Una persona importante para mí me contó la historia verídica de una estatua de barro de Buda. Medía 3 metros de altura y durante generaciones había sido considerada sagrada por los habitantes del lugar. Un día, debido al crecimiento de la ciudad, decidieron trasladarla a un sitio más apropiado, tarea que encomendaron a un reconocido monje. Al moverla, la estatua se deslizó y cayó, agrietándose en varias partes. Compungidos, el monje y su equipo decidieron pasar la noche meditando sobre las alternativas. Fueron horas largas, oscuras y lluviosas. De pronto el monje, al observar la escultura resquebrajada, cayó en la cuenta que la luz de su vela se reflejaba a través de las grietas de la estatua. Primero pensó que eran las gotas de lluvia. Luego se acercó a una grieta y observó algo más. Decidió tomar un riesgo que parecía una locura: Comenzó a romper el barro con un martillo, descubriendo que debajo se escondía un Buda de Oro sólido y brillante. Durante siglos este hermoso tesoro había sido cubierto por el ordinario barro para protegerlo de los posibles ataques de bandidos. El pueblo fue atacado y saqueado, pero el Buda fue ignorado por los bandidos, y los sobrevivientes decidieron seguir ocultándolo detrás del barro. Con el tiempo, la gente comenzó a pensar que el Buda de Oro era una leyenda, hasta que, finalmente, todos olvidaron el verdadero tesoro porque pensaron que algo tan hermoso no podía ser cierto.
Esto es lo que ocurre con nuestra verdadera esencia. Tenemos oro dentro de nosotros, pero a medida que vamos cediendo a las presiones y circunstancias sociales, familiares, materiales…vamos alejándonos de la esencia, cubriendo de barro nuestro oro. Y como sucede en la historia, incluso nos olvidamos de que exista ese tesoro dentro de nosotros. Perdemos la ilusión por emprender nuevos proyectos, la energía para superar los desafíos permanentes de nuestra existencia. Sin embargo, ese oro siempre permanece dentro de nosotros, esperando a que algún día “rompamos” ese barro, como hizo el monje. Este oro significa que toda persona es única y valiosa, irrepetible, y tiene un don especial, algo que si consigue despertar, provocará en ella una fuente inagotable de felicidad, energía y éxito. Toda persona tiene un potencial enorme dentro de sí misma, todo ser humano tiene un héroe dentro que desea emprender el viaje de crecimiento y superación que le llevará a su auténtico destino, su misión en este mundo. Sin embargo, vemos montones de personas que viven resignadas por su vida, por sus circunstancias, por sus limitaciones. ¡Han olvidado que dentro de su gruesa capa de barro hay verdadero oro!
Porque si no ¿Para qué estamos aquí, para qué hemos venido a este mundo? ¿Para nacer, comer, trabajar, ganar dinero, casarnos, tener hijos, tener un coche, una casa, una hipoteca, un plan de pensiones, enfermar, morirnos y desaparecer? Ni mucho menos. Yo, como coach, tengo una firme convicción: Todos hemos llegado aquí para aportar algo importante. Y hay que descubrirlo. ¿Cómo? Mediante el coaching podemos iniciar esta vía sin retorno de autoconocimiento y crecimiento personal y profesional. Haciéndonos preguntas constantemente, no dejando de buscar, manteniéndonos alerta a las señales que nos envía la vida, pensando que cada día aprendemos algo nuevo, y arriesgándonos a ir escarbando en ese barro, solos o con la ayuda de un coach.
¡Nunca pensemos que somos mediocres! Si tienes alguna duda, lector o lectora…ten por seguro que eres únic@, que tienes una grandeza y una profundidad en lo más hondo de ti…¿No es terrible dejar esa grandeza en el sótano y no rescatarla jamás? Si no has descubierto ese don, ese oro dentro de ti, tu auténtico talento desaprovechado, la profesión que te entusiasma y enciende la chispa de tu pasión…si no te sientes satisfech@ con tu vida o con tu trabajo…entonces ¡Despierta, porque nunca es tarde! De pronto, te darás cuenta de que existen otros mundos por descubrir, de que ni tú mism@ te imaginabas capaz de hacer cosas tan increíbles, que tienes algo importante que aportar a este mundo, que la vida de pronto cobra un nuevo sentido…Busca tu oro perdido…¡Rompe el barro que lo oculta! Y empieza ya, porque el mejor momento es ahora.
Como dijo Elisabeth Kübler-Ross, “Es muy importante que hagáis lo que de verdad os importe…sólo así podréis bendecir la vida cuando la muerte esté cerca.”
JAVIER CARRIL. Coach.
coachcarril@telefonica.net
Leí, precisamente ayer, una hermosa frase: «La aceptación de uno mismo conduce a la belleza.» que me ha venido a la memoria al leer esta preciosa historia. Y es que nos pasamos buena parte de nuestra vida buscando… Pero buscando ¿qué? Qué podemos necesitar de fuera que no esté ya en nuestro interior ¿…? Ay! Pues ocurre que cuando llegamos a esta conclusión, nos asusta un poco atrevernos a mirar para descubrir ese «oro» escondido, más que perdido… De todas formas, vale la pena hacerlo porque, efectivamente, TOD@S guardamos un tesoro único en nuestro interior, que brillaría por sí mismo si no nos empeñáramos en cubrirlo constantemente de capas y capas de barro.
Gracias Javier!
Un abrazo,
Gracias Javier por esta fantástica historia. Me atrevo a contestarte públicamente para que creemos debate e intercambio de ideas. Estoy de acuerdo que no hay nada cómo aprovechar los valores que cada uno tiene. Ahora bien me pregunto si a veces no es mejor mantenerlos escondidos tal y como hicieron los del pueblo con el buda de oro, a fin de salvarnos de los posibles ataques de otros o bien de no provocar la envidia del resto. Bueno realmente yo creo que esto es una pura cobardía, pero tenía que preguntarlo.
¿Es acaso uno feliz debajo de las capas que nos recubren? Seguro que aún nos acordamos del brillo que despedíamos cuando eramos niños y no teníamos todavía puestas las armaduras que nos limitan nuestros «movimientos». ¡Perdamos el miedo! seamos nosotros mismos, no nos escondamos y, al final del día, podremos sentirnos orgullosos por ser honestos y coherentes con nosotros.
Felicidades por el artículo Javier,
Un abrazo
Muchas gracias por el articulo, y a margarita le respondo:
de que valdria conservar escondido todo ese oro valioso que hay en ti, en otro articulo de este blog lei q no arriesga mas q quien no arriesga nada. asi q hay q arriesgarce y compartir esa belleza y brillo que hay en nuestro interior.
el anonimo anterior