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Reconectar contigo, con la vida y con los demás

Este mes tengo el orgullo de presentarte mi 5º libro: «Reconecta contigo», que ya está a la venta en librerías online y a partir del 14 de abril estará en librerías físicas de toda España. Estoy realmente ilusionado, ya que seguramente este sea mi libro más ambicioso, profundo y espiritual.

El mundo en el que vivimos está lleno de incertidumbre y de cambios constantes. Además, todos nos enfrentamos en nuestra vida a grandes desafíos y dificultades. Es normal que nos sintamos frecuentemente abrumados y sobrepasados en el plano emocional, con altos niveles de estrés y de confusión.
Por otro lado, la educación, la cultura y la sociedad en la que hemos crecido nos han ido moldeando y programando desde la infancia con una serie de ideas preconcebidas limitantes. En el periodo de crecimiento de la infancia a la adolescencia perdimos la conexión con nuestra esencia a causa de que la mente, el ego y las creencias se apoderaron de nosotros para siempre. Esto hace que vivamos una vida muy por debajo de nuestras posibilidades y que sintamos una infelicidad y un malestar que no comprendemos. La razón principal es que hemos perdido la conexión con nosotros mismos, y, como consecuencia, la conexión con la vida y con los demás.

«Reconecta contigo» propone un mapa de ruta claro y poderoso para reconectar con nuestro verdadero potencial, con nuestra sabiduría y grandeza innatas. A través de las tres grandes misiones de nuestra existencia (reconectar con uno mismo, reconectar con la vida y reconectar con los demás), te invito a descubrir quién eres más allá de creencias o ideas limitantes, cómo puedes disfrutar de una vida plena y extraordinaria, y cómo puedes cultivar relaciones más auténticas y honestas con las personas de tu vida. Se trata de un viaje apasionante al centro de tu ser y al núcleo de la felicidad duradera.

Misión nº 1: Reconectar con uno mismo
Sin duda el primer paso es mirar en nuestro interior, y descubrir qué nos limita, qué ideas preconcebidas y actitudes están condicionando y obstaculizando nuestra sabiduría interna. Para ello es necesario parar, pasar tiempos regulares y frecuentes en soledad, en silencio y quietud, convivir con nuestros pensamientos y emociones que no siempre son positivos o alegres, y finalmente aceptarnos y querernos. No existe otra manera de reconectar con nosotros. En el libro abordo disciplinas y herramientas efectivas para conectar y desplegar nuestra sabiduría interior como la meditación zen, el mindfulness o el diálogo de voces.

Misión nº 2: Reconectar con la vida
Esta segunda misión supone comprender realmente qué es la vida y cómo vivirla con sabiduría. Normalmente estamos en guerra con la vida, deseando que todo salga según nuestros planes, generando constantes expectativas irreales sobre lo que «debería» ser la vida. Todo esto nos genera un enorme sufrimiento, estrés y confusión. Necesitamos aprender a soltar, a conciliarnos con la vida tal como es, a dejar de querer que la vida se adecúe a nuestros caprichos y demandas, a ser más agradecidos y valorar las pequeñas cosas, y por último, a ser más responsables con el planeta. Entonces tendremos una visión más real y aterrizada, y podremos vivir y saborear el momento presente de verdad. Integrar las 3 leyes de la existencia de la filosofía budista, la práctica de la gratitud y el fomento del desapego serán cruciales en esta misión.

Misión nº 3: Reconectar con los demás
Las personas somos seres sociales. Necesitamos relacionarnos con otras personas para enriquecernos y vivir una vida plena. Sin embargo, las relaciones suelen ser una pesadilla para la mayoría de las personas, convirtiéndose en una enorme fuente de conflictos, estrés y dolor. La clave para disfrutar de relaciones plenas, honestas y auténticas es conocer y evitar los 7 errores que nos desconectan de los demás, potenciar la inteligencia emocional para saber cómo expresar nuestras emociones y necesidades, huir de la tentación de los juegos emocionales tóxicos y aprender herramientas como la comunicación no violenta, del psicólogo Marshall Rosenberg, la escucha empática o la comunicación consciente, todo ello explicado en el libro.

