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Vivir sin arrepentirse de nada

El último post del año lo dediqué a introducir los enormes aprendizajes que obtuvo Bronnie Ware después de dedicar más de 10 años de su vida a cuidar a enfermos terminales. Bronnie escribió el libro «Los 5 principales arrepentimientos de las personas moribundas» y se convirtió en un éxito de ventas mundial. Repasemos brevemente las 5 principales razones por las cuales los seres humanos nos arrepentimos, algo que aprendió Bronnie con muchos de sus clientes, con los que llegó a entablar relaciones muy profundas.

  1. No haber mantenido el contacto con los amigos auténticos.
  2. No mostrarnos tal y como somos y no expresar nuestros sentimientos a las personas importantes de nuestra vida.
  3. Dedicar demasiado tiempo y energía al trabajo.
  4. Vivir la vida que esperan los demás de nosotros, no la que realmente deseamos.
  5. No darnos el permiso de ser felices, no darnos cuenta de que es una elección de cada día.

Sobre los dos primeros, puedes leer el post «Las 5 decisiones más importantes de nuestra vida» que publiqué hace un mes. En este post me centraré en los otros 3 arrepentimientos, siempre dándole la vuelta con el fin de extraer la decisión clave que necesitamos tomar aquí y ahora, no dentro de un mes ni dentro de un año. Porque la vida no nos espera, lo seguimos comprobando casi cada día. El problema es que creemos que todos vamos a vivir hasta los 80 o 90 años, y por eso no vemos la urgencia de tomar determinadas decisiones con total compromiso. Hasta que un día ya es demasiado tarde, ya no hay tiempo, y de ahí viene terminar nuestra vida de forma muy triste, arrepintiéndonos de no haber tomado determinadas decisiones. Así que en base a los arrepentimientos, veamos las otras 3 decisiones cruciales de nuestra vida:

  1. Mantener un equilibrio entre el tiempo dedicado a tu trabajo y el tiempo dedicado a tu vida personal. Mucha gente dedica demasiado tiempo al trabajo, a intentar lograr una carrera profesional exitosa, a ganar más dinero, etc. Y no hay nada malo en ello, siempre que no estemos sacrificando otros aspectos importantes de nuestra vida. Está claro que el tiempo es limitado, sólo tenemos 1440 minutos al día incluyendo el tiempo para dormir. Y si dedicamos muchas horas al trabajo, estaremos quitándoselo a nuestro tiempo personal para descansar, para nuestras aficiones, para estar con nuestra familia o amigos. Una de las cosas más importantes que he aprendido en mi vida es que si te obsesionas demasiado con un ámbito de tu vida, tu vida se desequilibra, y eso empieza a generarte problemas y agujeros por donde se te va la energía, la motivación y la felicidad. Por eso, una gran decisión es poner límites a tu trabajo. Bronnie tuvo más de un cliente al que le apasionaba su trabajo y por eso se volcó totalmente en él, y aun así, se arrepintió al final de su vida porque su relación con las personas más queridas se había deteriorado para siempre. Así que el hecho de que te encante tu trabajo no justifica el hecho de que desequilibres el resto de áreas vitales.
  2. Vivir la vida que realmente quieres, y no la que esperan los demás o la sociedad de ti. Es evidente que la sociedad en la que crecemos tiene sus reglas y creencias de lo que es una persona exitosa y una persona fracasada. Desde niños se nos va introduciendo sutilmente una programación mental que tiene que ver con lo que se considera correcto y lo que no, lo que está bien y lo que está mal, lo que es verdad y lo que es mentira. Y por supuesto, nunca llegamos a cuestionarlo y eso conlleva vivir acorde con una serie de ideas preconcebidas que muchas veces nos encierran en una prisión que nos hace realmente infelices. Por eso, es necesario tomar la decisión de ser valientes y no dejarnos influenciar por los demás respecto a la vida que queremos vivir, lo que queremos estudiar, en lo que deseamos trabajar, etc. Porque esa es nuestra vida, y es nuestra única vida. Tenemos derecho a elegir cómo queremos vivir. Pero muchas personas querrán cambiarnos, querrán moldearnos con sus rígidas ideas y expectativas, querrán que vivamos la vida que consideran mejor o incluso la vida que no pudieron vivir. No lo olvides, sigue a tu corazón a la hora de tomar las decisiones vitales importantes de tu vida. Por supuesto, escucha todas las opiniones y perspectivas, pero luego eres tú quien tienes que decidir tu camino, nadie más (ni tus padres, ni tu pareja, ni tus amigos ni nadie).
  3. Elegir ser feliz aquí y ahora, darte el permiso de ser feliz hoy, porque es una elección diaria que todos podemos tomar. Es habitual escuchar a todo el mundo quejarse de prácticamente todo, y también juzgar y criticar a los demás. Parece que nunca estamos satisfechos. Cuando llueve nos quejamos porque es incómodo, y cuando no llueve nos preocupamos porque hay sequía. Y así con todo. Cuando conseguimos un objetivo, inmediatamente pensamos en el siguiente. Y solemos perdernos el momento presente porque, o bien estamos dándole vueltas amargamente a un acontecimiento del pasado que ya no se puede cambiar, o bien estamos preocupados por algo que podría suceder en el futuro pero que normalmente no llega a suceder. Todas estas tendencias provienen de nuestra mente limitada, que nos tortura constantemente con su tremenda negatividad y miedo, lo cual nos lleva a vivir una vida pobre y miserable, aunque tengamos sobrados motivos para sentirnos agradecidos y felices. Las personas antes de morir adquieren una sorprendente y repentina sabiduría, y se dan cuenta de este cotidiano amargor absurdo en el que está sumergido el ser humano. Por eso, es importante que tomes la decisión (porque sí, es una decisión personal) de ser feliz ahora mismo, no cuando tus hijos se independicen o tengan un trabajo estable, no cuando te jubiles, no cuando tengas más dinero, no cuando te hagan jefe ni cuando ganes la lotería. Date el permiso de ser feliz ahora mismo, elige la gratitud por las pequeñas cosas cotidianas hoy y cada día del resto de tu vida.

