Las finanzas deberían enseñarse en los colegios de forma obligatoria porque es un aspecto fundamental para nuestra vida, de hecho es un aspecto esencial de nuestro bienestar mental y emocional. Los problemas financieros son una señal clara de que nos sucede algo más profundo, quizá tenemos creencias limitantes o una relación poco sana con el dinero, o tal vez tenemos carencias emocionales que tratamos de cubrir gastando dinero, o simplemente no le damos la importancia que merece porque nuestros padres nos educaron así. Pero recuerda, la gente que no le da importancia al dinero o lo juzga como una fuente de maldad y problemas son precisamente los que tienen más problemas financieros. Y por supuesto, esto afecta gravemente al resto de áreas esenciales de nuestra vida (carrera profesional, salud, relación de pareja, bienestar psicológico, etc). Así que poner en orden tus finanzas es poner en orden tu vida.
Para empezar, la mayoría de la gente vive por encima de sus posibilidades, gastando mucho más de lo que ingresa, y haciendo malabarismos para poder llegar a fin de mes. Muy poca gente tiene un colchón financiero por si surge un imprevisto como una enfermedad repentina para la que hay que pagar un costoso tratamiento, o la reducción drástica de ingresos por haber sido despedido de la empresa, o para pagar un Master a nuestros hijos en una buena escuela de negocios. Para colmo, de las pocas personas que consiguen ahorrar un poco de dinero, ni siquiera saben que tener el dinero ahorrado en una cuenta bancaria o “debajo del colchón” es una pésima decisión ya que de esta forma su dinero pierde valor cada año a causa de la inflación, en torno a un 1% anual de media.
Otro error habitual es relacionar un alto nivel de ingresos con la buena salud de nuestras finanzas. Aunque tengamos unos ingresos altísimos, no significa que tengamos riqueza ni inteligencia financiera si llevamos un tren de vida con muchos gastos. A final de mes no nos quedará nada en la cuenta corriente y estaremos permanentemente en peligro financiero. En definitiva, seremos pobres financieramente porque no tendremos un capital acumulado a pesar de nuestros elevados ingresos. Esta situación es frecuente ya que la mayoría de la gente está más preocupada de mostrar a los demás su status y nivel de vida que de construir un patrimonio. La gente piensa que el dinero es para gastarlo y no para ahorrarlo.
Por supuesto, en un nivel realmente avanzado se encuentran una minoría de personas que se han ocupado de estudiar y leer sobre finanzas, economía personal e inversiones, y se plantean incluso la soñada independencia financiera. Robert Kiyosaki popularizó este concepto en su famoso libro “Padre rico, padre pobre”, y básicamente se trata de tomar decisiones financieras inteligentes para que un día podamos, si lo deseamos, dejar de trabajar manteniendo nuestro nivel deseado de vida. ¿Cómo? Generando un hábito de gastar menos para ahorrar de manera regular para luego invertirlo y generar lo que llama ingresos pasivos, es decir ingresos que recibimos regularmente sin la necesidad de hacer nada. Puede haber muchas fuentes de ingresos pasivos como por ejemplo derechos de autor de libros o de cualquier obra artística, propiedades inmobiliarias que tengamos alquiladas, acciones de la Bolsa, Fondos de inversión, productos de ahorro o planes de pensiones, dividendos de una empresa de la que seamos socios, etc.
Cuando dichos ingresos pasivos recurrentes superan nuestros gastos de cada mes, podemos decir que hemos alcanzado la independencia financiera. En ese momento, podemos decidir, si queremos, dejar de trabajar y vivir con un buen nivel de vida gracias a los ingresos pasivos. Aunque esto suena idílico, algunas personas lo han logrado. Pero incluso lograrlo parcialmente supone un enorme alivio y aligera de forma radical nuestra mochila, al saber que tenemos unos ingresos recurrentes sin tener que hacer nada, pudiendo reducir el tiempo dedicado a nuestro trabajo y tomarnos la vida con más calma. De hecho, el objetivo fundamental es ir aumentando nuestra independencia financiera poco a poco sin obsesionarnos por conseguirla totalmente. Así, cuanto más patrimonio acumulemos, menos preocupados estaremos por las crisis económicas o un posible despido de nuestra empresa, así que no sólo estaremos mucho más tranquilos, sino que tomaremos decisiones con mayor libertad y valentía.
Personalmente llevo muchos años investigando sobre finanzas personales, y me ha ayudado mucho a potenciar mi inteligencia financiera, a reducir gastos, a construir activos que me generen ingresos pasivos, y finalmente, a invertir el dinero ahorrado para que crezca de manera constante y aumente su valor. Hoy siento mucha más tranquilidad y una mayor libertad para tomar decisiones en mi vida y en mi empresa que hace veinte años, gracias a haber acumulado un patrimonio importante a lo largo de estos años.