2021 será el año de reconectar. Reconectar con lo importante, con lo esencial de nuestra vida. Será el año para reconectar con nosotros, con la sabiduría innata que hay en nuestro interior, con los aprendizajes que nos ha dado la pandemia para aumentar nuestra resiliencia. Será el año de valorar las pequeñas cosas fundamentales que habíamos dado por sentado, y de reconectar con las personas más queridas de nuestra vida, para construir o quizá reconstruir relaciones más auténticas y plenas con los demás.

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

4 aprendizajes de mi último retiro de meditación

Aquí estoy, justo antes de empezar el retiro de meditación Vipassana de 6 días en silencio.

La pasada semana participé en un nuevo retiro de meditación Vipassana (la meditación original de Buda) en silencio. En los últimos 10 años he participado en varios retiros largos (algunos Vipassana y otros de meditación Zen), y siempre la experiencia ha sido muy especial. Eso sí, nunca ha estado exenta de momentos duros, incluso muy duros, desde el punto de vista mental, emocional y físico. Es una experiencia extrema para nuestra mente, porque no está acostumbrada a parar radicalmente y dejar de «hacer», sino que habitualmente está sobre-estimulada por la vorágine y velocidad de la vida que llevamos, por la cantidad de ruido que recibimos de los medios de comunicación, las redes sociales y los estímulos del teléfono móvil, por la cantidad de tareas y objetivos personales y profesionales que nos marcamos y realizamos a diario, por los actos sociales, los eventos a los que asistimos, e incluso nuestros planes de ocio y diversión contribuyen a mantener nuestra mente excesivamente estimulada y llena de ruido.

Lo que necesita nuestra mente es alejarse del ruido, de vez en cuando, para calmarse y poder ver con más claridad las cosas. Todos lo necesitamos, lo creamos o no. Por eso, retirarse y pasar 6 días en total silencio, meditando todo el día, puede ser una experiencia extremadamente dura para el ego, acostumbrado a estar activo y «haciendo» tareas constantemente. No obstante, si queremos vivir una vida plena, más equilibrada emocionalmente y con más claridad mental, es muy necesario parar totalmente, bajarse del tren de nuestra vida, y dedicarnos simplemente a ser.

En los retiros siempre aprendo cosas. Cosas sobre mí mismo, sobre la vida, sobre el ser humano, sobre el funcionamiento de la mente. Y vuelvo a mi vida lleno de energía, positivismo y al mismo tiempo de serenidad. También noto una enorme claridad mental que me permite tomar mejores decisiones en mi vida y en mi empresa. Un retiro de meditación implica retirarse del mundo para calmar la mente e investigar de qué va esto de vivir, para aumentar la sabiduría y aplicarla a la vuelta. En este retiro destacaría 4 aprendizajes clave, obtenidos a través de la experiencia directa de estos 6 días de meditación intensiva:

  1. El ser humano sufre innecesariamente y se puede liberar. Una cosa es el dolor, que forma parte de la vida y que es natural, y otra el sufrimiento innecesario que nos generamos los seres humanos cuando entramos en bucle, cuando nos dejamos arrastrar por nuestros pensamientos y emociones, cuando magnificamos los pequeños problemas que tenemos para convertirlos en dramas inmensos. La buena noticia es que nos podemos liberar del sufrimiento inútil, y hay dos habilidades fundamentales que se entrenan en la meditación vipassana (la técnica que enseñó Buda para liberar al ser humano del sufrimiento): la presencia y la sabiduría. Cuanta más presencia tengamos en el aquí y ahora, más sabiduría iremos obteniendo, y estaremos más capacitados para irnos liberando del sufrimiento. Y la meditación es un entrenamiento de la mente para mantenerse presente en el aquí y ahora el mayor tiempo posible.
  2. El motivo del sufrimiento humano es el deseo con apego. Este es, según Buda, el principal origen del sufrimiento humano, el deseo con apego, o el deseo egoísta. Es lícito e incluso sano desear cosas: desear objetivos, desear cosas materiales, desear relaciones, siempre que ese deseo sea un deseo sin apego. Sin apego significa que si no consigo lo que deseo, lo acepto de forma natural y no me desespero o entro en rabia, lo que me lleva a envenenarme y a generar agresividad hacia mí y hacia los demás. El deseo con apego significa que quiero lograr algo, cueste lo que cueste, y me aferro tanto a ese deseo que me ciega y no me permite actuar ni pensar con claridad ni equilibrio.
  3. Aceptar la ley de impermanencia es esencial para una felicidad duradera. La vida es inestable, volátil, impermanente. Es una ley incontestable, que todo cambia y se transforma de manera constante, minuto a minuto, incluyendo nosotros mismos. En nuestra vida lo podemos verificar en cualquier instante. Miremos un momento el día por la ventana. Al cabo de unos minutos, si nos fijamos con atención, todo habrá cambiado. Es posible que haya cambiado la luz, o haya aparecido el viento, o simplemente, pasan personas diferentes por la calle. Y si miramos la vida con perspectiva, la ley de la impermanencia es evidente. Todos tenemos etapas en que las cosas nos van bien, pero eso no dura mucho tiempo, pronto las cosas irán mal o regular, y luego volverán a ir bien, etc. La clave es aceptar esta ley universal y no resistirse a ella. Es decir, aceptar que un momento placentero se termine, y también aceptar que aparezca una experiencia difícil o dolorosa sin caer en el victimismo o enredándonos en el bucle de pensamientos negativos que da origen a la rabia y al resentimiento.
  4. Debemos empezar a cambiar nuestros actos para limpiar nuestra mente. Buda entendía que los actos no sólo son nuestros comportamientos, sino también nuestras palabras y nuestros pensamientos. Para tener una mente limpia y calmada, es necesario empezar a mejorar nuestros actos, es decir, empezar a comportarse de manera más responsable y ética, empezar a hablar con honestidad y autenticidad sin dañar a los demás, y empezar a fomentar los pensamientos nobles y positivos, en lugar de juzgar y criticar al otro. De lo contrario, no servirá de mucho hacer meditación, porque, tal y como el maestro del retiro compartió, es como cuando nieva en la montaña. Horas después la nieve se transforma en agua y cae por la montaña al río, arrastrando todo tipo de cosas (ramas, hojas secas, troncos, desperdicios) enturbiando el agua. Los actos serían como la nieve, cuyos efectos, al cabo del tiempo, llegarían a nuestra mente (el río) y si dichos actos no son positivos, ensuciarían nuestra mente.

Esta semana me siento más fuerte mental y emocionalmente, más preparado para la vida y para los desafíos que me va a poner en el camino. Seguro que en los próximos meses tendré momentos dulces, y los disfrutaré con plenitud. Pero igual de seguro tendré momentos amargos, y la clave es vivirlos con igual plenitud, no huyendo, no evadiéndome. Porque meditar nos enseña a vivir, nos enseña a afrontar la vida con valentía, y a fluir con ella para ir reduciendo cada vez más el sufrimiento innecesario e inútil que los seres humanos nos provocamos, agotándonos y confundiéndonos hasta límites inimaginables.

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

La belleza colateral de las experiencias difíciles

La pasada semana vi la película americana Belleza oculta, protagonizada, entre otros grandes actores, por Will Smith. Es una película original y creativa, pero sobre todo sirve para reflexionar sobre la vida, el amor, el tiempo y la muerte. El protagonista se pasa casi toda la película bloqueado y enfadado con el mundo a causa de la pérdida de su hija. Hasta que determinadas experiencias y conversaciones le hacen reaccionar y ser capaz de ver la «belleza oculta» de la tragedia. Aunque en la versión original en inglés siempre hablan de la belleza colateral, como queriendo significar que esa belleza siempre está ahí, a un lado, no necesariamente oculta. Sin embargo, aunque esté a un lado, no somos capaces de verla cuando estamos rabiosos o invadidos por la emoción de un acontecimiento doloroso.

Nadie quiere sentir rabia, tristeza, miedo o frustración. Tampoco queremos vivir experiencias dolorosas o trágicas, como un despido laboral, la muerte de un familiar cercano o una enfermedad grave propia. No es agradable. Sin embargo, esta es parte de la experiencia humana, y es totalmente inevitable. Nadie está a salvo de vivir estas experiencias. La clave es empezar a aceptarlas como parte de nuestra experiencia. O un paso más profundo y avanzado, comenzar a verlas como experiencias fundamentales de aprendizaje y conexión con una sabiduría más profunda (esa es la belleza colateral). Porque si somos capaces de mirarlas y afrontarlas de cara, esa belleza que existe en todas las experiencias duras se nos revelará.