Vivir una vida plena y llegar al final de nuestra existencia sin arrepentirnos de nada es difícil aunque posible. Podemos aprovechar las lecciones que nos han dado las personas que han compartido su vulnerabilidad y sus arrepentimientos, para no repetir sus errores. Ese es su legado, y es nuestra responsabilidad aprovecharlo. Te invito a poner en práctica esta semana las 3 decisiones vitales de este post, con las siguientes preguntas:

  • ¿Dedicas demasiado tiempo a tu trabajo? ¿Te gustaría tener más tiempo para tus hijos, o para estar con tu pareja, o simplemente para cuidarte, para hacer más deporte o para tus aficiones? Entonces es momento de empezar a poner límites. Comienza a salir media hora antes de tu trabajo todos los días, y poco a poco ve adelantando la salida para ir dedicando más tiempo a otras facetas de tu vida. Trabaja para vivir, no vivas para trabajar. Aunque te encante tu trabajo.
  • ¿Estás trabajando en lo que realmente te apasiona? ¿Te gustaría formarte en una vieja pasión olvidada? Nunca es tarde, puedes empezar a vivir la vida que realmente quieres, no la que los demás te han impuesto sutilmente. Apúntate a un curso de una actividad que te motive (baile, teatro, coaching, pintura, etc.)
  • ¿Sueles perderte en preocupaciones por lo que pueda pasar en el futuro? ¿Te sientes irritable o con ansiedad en tu día a día? Una de las prácticas demostradas más efectivas para disfrutar más el momento presente es la meditación mindfulness. Ahora tienes una oportunidad única porque estás a tiempo de inscribirte al curso MBSR de mindfulness, ya que empezamos el 24 de enero y aún hay plazas (en el siguiente párrafo tienes un link con información detallada). Si te interesa, puedes apuntarte al webinar gratuito de presentación del curso el 17 de enero a las 19 h. escribiendo un e-mail a carmen.celemin@execoach.es

