Pesadilla en la cocina y en la oficina

Anoche, por primera vez vi el programa de TV “Pesadilla en la cocina”, en la Sexta, con el cocinero Chicote. Lo cierto es que no me gustan en general este tipo de programas y nunca los veo, pero ayer me llamó la atención los primeros minutos y al final vi el programa completo.

Y confieso que me resultó altamente interesante por varios motivos. El primero, porque se pudo observar, en carne viva, la tensión y el estrés existente en las empresas hoy en día. Y se pudo palpar el altísimo nivel de sufrimiento que están soportando muchísimas personas en todo tipo de organizaciones, ya sean pequeños negocios como los restaurantes del programa, ya sean grandes multinacionales. La pesadilla es real, no sólo en la cocina, sino también en la oficina.

En el programa que vi ayer el dueño del restaurante era un tirano que maltrataba y gritaba continuamente a todo su equipo (incluida su mujer), y además se proclamaba como el gran salvador del negocio, repitiendo constantemente: “Si no estuviera yo aquí gritando, esto se hundiría”. Fue especialmente interesante el momento en que el equipo se sintió libre para hablar y empezó a decir que no se sentían respetados, que ir a trabajar cada día al restaurante era un infierno, y que todos, sin excepción, no aportaban sus ideas ni decían su opinión porque tenían…(adivínalo) MIEDO.

El dueño estaba perplejo ante las declaraciones de su equipo, esas personas con las que trabaja a diario, y que sin ellas no sería nadie. ¿Por qué? Porque no escuchaba ni se preocupaba por las personas que trabajan en su equipo. Cuando veía estas imágenes ¡Me sonaban tan cercanas y tan reales! Porque yo he conocido y presenciado en muchas ocasiones estas situaciones en el mundo de la empresa. Jefes despóticos y egocéntricos que faltan al respeto a su gente, que hacen sufrir, que desmotivan, que gestionan con el miedo y que van de grandes salvadores del mundo. En definitiva, jefes inútiles y muy tóxicos.

El otro aspecto que me fascinó es que el dueño, una vez que escuchó a su equipo y después de tener una conversación con Chicote, el cocinero-showman del programa, conectó consigo mismo y se dio cuenta de que no era feliz. Al fin y al cabo, su falta de recursos o habilidades empresariales y personales le habían llevado a una situación de extremo sufrimiento que no sabía canalizar, y por tanto, vomitaba toda su ira y frustración en su equipo. Una vez que tomó conciencia de la realidad (porque estaba totalmente ciego) y de que él podía darle la vuelta a la situación, su rostro cambió radicalmente, sus gestos se relajaron y empezó a sonreir. Esto trajo consigo un cambio radical de conducta con su equipo.

Mi conclusión final es que toda persona, aunque parezca un monstruo, tiene sentimientos y en el fondo, quiere hacerlo lo mejor que puede. Todas las personas tenemos un fondo positivo. El problema es que en muchas ocasiones no sabemos cómo hacerlo mejor y necesitamos que alguien, como por ejemplo un coach profesional, nos ayude a quitarnos la venda de los ojos y actuar de manera más efectiva y positiva. Un coach especializado en habilidades personales y empresariales(trabajo en equipo, liderazgo, inteligencia emocional) puede dar un giro radical a una situación insostenible como la que existe hoy en día en muchísimos negocios y empresas. El coaching es más necesario que nunca en un momento tan crítico como el que vivimos.

JAVIER CARRIL. Coach, conferenciante y escritor. Visita mi web: http://www.zencoaching.es/
Autor de los libros Cuentos para adultos que quieren ser felices (Descárgatelos aquí) DesESTRÉSate, Ed. Alienta, 2010…y Zen Coaching, un método para potenciar tu vida profesional y personal, ed. Díaz de Santos, 2008.

2 Comentarios

  1. Anonymous

    en mi empresa comentamos exactamente lo mismo en líneas generales que tu comentas en este artículo, tapándonos la boca junto a la… (si, si eso) cámara-café, que también el de la pesadilla cocinera los fiscalizaba desde su despacho. yo comenté la última parte que dices acerca del coaching… pero oye cobráis un huevo. si si quizás sea rentable pero nadie se lanza y menos un dictador pensando que se va a «amariconar» con perdón por los de esa elección sexual.

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  2. JAVIER.CARRIL

    Si, si, tienes toda la razón en lo que dices. Por un lado, es difícil que un personaje de ese tipo decida contratar un coach, por su perfil autoritario y prepotente, aunque puede que llegue un momento en que esté bloqueado y desesperado y puede que se anime.
    En el punto de que los coaches somos muy caros, tienes razón. Pero estoy convencido de que poco a poco, y con la creciente competencia que hay, los precios vayan bajando hasta que, incluso, casi cualquier persona de nivel económico medio pueda contratar a un coach para sus objetivos tanto profesonales como personales. En ese proyecto estoy yo, es posible que en un futuro próximo pueda dar noticias al respecto. Un abrazo. Javier

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