En mi último post hablé de la importancia de guiarse por los valores en nuestras decisiones, en lugar de dejarse llevar por las emociones. Efectivamente, los valores deben guiar nuestro comportamiento y acciones, y son una brújula infalible que nos ayuda a centrarnos y equilibrarnos en cualquier momento.

Pero para poder guiarnos por nuestros valores, debemos realizar el ejercicio de identificarlos. Por mi experiencia como coach, el 98% de las personas nunca se lo ha planteado de forma concreta. No es de extrañar que la gran mayoría de las personas estén perdidas, descentradas, desequilibradas emocionalmente.

Yo hasta que no pasé por mi formación como coach tampoco me lo había planteado. Y con sinceridad, la primera vez que hice el ejercicio no fue definitivo. Fue la primera semilla que he ido abonando durante los últimos seis años, revisando mis valores, añadiendo algunos que no había tenido en cuenta la primera vez, e incluso añadiendo algún valor que me faltaba para lograr mis metas.

Un valor es lo que te mueve, lo que te hace actuar y decidir en una u otra dirección. Muchas veces el proceso es inconsciente. No sabemos que estamos actuando a través de ese valor. Y cada persona tiene sus valores. Es decir, no todo el mundo coincide en sus cinco primeros valores, ni siquiera coinciden en lo que significa para ellos cada valor.

Para mí hay varios valores fundamentales en mi vida: el amor, el coraje, el aprendizaje, el respeto y la pasión. Pero para ti pueden ser otros totalmente diferentes, y ser igualmente válido. Lo importante de identificar y jerarquizar tus cinco valores más importantes es, en primer lugar, potenciar tu autoconocimiento. Yo he descubierto de mí mismo muchísimas cosas, a través de repetir esta reflexión durante varios años. No sólo por tomar conciencia del impacto positivo en mi vida de tener esa jerarquía de valores, sino también de los aspectos limitadores de alguno de ellos. Porque aunque parezca extraño, los valores tienen su cara y su cruz, como todo en esta vida.

Por ejemplo, si uno de tus valores es la responsabilidad, puede ser muy positivo para alcanzar tus objetivos, para vivir con más realismo y equilibrio, para ayudar a los demás. Sin embargo, si ese valor lo llevamos al extremo, vamos a limitarnos gravemente. Si somos excesivamente responsables, creeremos que tenemos que estar en todas partes, que todos los problemas de los demás son responsabilidad mía, y seguramente voy a estar desbordado, atendiendo a demasiados frentes y ninguno de ellos con la atención necesaria. ¿Ves ahora cómo nos puede limitar llevar al extremo un valor que también puede tener aspectos positivos? Este es uno de los aprendizajes más importantes que podemos hacer.

Te animo a que comiences a plantearte este asunto vital. ¿Cuáles son tus cinco valores más importantes? ¿Cuál es el más importante de todos? El valor por el que me guío en la mayoría de mis decisiones. ¿Y el segundo más importante? Y así sucesivamente.

Después pregúntate qué significa para ti cada valor, cómo te ayuda en tu vida, y si te limita de alguna manera, por estar llevándolo al extremo.

Eso sí. No tengas prisa. Hazlo con tranquilidad, y vuelve a pensarlo y revisarlo varias veces durante los próximos meses, e incluso los próximos años. Porque posiblemente irás descubriendo aspectos y matices nuevos de ti mismo en este viaje de autoconocimiento. Bon Voyage!

JAVIER CARRIL. Coach. Visita mi web: http://www.zencoaching.es/

Autor de los libros DesESTRÉSate, Ed. Alienta, 2010…y Zen Coaching, un nuevo método para potenciar tu vida profesional y personal, ed. Díaz de Santos, 2008.