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El temido septiembre: cómo gestionar la vuelta

Septiembre suele ser un mes difícil para la mayoría de las personas. Para mí, de hecho, está siendo duro porque he desconectado totalmente de mi trabajo durante 4 semanas, y claro, la vuelta me está generando esta semana diversas emociones, como estrés, apatía y momentos puntuales de bloqueo y ansiedad.

Después de haber desconectado de nuestras obligaciones para descansar y movernos sin horarios y haciendo lo que más nos apetece, la vuelta a la realidad nos produce una gran resaca. A veces incluso pensamos que mejor no hubiéramos desconectado tanto, porque el baño de realidad es aún más doloroso, pero evidentemente necesitamos un mínimo de dos o tres semanas para descansar y volver con nuevas energías al nuevo curso. No cabe duda que las primeras semanas de septiembre son duras incluso para los que, como yo, nos encanta nuestro trabajo y tenemos ilusión por lo que hacemos a diario. Hay que reconocer que pasar de «cero» presión y «cero» responsabilidades a afrontar retos y proyectos desafiantes que nos hacen salir de nuestra zona de confort genera estrés y ansiedad.

Pero ¿Qué recomiendo yo, en base a lo que llevo probando desde hace años con muy buenos resultados, para que la vuelta sea mucho menos angustiosa? ¿Qué necesitamos hacer para afrontar la vuelta de septiembre de forma más positiva, y así salir del estado de bloqueo y apatía en el que muchas personas están en estos momentos? 

En primer lugar, permitirnos las emociones difíciles como el estrés, la ansiedad, la apatía, la baja energía y la tristeza. Son emociones normales cuando realizamos un cambio tan brusco, del placer y el disfrute a las obligaciones y presiones del trabajo. Lo que empeora las cosas y hace más dura la vuelta es juzgarnos por sentir dichas emociones, decirnos que no es normal y que algo falla en nuestra vida, que deberíamos estar con mucha energía tras haber descansado en las vacaciones. Todos estos juicios, como digo, no ayudan, porque se basan en una falta de empatía y autocompasión hacia nosotros mismos. Tenemos derecho a sentirnos así, no pasa nada, no somos raros ni inadecuados. Simplemente, démonos permiso y aceptemos que son emociones pasajeras, normales ante un cambio así.

Lo segundo que a mí me sirve es darme un tiempo para hacer una transición suave de un entorno vacacional a un entorno de responsabilidades y trabajo. Es realmente complicado volver de la playa un domingo y empezar a trabajar al día siguiente o a los dos días. Es importante darnos unos días de transición, donde vayamos mentalizándonos del cambio, vayamos preparándonos para la vuelta y así no sea tan estresante. Lo ideal, en mi opinión, es tener una semana desde que volvemos desde nuestro último destino vacacional hasta cuando empezamos realmente a trabajar. En esa semana, debemos ir preparando suavemente la vuelta, sin presiones, haciendo pequeñas gestiones, empezando a mirar lo que nos espera el primer día y la primera semana de trabajo, pero sin entrar a mirar e-mails o documentos de trabajo.

Esa semana de transición nos sirve también para cumplir la tercera sugerencia: ir recuperando las pequeñas rutinas saludables que tenías antes de las vacaciones, o incorporar nuevas rutinas o hábitos positivos. Me refiero a comer de forma más saludable (en vacaciones es bueno darse permiso para salirse algo de la dieta habitual), retomar el deporte o la meditación si lo hemos dejado en vacaciones, o cualquier otro hábito que, además de mejorar nuestro bienestar psicológico y físico, nos ayude a tener la sensación de control, que es uno de los aspectos más positivos de los hábitos. Es la sensación de que en algunos ámbitos de nuestra vida, aunque sean pequeños, tenemos el control. En un mundo volátil, incierto y caótico como el que vivimos, esta sensación es un tesoro incalculable que mucha gente no valora en su justa medida. Para mí, es un elemento clave de la autoestima y la autoconfianza.

Finalmente, tómatelo todo con mucha calma, ten paciencia contigo mismo/a, trátate con autocompasión y date tus tiempos y tus espacios. Te lo mereces. Aplica la metodología del Kaizen, de la que he hablado muchas veces en este blog porque me apasiona y la aplico desde hace muchos años para lograr mis objetivos de manera firme y segura. El kaizen es aplicar cambios pequeños positivos a nuestra vida en lugar de grandes cambios. Los cambios pequeños, repetidos diariamente, producen auténticos milagros. Se trata de integrar la mejora continua sin grandes inversiones de tiempo, esfuerzo o dinero. El kaizen es un punto fundamental en la generación de hábitos positivos realmente duraderos. Si quieres profundizar en el kaizen, puedes leer este otro post de mi blog. Propósitos de nuevo año ¿Cuantos lo consiguen? 

Así que la vuelta de septiembre, tan temida, no tiene por qué ser tan terrible, aunque como he dicho, es normal que genere emociones difíciles que son normales, y que necesitamos aprender a aceptar y a gestionar. ¡Mucho ánimo en la vuelta! Estoy convencido de que con estas sugerencias vas a estar dando lo mejor de ti mucho antes de lo que piensas.

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

5 hábitos positivos para empezar bien el curso

Fotografía de Teresa Carril

¡Se terminó el verano! Muchas personas están llorando y lamentándose de lo corto que ha sido, de lo breves que han sido las vacaciones. ¡Y es verdad! Hemos tenido tiempo para descansar, desconectar, disfrutar y estar con nuestros seres queridos más tiempo del habitual. Y claro, ahora nos cuesta volver al trabajo, las obligaciones, etc.