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

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Las 5 decisiones más importantes de tu vida

Bronnie Ware tenía una pasión: la música. Quería dedicar su vida a componer canciones e interpretarlas para su público. Pero en su camino se topó algo que transformó completamente su vida y la hizo famosa en todo el mundo. Como su carrera musical no acababa de arrancar y necesitaba dinero para sobrevivir, decidió aceptar un trabajo como cuidadora de una persona mayor, y como la agencia se quedó muy satisfecha con su trabajo, la empezaron a llamar de manera continua para trabajar de cuidadora de numerosas personas mayores que tenían una alta dependencia y a las que les quedaba poco tiempo de vida. Y poco a poco fue especializándose cada vez más, hasta que dedicó más de diez años de su vida a cuidados paliativos.

Como decía, esta experiencia cambió totalmente su perspectiva de la vida, la transformó como ser humano y la hizo famosa, ya que empezó a compartir en su blog personal todos los aprendizajes y lecciones que recibió de las personas moribundas. El blog recibió millones de visitas hasta que decidió publicar un libro autobiográfico donde se centró especialmente en los años que dedicó su vida a cuidar a las personas que estaban a punto de morir y las lecciones vitales esenciales que había aprendido de ellas. El libro «The top 5 regrets of the dying» (Los 5 principales arrepentimientos de las personas moribundas) se convirtió en un best-seller mundial.

Hace poco terminé de leerlo y el libro es impresionante. Creo que todo el mundo debería leerlo para poder vivir una vida más plena y satisfactoria, porque tal y como le sucedió a la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross, que también dedicó su vida a atender psicológicamente a enfermos terminales, las lecciones más importantes de su vida las aprendió directamente de las personas que estaban a punto de morir.

Aunque resulte paradójico, parece que cuando vemos inminente nuestra muerte accedemos a una conciencia profunda de lo que realmente es importante, una sabiduría que sin duda existe dentro de nosotros pero a la que, por algún motivo extraño, nos cuesta mucho acceder en nuestra vida, llena de estrés, inconsciencia y falsas expectativas, en la que ponemos el foco en aspectos superficiales y materiales que creemos que nos van a dar la felicidad y sin embargo nos la arrebatan. Si en esos momentos finales de nuestra vida nos damos cuenta de que no hemos honrado y dedicado tiempo a esos aspectos importantes de la vida, surgen los lamentos y arrepentimientos, que son profundamente dolorosos y no permiten a las personas morir en paz.

Basándome en los 5 principales arrepentimientos de los seres humanos antes de morir del libro de Bronnie, hay 5 decisiones vitales que necesitamos tomar para evitar el dolor de lamentarlo cuando ya sea tarde. Y necesitamos tomar dichas decisiones hoy, aquí y ahora, no mañana o el próximo mes o dentro de dos años. Porque como dice Bronnie, la vida no nos espera. Pensamos erróneamente que vamos a vivir muchos años, al menos hasta los 80 o 90 años, y seguramente algunos de nosotros viviremos muchos menos años, o incluso puede que dentro de un mes hayamos dejado de existir (una verdad que hemos comprobado dolorosamente a causa de la pandemia del coronavirus). Y para entonces ya será tarde. Así que la decisión es ahora.

En este post voy a detallar sólo 2 de las 5 decisiones esenciales, para no extenderme demasiado, y abordaré las otras 3 decisiones vitales en el post de enero. Vamos con las dos primeras decisiones:

  1. Mantener el contacto con tus amigos auténticos. A medida que van pasando los años solemos descuidar las relaciones personales importantes, es decir, los amigos de verdad. Y al final de la vida nos sentimos solos, arrepintiéndonos de no haber dedicado tiempo y compromiso a mantener nuestras amistades. Bronnie hace una reflexión para mí esencial: no se trata de mantener las muchas relaciones que todos tenemos con conocidos a los que llamamos erróneamente amigos. Esas relaciones nos aportan poco, simplemente socializar y divertirnos un rato, pero no son auténticos amigos. A lo que se refieren los enfermos terminales es a cuidar y mantener unas pocas amistades que son las verdaderas, con esas personas con las que tenemos conversaciones auténticas, a las que mostramos nuestra vulnerabilidad, amigos que estarían dispuestos a acudir inmediatamente en caso de que les pidiéramos ayuda o apoyo. Piensa en cuantos amigos de esa clase tienes. Seguramente se pueden contar con los dedos de una mano o como mucho con las dos manos. Si piensas que tienes 50 o 100 amigos auténticos, te estás engañando y tienes una idea de la amistad bastante errónea y superficial.
  2. Mostrar tu auténtico yo y expresar tus sentimientos a las personas importantes. Otro arrepentimiento muy habitual en las personas antes de marcharse de este mundo es que no se han mostrado tal y como son a sus hijos, pareja o amigos. En ocasiones no les han demostrado su amor o sus sentimientos con una simple frase como «Te quiero» o «Estoy muy orgulloso de ti». El principal motivo es el miedo a sentirse vulnerables, a ser heridos al mostrarse tal y como son. Pero si queremos vivir una vida plena y no lamentarnos al final de nuestros días necesitamos ser valientes y vencer las barreras educacionales y sociales que nos impiden mostrarnos como somos, con nuestros defectos y virtudes, y expresar lo que sentimos, ya sea rabia, tristeza, miedo, orgullo o alegría. Debemos quitarnos las máscaras con las que nos protegemos pero que finalmente nos impiden conectar profundamente con nuestros seres más queridos. Así que no lo dejes para mañana ni para una ocasión propicia. Recuerda, la vida no te espera. Empieza a expresar tus sentimientos y necesidades a las personas importantes de tu vida, comienza a mostrarte vulnerable, auténtico, humano. Tú, tal como eres. Diles lo mucho que les quieres a las personas más importantes (tu hijo, tu marido, tu esposa, tu madre, tu hermano…), no des por sentado que ya lo saben, porque no es así.

En el próximo post, que publicaré en enero, abordaré las otras 3 decisiones vitales fundamentales de nuestra vida, que son:

  1. Mantener un equilibrio entre el tiempo dedicado a tu trabajo y el tiempo dedicado a tu vida personal.
  2. Vivir la vida que realmente quieres, y no la que esperan los demás o la sociedad de ti.
  3. Elegir ser feliz aquí y ahora, darte el permiso de ser feliz hoy, porque es una elección diaria que todos podemos tomar.

Te espero en enero para compartir contigo en detalle en qué consisten estas 3 decisiones y cómo hacerlo. De momento, te animo a que tomes hoy mismo acciones relacionadas con las dos primeras decisiones, por ejemplo:

  • ¿Qué puedes hacer hoy para seguir conectado/a con algún amigo o amiga especial? Quizá una llamada telefónica para poneros al día, o directamente quedar con ella para un café.
  • ¿A qué persona importante de tu vida te gustaría mostrarte tal y como eres, sin máscaras, hoy mismo? ¿A quién querrías decirle lo mucho que la quieres o lo orgulloso/a que estás de ella?

La vida se va en un suspiro, y no podemos permitirnos el lujo de perder el tiempo ya que la felicidad está esperándonos en cada momento, en cada rincón, en cada respiración.

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y autor de 5 libros.

Lista de cosas para dejar de hacer

Vivimos en un mundo de hacedores humanos. Nos pasamos el día haciendo mil cosas a toda velocidad, sin pararnos un momento a descansar, a tomar conciencia de qué estamos haciendo, de cómo lo estoy haciendo, o para qué. Como no nos da tiempo, caemos frecuentemente en la multitarea, que genera improductividad y una degradación de nuestra atención y concentración, y por tanto, un deterioro de la calidad de nuestro trabajo o ejecución de tareas. Además, esa actitud nos estresa y genera ansiedad, además de destruir lentamente nuestra autoestima y autoconfianza.