En mi último libro «7 hábitos de mindfulness para el éxito» hay 2 hábitos que tienen que ver con los profundos mensajes de la película. Uno es «Acércate al dolor» y el otro es «Acepta la vida tal y como es». Puede ser chocante para una persona decirle que se acerque, en lugar de alejarse, del dolor. Esta no es una propuesta masoquista, simplemente es evitar las reacciones automáticas de nuestra mente cuando vivimos experiencias dolorosas: alejarse, evadirse, enfadarse, negarlo, rechazarlo. Porque todas estas reacciones empeoran aún más las cosas.

Por supuesto, es muy saludable tomarnos un tiempo de duelo, en el que nos permitamos estar tristes o enfadados. Sin embargo, no podemos dejarnos llevar por un estado de ánimo excesivamente prolongado de tristeza o rabia, porque esto es lo que nos va a ir matando lentamente. La mejor manera de afrontar una experiencia dura, como transmite bien la película, es mirarla de cara, afrontarla, observar sin juzgar y sentir nuestras emociones, aunque sean desagradables. Si nos acercamos de esta forma a nuestro dolor, el dolor va a ir suavizándose y podremos afrontarlo de manera mucho más rápida y sana. Además, esa actitud de aceptación, apertura y curiosidad nos va a ayudar a ver la belleza colateral de esa experiencia que nos ha hecho sufrir, y con el debido tiempo, es posible que incluso lleguemos a dar las gracias por haber tenido esa experiencia. Seguramentente somos lo que somos gracias a haber pasado por esa experiencia. 

Otro efecto de la aceptación y del acercamiento con curiosidad a las experiencias y emociones dolorosas es comprender a nivel profundo que todo está conectado, y esto se visualiza de forma muy clara en la obsesión que tiene el protagonista del filme con las construcciones de dominó en las cuales el hecho de tocar una sola pieza genera una cadena de conexiones inimaginables, haciendo que todas las piezas de una enorme construcción vayan cayendo. Las personas que son capaces de superar una experiencia trágica o dura y ver la belleza colateral de la misma llegan a un nivel de entendimiento y sabiduría mayor que el resto de personas. Y ese nivel de sabiduría nos lleva a ver la profunda conexión de todas las cosas y todas las personas (mover solo una pieza de dominó termina derribando una construcción de 5000 piezas porque están todas conectadas).

Sí, todo está conectado. Y no somos conscientes de las increíbles conexiones que nos rodean en nuestra vida. De hecho, cada comportamiento, decisión o actitud nuestro impacta en algo o alguien, y el impacto en ese algo o alguien impactará en otra persona o situación, y así hasta el infinito, como las piezas de dominó. Muchas veces, ese impacto vuelve a nosotros como si fuera un boomerang. Así que una decisión cotidiana que estés tomando está teniendo muchas consecuencias (en tus amigos, familiares, compañeros de trabajo, personas desconocidas, en ti mismo/a), muchas más de las que te imaginas. Esta conciencia profunda sobre el impacto de nuestras microdecisiones y conductas puede llevarnos a vivir una vida con más sentido, propósito y responsabilidad, lo cual derivará en una vida más plena y feliz.

Aceptar la vida como es y acercarnos al dolor de nuestras experiencias vitales, en lugar de huir, escapar o rebelarnos, nos permitirá acceder a un nivel superior de conocimiento, plenitud y comprensión de lo que significa la experiencia de vivir. Y ahora, te propongo un ejercicio de reflexión. Recuerda una experiencia muy dura, dolorosa o trágica que hayas tenido, y hazte las siguientes preguntas:

  • ¿Qué aprendiste de aquella experiencia?
  • ¿Cual fue o ha sido la belleza colateral de dicha experiencia? ¿Qué es lo que te ha dado? (mayor comprensión, reinventarte profesionalmente, ser más fuerte, vivir de forma más auténtica y plena, …)
  • ¿Qué podrías agradecer de aquella experiencia?

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor.