No te tomes nada personalmente

Acabo de leer un libro interesante: Los cuatro acuerdos, de Miguel Ruiz. Y me ha llamado la atención especialmente uno de los conceptos clave del libro: No te tomes nada personalmente. Ruiz dice que uno de los graves errores que cometemos todos, y que nos provoca mucho sufrimiento es tomarnos todo personalmente. Por ejemplo, si alguien nos dice algo en un tono de voz elevado, o nos critica, nos lo tomamos personalmente, reaccionamos con negatividad emocional y luego nos sentimos mal.

Lo que Ruiz dice es que no te tomes personalmente nada, y lo lleva al extremo. Si alguien te insulta, puedes tomar dos opciones: enfadarte, insultar a la otra persona, y comportamientos más agresivos. La otra opción es pensar: No es nada personal contra mí. Es un problema suyo, no mío. Porque el hecho de insultarme es porque esta persona tiene unas creencias y conceptos determinados sobre el mundo y sobre las personas, que le hacen comportarse así. Por tanto, es asunto suyo, no mío.

El caso extremo de insultar no debe cegarnos a una realidad absolutamente cotidiana. Por ejemplo, todos conocemos personas que nos desgastan energía, que sacan lo peor de nosotros, personas con las que reaccionamos de forma negativa, y que nos provocan culpabilidad después. Lo que hacen dichas personas es asunto suyo, no tuyo. Si te lo tomas personalmente, estás cayendo en su juego, estás dejando que dicha persona dirija tu comportamiento y emociones. Aunque no lo quieras reconocer, es así. El origen de todo esto es nuestro egocentrismo. Nos creemos demasiado importantes, y por eso nos tomamos todo personalmente.

Cuando alguien me dice: Es que esta persona me hace mucho daño con sus comentarios y con su comportamiento, entonces les pregunto: ¿De quién es asunto esto?, a lo cual no suelen saber la respuesta. La respuesta es: Es asunto de esta persona, no tuyo. Si haces caso de lo que dice o hace esa persona, si entras en su juego emocional, estás metiéndote en los asuntos de los demás, y como estás allí, no estás aquí para ti. Así que toda tu energía y recursos los inviertes en cambiar el comportamiento del otro, en lugar de invertirlo en tu comportamiento y emoción.

El 99% de las personas del mundo desarrollado juegan a juegos emocionales sutiles. Si no estás muy atento, no los verás, no los detectarás. Y entrarás en ellos como un toro entra al capote del torero. No te dejes manipular por los juegos emocionales de los demás, por el victimismo, no dejes que nadie te haga creer que eres una persona poco valiosa. Porque si lo haces, si te lo tomas personalmente, será responsabilidad tuya, no de ellos.

No eches la culpa a los demás de tu sufrimiento. Es asunto tuyo, igual que el comportamiento limitado y pobre de los demás es asunto de los demás. Cambia el chip y asume tu responsabilidad. Como dice Ruiz en su libro, sal del sueño…o mejor dicho, sal de la pesadilla y accede a la verdadera realidad, limpia y desnuda. La realidad está ahí, y ha estado siempre. Somos nosotros los que tenemos una venda en los ojos y no la vemos.

Si quieres quitarte la venda y empezar a vivir de verdad, a descubrir la mejor versión de ti mismo o de ti misma, a eliminar el sufrimiento, a alcanzar tus objetivos personales y profesionales, te recomiendo que contrates un coach. Es la mejor inversión que puedes hacer en tu vida. Un coach es un profesional que con su metodología te hace ver con claridad dónde están tus limitaciones y frenos, así como dónde están tus enormes recursos y cualidades.

JAVIER CARRIL. Coach. Visita mi web: http://www.zencoaching.es/
¿Has comprado ya mi libro «Zen Coaching. Un nuevo método para potenciar tu vida profesional y personal», ed. Díaz de Santos, 2008?

4 Comentarios

  1. Anonymous

    cuánto cuesta más o menos un coach?
    Creo que me hace falta…

    SALUDOS

    Responder
  2. http://interiorluminosoyreformado.blogspot.com/

    Una vez más, me regalas esta reflexión tan llena de sentido. Me llega especialmente porque, como bien dices, a todos nos viene enseguida a la mente esa persona que te roba la paz interior cada vez que interactúas con ella. Yo he aprendido a no desbordarme, a contener ese impulso de respuesta defensiva (verbal, gestual…) Me he reafirmado ante ella y, lo más importante, ante mí misma. Sin embargo, aún me resulta difícil en la práctica saber cuándo sí es preciso una respuesta, a pesar de que, en la teoría, lo veo claro.
    Gracias, Javier.

    Responder
  3. Anonymous

    ya he aprendido esta leccion ahora estoy intentando ponerla en practica que no me afecte, pero es dificil porque como bien dices nuestro ego a veces, muchas veces se apodera de nosotros. Pero poco a poco voy gandole la partida.

    un saludo y gracias

    Vicky

    Responder

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