Es como una carrera sin fin, una huida hacia adelante de nuestro ser. Porque como dice la maestra Zen Ginny Whitelaw, autora del libro «El líder Zen», cuanto más estamos en el «hacer», menos estamos en el «ser».

¿Realmente son tan importantes las tareas y actividades a las que dedicamos nuestro valiosísimo tiempo diario? Desde luego que no. Al contrario, la mayoría de ellas son bastante superfluas, por no decir estúpidas. Derrochamos el tiempo con actividades que no nos aportan nada positivo. Y convenzámonos de una vez por todas: no hay tiempo para hacer todas las cosas que queremos. El tiempo es limitado, sólo tenemos 1440 minutos cada día, y no son recuperables.

Jim Collins, autor del excelente libro «Empresas que sobresalen», propone una idea genial: confeccionar una lista de cosas para dejar de hacer. La idea surgió porque uno de sus asesores le hizo la siguiente pregunta:

«Imagina que te han diagnosticado una enfermedad rara e incurable, y que sólo te quedan 10 años de vida. ¿Qué harías de otra manera? Y concretamente. ¿Qué dejarías de hacer?»

A Jim le pareció una idea asombrosa y poderosa, y desde entonces, todos los años redacta una lista de cosas para dejar de hacer. ¿No es genial? Todos necesitamos realizar este ejercicio de reflexión, porque la sociedad y nuestra educación nos llevan, sin darnos cuenta, a una vida basada en el hacer y el resultado final,  y no en el ser ni en el proceso. Por eso, es tan habitual que no nos permitamos ni cinco minutos de «no hacer nada», lo cual es tremendamente reparador y mentalmente muy sano.

Te sugiero, por tanto, que en primer lugar te imagines que vas a morir dentro de 10 años. Dijo Steve Jobs que «la muerte es el mejor invento de la vida», en su famoso discurso de Stanford. Y es verdad. Porque nos quita toda la tontería que llevamos encima, y nos proporciona la adecuada perspectiva darnos cuenta de la poca importancia que tienen las cientos de actividades y tareas que realizamos en el día. Nos da la perspectiva para vivir la vida con mayúsculas, aprovechando cada minuto con plenitud.

Con esa perspectiva de que tu tiempo es limitado (que es totalmente cierto), empezarás a discriminar, y a eliminar tareas poco importantes. Pero hay que atreverse. Porque los demás están acostumbrados a vernos en el modo multitarea, sin parar, sin descansar. Y de pronto van a desconfiar de un cambio tan profundo. Pero es cuestión de tiempo, de reeducar a los demás, incluso diría de influenciarles mediante el ejemplo personal. Algunas tareas clásicas de este listado de cosas para dejar de hacer podrían ser:

– Ir a reuniones de trabajo o compromisos sociales que no te aportan nada.
– Ver la TV por inercia, simplemente para no tener que pensar.
– Leer los 150 e-mails que recibes cada día. ¿Es realmente necesario? Un 80% de ellos no son importantes, recuérdalo.
– Hacer un montón de tareas que podrías delegar o simplemente, no hacer y no pasaría nada.
– Trabajar 10 o 12 horas diarias. ¿Para qué?
– Ir a hacer deporte a toda prisa, con estrés, para volver corriendo a la oficina.
– Comer un sandwich de máquina en 10 minutos para seguir trabajando y terminar todo lo pendiente.
– Y en casa, si quisiéramos, podríamos estar haciendo cosas las 24 horas: limpiar, ordenar, arreglar, recolocar, etc.

Si nos comprometemos con el listado de cosas para dejar de hacer, y vamos tachando tareas y cosas de la lista, nos daremos cuenta de que «no pasa nada», y nos reíremos cariñosamente de nosotros mismos, de nuestra ingenuidad (creer que todo era tan importante y crítico, qué estupidez!). Y sentiremos una claridad mental y una libertad hasta entonces desconocidas. Lo digo por experiencia propia.