Sin embargo, septiembre es un mes idóneo para replantearte determinadas rutinas o decisiones que no estaban aportándote nada positivo antes del verano. Si empezamos a tomar unas cuantas decisiones pequeñas pero importantes, empezaremos el nuevo curso con energía positiva y eso nos puede llevar a generar unos pequeños hábitos que harán que el curso sea realmente muy productivo y feliz. En este post recomiendo 5 hábitos saludables que pueden ayudarnos a tener más éxito y también más equilibrio emocional los próximos 10 meses. Si quieres, puedes repasar este post que escribí sobre las 4 claves fundamentales para generar hábitos positivos sostenibles

  1. Mejora tu alimentación. No imaginamos el impacto que tiene lo que comemos en nuestra vida. Es enorme. Influye en nuestro estado físico, en nuestra salud, en nuestro estado emocional y en nuestro rendimiento profesional. Y por favor, no hagas dieta, está demostrado por muchos estudios que las dietas no funcionan porque, tarde o temprano, volvemos a nuestro peso antes de la dieta. Esto es porque la dieta nos exige un cambio demasiado brusco y radical, y cuando hemos logrado el objetivo, nuestro cerebro se relaja y vuelve a caer en los malos hábitos. En lugar de ello, empieza muy poco a poco, tomando pequeñas decisiones como por ejemplo comer menos carne roja o carbohidratos refinados, o ir sustituyendo gradualmente el azúcar por un edulcorante natural como la stevia.
  2. Empieza a meditar. La meditación o mindfulness no sólo nos ayuda a manejar mejor el estrés y ansiedad de la vuelta a nuestra vida y trabajo. Ganamos foco, claridad mental, concentración, capacidad de disfrutar del momento presente y perspectiva, lo cual nos lleva a tomar mejores decisiones. El mindfulness es un entrenamiento para conocer cómo funciona nuestra mente, y en segundo lugar, para saber cómo focalizarla y llevarla a estados positivos de bienestar y equilibrio. Como en el resto de hábitos saludables, te recomiendo empezar muy poco a poco, sin ambición, con pequeños objetivos muy alcanzables. Por ejemplo, dedicar 5 minutos a sentarte cómodamente, cerrar los ojos y practicar mindfulness. En mi último libro «7 hábitos de mindfulness para el éxito» puedes aprender el método mindfulness así como las distintas técnicas que existen. En este post puedes leer un resumen de lo esencial del libro. Y si quieres, puedes comprarlo en este link: Comprar libro mindfulness
  3. Reserva tiempos de desconexión digital. La tecnología nos ayuda y nos facilita la vida. Genera más agilidad y eficiencia en el ámbito profesional. Sin embargo, para obtener sus beneficios necesitamos aprender a manejarla, para no convertirnos en esclavos tecnológicos. Cuando estamos enganchados demasiado tiempo al móvil (o a la tablet o al ordenador), nuestra mente se embota, pierde claridad y consciencia sobre nuestras prioridades y también dejamos de ser empáticos. Finalmente, tomamos peores decisiones profesionales y personales, y nuestras relaciones se deterioran. Por tanto, es imprescindible que empieces a dedicar pequeños momentos de tu agenda diaria a desconectar de toda conexión digital. Empieza poco a poco, se trata de ir generando pequeños hábitos sencillos.
  4. Vuelve a hacer ejercicio. Si no has abandonado el ejercicio físico durante el verano, enhorabuena. Pero si lo has hecho, es imprescindible retomarlo con fuerza. El ejercicio físico es tan importante como el tema de la alimentación. Influye en nuestra salud, en nuestro equilibrio emocional, y según muchos estudios científicos, ayuda a mantener nuestro organismo más joven, retrasando el envejecimiento, igual que una alimentación sana y adecuada. Tómatelo, como el resto de recomendaciones, con calma, ve realizando cambios graduales y pequeños, sin prisa ni presión. Esta es la clave para todos los hábitos saludables. No trates de hacer grandes cambios, sino ir incluyendo pequeñísimos cambios en tu rutina con el fin de ir consolidándolos.
  5. Ahorra e invierte un poco de dinero. La mayoría de las personas, o saben que no tienen un colchón financiero y eso les genera malestar y preocupación, o simplemente viven en un nivel de inconsciencia total. En cualquier caso, en un mundo en constante cambio, a cualquiera de nosotros nos puede suceder algo imprevisto que nos obligue a gastar una cantidad importante de dinero en efectivo (que nos despidan de la empresa, que perdamos nuestro cliente más importante, que necesitemos hacer un Master) y la mayoría de las personas no están preparadas financieramente ante estas coyunturas. Para evitarlo, es fundamental generar una rutina de ahorro (aunque sean 200 € al mes al principio) y de inversión, para que nuestro dinero no pierda valor por la inflación (si lo tenemos en el banco o debajo del colchón). Muchos expertos hablan de que deberíamos ahorrar un 25% de lo que ingresamos. Pero insisto, si no lo estás haciendo, empieza ahorrando una pequeña cantidad, y luego, poco a poco, ve incrementando la cantidad en la medida de tus posibilidades. Ahora lo importante no es tanto el importe, sino que generes un hábito positivo. ¿Y dónde invertir para que tu dinero vaya ganando valor y no perdiéndolo con los años? Es recomendable contratar a un asesor financiero que te oriente en función de tu perfil de inversor (más arriesgado o menos). En ese sentido, leí hace poco un consejo buenísimo de un gurú de la inversión. Recomendaba que te entrevistaras con tres asesores financieros, y luego contrataras al que menos hable en la entrevista.

Esto también lo aplicaría si estás pensando en contratar a un coach para lograr tus objetivos de vida o de carrera profesional. ¡Contrata al que menos hable!

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.