A continuación, te detallo 10 recomendaciones para que pongas en orden tus finanzas de una vez por todas. Estas sugerencias prácticas son las que he ido aprendiendo y recopilando de asesores financieros y gurús de la independencia financiera y las inversiones como Kiyosaki, Warren Buffett, John Bogle o Harry Browne, sumado a mi propia experiencia personal ahorrando e invirtiendo (y cometiendo errores, por supuesto) durante los últimos veinte años:
- Haz un control mensual de tus gastos e ingresos. Yo utilizo desde hace años una tabla de Excel donde tengo registrados todas las posibles fuentes de gastos y también de ingresos familiares, y cada mes introduzco los datos reales de mis gastos e ingresos para poder tener información actualizada y fiable, y de ahí detectar gastos innecesarios y tomar decisiones.
- Reduce todos tus gastos innecesarios. Gracias al control mensual de gastos, te darás cuenta de que muchos de tus gastos no son realmente necesarios. Elimínalos o redúcelos poco a poco pero de manera constante.
- Márcate el objetivo de ahorrar una cantidad fija al mes, una cantidad pequeña que no suponga un gran esfuerzo. Lo ideal sería un 20% de tus ingresos mensuales, pero si lo consideras muy alto de momento, puede valer una cantidad menor. Para ello, programa una transferencia automática desde tu cuenta bancaria de esa cantidad fija que quieres ahorrar cada mes a otra cuenta corriente diferente de la habitual, de modo que te olvides de ello y no tengas que pensar cada mes en ahorrar. Si no lo automatizas, lo normal es que no ahorres nada porque te habrás gastado todo el dinero que has ganado.
- Pide orientación a tres asesores fiscales sobre cual es la mejor opción de inversión para multiplicar el valor de tus ahorros, y luego toma tus propias decisiones en función de la información y recomendaciones que te han dado. No hagas caso ciegamente a ningún asesor fiscal, infórmate concienzudamente a través de otras fuentes antes de seguir cualquier recomendación.
- Invierte tu dinero ahorrado. Después de ahorrar una cantidad importante en tu cuenta específica de ahorro, empieza a plantearte la siguiente fase: la inversión de tu dinero para multiplicar su valor y evitar el efecto inflación. Invierte sólo el dinero que sepas que no vas a necesitar al menos los próximos cinco años. Para ello es importante que tengas un colchón importante de dinero en la cuenta corriente habitual, por si surge un imprevisto. El objetivo es no tocar en absoluto, pase lo que pase, el dinero invertido para que produzca sus beneficios.
- Diversifica tus inversiones. Invierte tu dinero en varios activos, preferiblemente en renta variable o una mezcla de renta variable y renta fija, en función de tu perfil de riesgo como inversor. El dinero que inviertas debe estar bastante diversificado: diversificación geográfica, diversificación de activos, fondos diversos donde tengas acciones de muchas compañías e incluso más de un broker. Esto reduce el riesgo de perder un porcentaje importante del dinero invertido por haber puesto todos los huevos en la misma cesta. Si prefieres la inversión inmobiliaria, adelante. Es otra opción interesante, aunque tiene una mayor complejidad. Las casas se deterioran y hay que estar pendiente, haciendo reformas, gastando dinero en su mantenimiento, reparando averías. ¡Y hay que tener suerte con el inquilino!
- Invierte con una mentalidad a largo plazo. Ante todo, mantén siempre una mentalidad de mínimo 5 o 10 años con tus inversiones. No pretendas obtener grandes rentabilidades en un mes, ni en dos o tres años.
- No vendas tus inversiones cuando pierdan valor. La volatilidad es una característica normal de los activos más rentables como acciones y Fondos de inversión. Es crucial que gestiones tus emociones de ansiedad cuando tu dinero pierda valor por los movimientos normales del mercado, y evites vender en ese momento de pánico. Ahí es donde puedes perder realmente dinero. Si mantienes la cabeza fría y esperas, comprobarás que vuelve a subir de valor.
- Busca otras posibles fuentes de ingresos pasivos en función de tus habilidades y tu profesión, y dedica el tiempo necesario a construir activos que generen dichos ingresos pasivos (beneficios de un negocio, derechos de autor, etc.)
- Fórmate de manera continua en finanzas e inversiones. Asiste regularmente a charlas y conferencias o lee artículos sobre finanzas personales e inversiones, para poder tomar mejores decisiones y no depender de los intereses particulares de los asesores financieros. Invertir en cultura financiera es una de las mejores inversiones que puedes hacer. En España, Value School o Finect son muy buenas fuentes para ir formándote.
Afrontar de una vez tu economía personal te aportará una enorme tranquilidad y te evitará muchos quebraderos de cabeza que te están quitando una enorme energía. Así, podrás enfocar toda tu concentración y energía en tus metas y objetivos importantes, y paradójicamente, podrás olvidarte del dinero ya que nunca más supondrá un problema.
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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.
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