestros hábitos limitantes (juicios, pensamientos negativos, patrones de conducta, creencias….)

¿Y cómo conectamos con nosotros y con nuestra vida a través del mindfulness? Aprendiendo a practicar actitudes como la apertura a la experiencia tal y como es, aceptándola completamente (lo bueno y lo malo, lo alegre y lo triste), y no huyendo o rechazando lo que no nos gusta de nuestra vida. Dicho así puede parecer sencillo, pero es una de las actitudes más complicadas para el ser humano, empeñado siempre en querer que las cosas sean diferentes a cómo son, fuente principal de nuestro sufrimiento. Es una actitud que no se logra de forma intelectual o teórica, sólo es posible desarrollarla mediante la práctica constante del mindfulness durante años. Diría que es un aprendizaje durante toda la vida.

Cuando practicamos intensamente mindfulness, nos encontraremos aspectos de nosotros mismos que no nos gustan. En este caso también es esencial abrirse a los descubrimientos que realicemos, y no esconder nuestros aspectos oscuros o emociones como el miedo, la rabia o la tristeza. La apertura es crucial para «estar» con lo que haya surgido: por ejemplo, darnos cuenta de cómo estamos constantemente juzgando a los demás como si fueramos superiores. O quizá conectar con el miedo a enfrentarnos a relaciones difíciles que tenemos en el trabajo o en la vida personal, o tal vez tomemos más conciencia de nuestra insatisfacción o infelicidad con nuestro trabajo.

No hay otro camino para una vida plena: conectarnos con nosotros mismos abrazando todas las partes que habitan dentro de nosotros, y abrazando también todos los aspectos de nuestra vida, los positivos y los negativos. Y el mindfulness es una preciosa oportunidad que tenemos para lograrlo. El mindfulness nos hace despertar, porque lo habitual es vivir desconectados de nosotros, estresados y ansiosos, haciendo muchas cosas que no queremos hacer. Y sólo tenemos una vida. Merece la pena aprovecharla y disfrutarla al máximo.

Si te interesa el Mindfulness, apúntate a mi próximo taller de 1 día, el próximo 5 de noviembre de 10 a 19 h. Pincha en el siguiente link si quieres más información. Ver información Curso Mindfulness 

¿Aún no has comprado mi último libro? Pincha en el link «El hombre que se atrevió a soñar» 20 relatos de motivación y liderazgo. si quieres comprarlo on line. También está a la venta en las librerías más importantes de España.

sobremi

JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor.

¿Estás despierto o estás anestesiado?

La pasada semana he estado recluido en un retiro de meditación zen. Ha sido, como otras veces, durísimo, tanto desde el punto de vista psicológico como físico. Sin embargo, la experiencia ha sido totalmente transformadora. Siempre lo es.

En un retiro zen (llamado sesshin) pones al límite tu capacidad de resistencia y autocontrol, y pasas muchos momentos oscuros y turbulentos. Por eso, no es una actividad apta para todos los públicos, aunque eso sí, uno rompe todas sus creencias limitantes cuando ve a hombres de casi ochenta años realizando el sesshin hasta el final.

Precisamente en los momentos de mayor sufrimiento y oscuridad, o precisamente por haber pasado por ellos, es cuando surgen los instantes mágicos de paz y serenidad total. Es cuando logras conectar contigo mismo, y cuando despiertas a la verdad y a la vida tal y como es. Hasta entonces, estás perdido, desorientado, anestesiado.

Hay tantas cosas que compartiría contigo de esta maravillosa experiencia, que es imposible escribirlos en un solo post, así que tendré que ir escribiendo sucesivos post en el blog.

Hay una palabra que me viene a la cabeza constantemente cuando analizo lo que ocurrió la semana pasada en el retiro. La palabra es compromiso. Las sesenta personas que estábamos allí realizando el retiro estábamos comprometidos hasta el final con lo que habíamos llegado a hacer. En cada uno de los numerosísimos e infinitos espacios de meditación sentada de 30 minutos que tuvimos, y por supuesto en el resto de actividades del sesshin, cada uno de nosotros entregaba el alma para dar lo mejor de sí mismo, y luchaba contra sí mismo para superar la dura prueba, tratando como podía de soportar el dolor, de mantener la concentración, de anclarse al presente, luchando contra sus propios personajes (el controlador, el miedoso, el vulnerable, el dependiente, etc.), otras veces siendo abrumado por ellos, y al final aceptándolos para llegar a la paz y a un estado de serenidad y olvido total, incluso de uno mismo.

Cuando vuelves a la realidad cotidiana después del retiro, las cosas siguen ahí donde las dejaste, las personas siguen siendo las mismas, el tráfico es igual y los problemas también siguen siendo los mismos. El que, definitivamente, ha cambiado eres tú, y tu forma de ver y vivir todo eso. De pronto lo que antes te resultaba tedioso o imposible de manejar, ahora te parece sencillo e incluso interesante. Lo que ha cambiado es tu forma de mirar el mundo, has despertado y has dejado de estar anestesiado, que es como está la mayoría de las personas, perdidas entre el materialismo, el consumismo, la codicia, el miedo y la envidia. Y todo ello sin apenas darse cuenta, porque están anestesiados.

Y tú, ¿Estás anestesiado también? Es el momento de despertar a la auténtica vida.

¿Quieres conocer mis Cuentos cortos motivacionales? Descárgate los 5 primeros de la serie, todos tienen mucho que ver con ese despertar a la vida del que hablo en este post. Descárgatelos de forma gratuita en este link: http://www.execoach.es/portfolio-item/cuentos-cortos/

JAVIER CARRIL. Coach, conferenciante y escritor. Visita mi web: http://www.zencoaching.es/
Autor de los libros Cuentos para adultos que quieren ser felices (Descárgatelos aquí) DesESTRÉSate, Ed. Alienta, 2010…y Zen Coaching, un método para potenciar tu vida profesional y personal, ed. Díaz de Santos, 2008.