Un buen Coach debe ser un experto en cambio, porque el coaching consiste fundamentalmente en ayudar a los demás a cambiar. Los seres humanos, por defecto, detestan los cambios. Nuestro cerebro anda buscando siempre la estabilidad y la seguridad. Y los cambios son todo lo contrario, suelen agitarnos y desestabilizarnos, provocarnos miedo y ansiedad. Sin embargo, la vida nos enseña que debemos aprender a convivir con el cambio constante si no queremos vivir una vida llena de estrés y sufrimiento. Por supuesto, nadie nos enseña a gestionar el cambio de manera positiva.
Como digo, nuestra vida nos obliga a afrontar constantes y numerosos cambios. Cambia nuestra situación laboral, cambian nuestras relaciones, cambian nuestros estados emocionales, cambia nuestra salud, y por supuesto, cambian los demás. Todo ello nos fuerza a cambiar nuestros comportamientos y nuestras actitudes, así como nuestra forma de pensar, nuestras creencias y a veces incluso nuestros valores, lo que suele ser un gran desafío. A veces la iniciativa parte de nosotros, queremos impulsar un cambio porque creemos que mejorará nuestra vida o carrera profesional, y otras veces el cambio se nos impone y lo que necesitamos es gestionarlo de la forma más productiva y sana.
Normalmente, las personas contratan a un Coach cada vez que necesitan afrontar un cambio importante, bien sea impulsarlo o bien gestionarlo.
¿Y Cómo ayudamos los coaches a cambiar a las personas que nos contratan? Esencialmente, hacemos lo siguiente:
- Les ayudamos a identificar claramente su objetivo de cambio. ¿Qué es concretamente lo que quieren cambiar?
- Les ayudamos a darse cuenta de cómo ellos mismos muchas veces, inconscientemente, están auto-saboteando su propio deseo de cambio, mediante ideas o creencias limitantes, o actitudes negativas que bloquean el cambio. Por ejemplo, creer que no son capaces de cambiar una conducta o actitud, o que el cambio es imposible. Esto es lo primero que debemos analizar.
- Les proporcionamos un espacio seguro para reflexionar y valorar las opciones que hay, un espacio libre juicios o prejuicios.
- Evitamos condicionarles o dirigirles hacia alguna solución que pudiéramos considerar la óptima, puesto que las personas deben ser propietarios y líderes de su propio cambio.
- Escuchamos con empatía y auténtico interés sus resistencias, dudas, miedos e inquietudes sobre el cambio que quieren o deben gestionar o impulsar.
- Confiamos en que tienen todas las respuestas que necesitan. Y por eso, les preguntamos cómo quieren impulsar o gestionar el cambio, y qué les puede ayudar a hacerlo de manera menos dolorosa y más efectiva y duradera.
- Ayudamos a concretar las ideas y opciones en acciones y decisiones para avanzar hacia el objetivo de forma sostenible. Una vez más, dejamos que el cliente decida cuál es el ritmo e intensidad que quiere respecto a su plan.
- Les animamos a mantenerse atentos y curiosos respecto a lo que va sucediendo a medida que van implementando las acciones y nuevas decisiones. Impulsar el aprendizaje es fundamental en el coaching, un aprendizaje que servirá sin duda para otros cambios que la persona tenga que afrontar en el futuro.
¿Qué lecciones podemos extraer de todo lo que hace un Coach para ayudar a cambiar a sus clientes? En primer lugar, que las personas necesitan darse su tiempo para asimilar los cambios que aparecen en su vida o impulsar los que desean. Los cambios requieren de tiempo, sobre todo los profundos y duraderos, así que debemos evitar presionarnos, juzgarnos o enfadarnos con nosotros si vemos que no logramos nuestro objetivo en el corto plazo. Insisto, un cambio profundo y sostenible lleva tiempo consolidarlo.
En segundo lugar, que las personas necesitamos apropiarnos del cambio, en el sentido de poder decidir qué vamos a cambiar, cómo lo vamos a hacer, a qué ritmo e intensidad. Si permitimos que se nos imponga un cambio de manera unilateral y urgente, vamos a sentirnos muy incómodos y vamos a resistirnos, generando sufrimiento para nosotros y los demás.
Esta lección es importante si queremos influenciar en otra persona para que cambie, algo con lo que nos encontramos a menudo y nos genera mucha frustración. Posiblemente porque no estamos respetando una máxima esencial del cambio: que debemos dialogar con la otra persona, escucharla con curiosidad y empatía para entenderla, y que debemos co-crear el cambio con ella en lugar de imponérselo.
Afrontar los cambios de la vida puede ser un proceso fascinante y enormemente satisfactorio si usamos las claves que aplicamos los coaches profesionales con nuestros clientes en sus procesos de cambio, tanto si queremos impulsar o gestionar un cambio para nosotros, como si queremos influenciar en los demás para que cambien un comportamiento o actitud. De lo contrario, el cambio será una fuente tremenda de estrés, miedos y conflictos.
Recuerda algo importante: O cambiamos, o nos cambian. Siempre será mucho mejor si somos proactivos y decidimos impulsar los cambios que queremos, diseñando dicho proceso en base a nuestros valores y a nuestro ritmo, para evitar que nos impongan o fuercen a cambiar, que es realmente desagradable. El cambio, en definitiva, nos hace mejores si sabemos cómo realizarlo.
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JAVIER CARRIL
Coach MCC y conferenciante
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