Capacidad de influencia

Esta mañana me he levantado y le he dicho a mi mujer: “Hoy me siento fenomenal”. Ella se ha sorprendido y reido, y luego ha ido a contarle mi repentina frase a mis hijas. La mayor, de 13 años, ha dicho más o menos que estaba loco J, y la mediana ha dicho: “¡Qué espontáneo!”

También, en el último mes, he vivido un par de sorprendentes experiencias relacionadas con el lenguaje que usamos con los demás. Una persona con la que había estado reunido me dijo, un mes después de nuestra reunión, en un momento muy duro que estaba pasando: “No se me olvida lo que me dijiste hace un mes cuando nos vimos. Dijiste: Confío en ti.”

Otra amiga con la que comí dos meses atrás me recordó una frase que le escribí en un e-mail que la envié después de nuestra comida, y que le había ayudado muchísimo en los momentos críticos que estaba soportando. Y la frase que escribí fue: “Nada ni nadie puede contigo”. Sinceramente, yo no recordaba ninguna de estas dos frases, y me sorprendió muchísimo el efecto tan positivo que habían provocado en estas dos personas.

No sabemos hasta qué punto influenciamos en la vida de los demás con nuestro estado de ánimo y con nuestras palabras, especialmente de nuestro entorno más cercano. No, no somos conscientes.

Tenemos un poder enorme, que podemos dirigir hacia lo positivo o hacia lo negativo. ¿No has notado que cuando estás de mal humor, irascible o triste, provocas algo similar en el resto de personas que te rodean? ¿Y al contrario? Seguro que cuando estás eufórico y pletórico te expresas con un lenguaje más positivo, y transmites esa positividad a los demás, que se benefician de esa energía.

Somos seres racionales, pero lo que nos mueve de verdad son las emociones, no las razones. Una de las cosas que más orgulloso me hace sentir es que siempre he conseguido hacer reir a mis hijas.

¿Cómo quieres ser recordado? ¿Cómo una persona negativa y tóxica? ¿O como alguien que proyecta y transmite emociones positivas de entusiasmo y alegría?

Entonces debes empezar ahora mismo a observar cual es tu comportamiento más frecuente, en especial con las personas a las que más quieres, tu familia. Y también en tu entorno laboral, con las personas con las que más interactúas (tu equipo, tus colegas o tu jefe).

Nuestro estado de ánimo y las palabras con las que nos expresamos son una fuente gigantesca de influencia sobre los demás. Cuida mucho estas dos preciosas herramientas de las que dispones.

JAVIER CARRIL. Coach. Visita mi web: http://www.zencoaching.es/

Autor de los libros DesESTRÉSate, Ed. Alienta, 2010…y Zen Coaching, un nuevo método para potenciar tu vida profesional y personal, ed. Díaz de Santos, 2008.

1 Comentario

  1. Fernando Villar

    Genial reflexión Javier. Tenemos una responsabilidad con la sociedad que no sabemos que la tenemos, y es precísamente eso que mencionas en tu post: todo lo que decimos, cómo nos expresamos y nuestra actitud ante los demás, ENRIQUECE o CONTAMINA. Merece la pena que prestemos atención a los mensajes que transmitimos, es una gran herramienta a nuestra disposición como bien dices (y encima es gratuita). Un abrazo.

    Responder

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