La eficacia del coaching para dejar de fumar: un reto para la persona y para la empresa.

Desde que, en enero de este año, empezó a aplicarse la Ley contra el tabaco elaborada por el gobierno, se ha convertido en habitual ver en las puertas de las empresas numerosos trabajadores que no pueden superar su adicción al tabaco y tienen que salir de su puesto de trabajo y bajar a la calle para fumar un cigarro. Incluso ahora en primavera, con el buen tiempo, algunos lo consideran un agradable break en su trabajo. Sin embargo, la realidad es que se trata de un grave problema desde diferentes puntos de vista. Primero, para la persona supone un problema de salud importante. El tabaco es un tóxico capaz de generar una dependencia física y psicológica entre sus consumidores superior a drogas como la cocaína o la heroína, y está demostrado que reduce la vida media del individuo en 15 años por diversos tipos de cánceres y enfermedades pulmonares. Por otra parte, para la empresa supone un desafío al tener que admitir que muchos de sus trabajadores se ausenten de su puesto de trabajo repetidas veces durante el día durante unos 10 minutos, con la consiguiente desorganización y falta de productividad.
Existen y han existido numerosos métodos para dejar de fumar, desde parches a acupuntura, pasando por terapias psicológicas, muchas veces métodos que prometen eliminar por completo la adicción en cuestión de horas.

El coaching. Entrenamiento personalizado para dejar de fumar
El coaching se aleja de todos estos métodos y parte de una premisa: cualquier persona tiene el poder y la capacidad para dejar de fumar, y de dejar de ceder su tiempo y capacidad de decisión a un cigarrillo. De hecho, la mayoría de los fumadores desean dejarlo.
¿Y en qué se basa la eficacia del coaching? En primer lugar, no promete resultados inmediatos. Todo cambio requiere un tiempo, una profundización en los anclajes que ha logrado el tabaco dentro de la mente y el cuerpo del fumador. Pero por otro lado, un proceso de coaching tampoco supone un largo plazo. Estamos hablando de unos 4 meses. Pero eso sí, la persona tiene que comprometerse con el proceso al máximo y dedicarle el tiempo que requiera el coach, aunque siempre será respetado el ritmo de aprendizaje del fumador. Es fundamental que aplique las herramientas e ideas del coach a su propio ritmo, sin presiones. Sólo así se hará dueño de su propio cambio, la base de cualquier logro profundo y duradero. El coaching hace que la persona se plantee su adicción al tabaco como una pequeña parte de su vida global. Es decir, no es un problema aislado. Esa dificultad para abandonar el hábito puede venir de no tener cubiertas unas necesidades emocionales, o no haber ejercitado la fuerza de voluntad de manera sencilla, o de otros hábitos negativos que se detectan en un proceso de coaching, y se trabajan para ser eliminados o superados. Los beneficios del coaching, en resumen, son:
Es un proceso personalizado y cómodo. Se abandona gradualmente el hábito.
No incluye ningún medicamento ni ningún tipo de parche.
Elimina el síndrome de abstinencia y no genera ansiedad.
Potencia la autoestima, la independencia y la sensación de poder.
La salud del cliente y de los suyos sufre una mejora radical.
Las empresas deben reflexionar sobre los perjuicios en rendimiento y motivación que provoca la adicción al tabaco de sus empleados, y plantearse realizar programas de coaching con el fin de eliminar y superar este problema de salud personal y corporativa.

JAVIER CARRIL.
Coach personal, ejecutivo y empresarial

Más información, enviando un e-mail a coaching.spain@hotmail.com

3 Comentarios

  1. s. millan

    Me parece un arma muy original el utilizar las tecnicas de coaching para el problema del tabaquismo y en concreto con las consecuencias de este en el trabajo, ya que como todos conocemos y sufrimos otros metodos para dejar el tabaco suponen alteraciones en el comportamiento o en el humor de los individuos, aumento de la ansiedad… factores que tmebién inciden negativamente en el ambiente laboral y la productividad y calidad del trabajo. Utilizando el coaching se podrían a la vez paliar estos efectos optimizando la situación con beneficios generales para todos: compañeros, empresa y por supuesto individuo.

    Responder
  2. t2dcris@gmail.com

    En el Coaching Magazine de julio y agosto aparece un artículo publicado por Gabriela Gross en el que habla del Coaching para dejar de fumar.

    ¿Se puede utilizar el coaching para otras drogas -como por ejemplo, el alcohol-?

    ¿Cómo se superan las alucinaciones?

    Si no existe compromiso por parte del cliente, ¿no hay forma de ayudarlo?

    Coaching In

    Responder
  3. Ángel

    El coaching, si bien puede ser de utilidad y un enfoque muy inspirador, no puede ser sustitutivo de las terapias de modificación de conducta, (pese a que se basa en la modificación de conducta) de eficacia probada para las adicciones. veo bien su enfoque, pero nada en este mundo sirve para TODO. Maticemos y no guardemos en el baúl de los recuerdos los avances que ha habido hasta hoy.

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