Empieza a escribir tu listado personal. También lo puedes llamar el listado de tus escapes de energía, es decir, todo lo que haces y te quita energía en el día a día, tanto en tu trabajo como en tu vida personal. Jim Collins dice en su libro que desde que empezó a hacerlo, lo ha repetido cada año. Porque cada año cambian mucho las cosas, surgen nuevos desafíos y problemas, y debemos revisar y actualizar el listado. Siempre con el objetivo de asegurarnos de que estamos dedicando nuestro tiempo y energía a lo que realmente merece la pena, a lo que nos aporta algo valioso, a lo que contribuye a que vivamos una vida más plena y feliz. Y sobre todo, para conectar con nuestro Ser, del que nos hemos ido alejando desde hace muchos, muchos años. Y por eso hemos perdido nuestra motivación, nuestra energía y nuestra ilusión de antaño. La buena noticia es que tu Ser sigue ahí, esperándote a que dejes de empantanarte con miles de tareas inútiles que te alejan de ti mismo y de tu potencial.

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor.

Cómo identificar y poner foco en lo verdaderamente importante

Cada día compruebo cómo la mayoría de las personas dedican su atención, tiempo y energía a cosas poco importantes, banales, sin sentido. Y me pregunto ¿Por qué? Por más que lo pienso, me resulta una actitud totalmente irracional, por 4 motivos:

– No nos sentimos felices con esta forma de actuar.

– En el fondo, sabemos lo que es importante.

– En el fondo, también sabemos qué necesitamos cambiar.

– La vida es muy corta, somos mortales, y por tanto nuestro tiempo está limitado.

El problema es que solemos emplearnos en acciones que nos den satisfacción o rendimiento a corto plazo, o bien en acciones que sean fáciles o rápidas de realizar. Nos convencemos a nosotros mismos de que son cosas que “hay que hacer” y además, que es mejor quitárnoslas de encima para poder abordar después las cosas verdaderamente importantes de nuestra vida.

Sin embargo, qué paradoja, nos pasamos así semanas, meses, años de nuestra vida. Y con ese círculo vicioso nunca llegamos a emplear nuestra energía y tiempo en afrontar los retos realmente importantes. Y yo me pregunto: ¿Por qué, si son tan importantes esas decisiones o acciones pendientes,  las vamos aplazando o posponiendo una y otra vez?

Los objetivos y actividades importantes son difíciles, complejos, requieren que yo cambie determinadas actitudes o juicios que tengo, o requieren de mí un esfuerzo especial, y como ya estoy cansado de hacer las millones de tareas inútiles y absurdas del día a día, no me quedan fuerzas para afrontar lo importante. ¿Te suena?

El otro motivo de que no hayas cogido el toro por los cuernos aún es porque hagas lo que hagas ahora, no vas a recibir rendimiento o beneficios hoy, ni mañana, ni probablemente el próximo mes. Lo más seguro es que, si es una acción importante, te proporcione beneficios o satisfacción en un medio o largo plazo, rara vez a corto plazo. De hecho, cuanto más a largo plazo sea el beneficio, más importante es esa tarea o acción.

Por último, los grandes logros sólo se alcanzan repitiendo una y otra vez una acción, decisión o conducta. No se puede alcanzar la cima de una montaña dando el primer paso, por muy grande que haya sido dicho paso.

Así que las 3 claves para identificar lo realmente importante de tu vida, esas acciones, tareas o actividades a las que debes dedicar tu energía y tiempo, son:

– Las actividades o tareas que te van a proporcionar un beneficio en el largo plazo.

– Las tareas o acciones difíciles, que requieren esfuerzo o cambios en tu forma de pensar o actuar.

– Las tareas o actividades que necesitan realizarse repetidas veces, de forma regular, durante un tiempo largo para lograr resultados.

Si analizas estas 3 claves, te darás cuenta de que hay muy pocas cosas verdaderamente importantes en tu vida. Tal vez dos o tres retos, metas o actividades, a las que poner foco y energía. Si identificas muchas, entonces te estás equivocando, y vas a entrar en el síndrome del “Todo es importante y urgente”. No te engañes, simplifica y quítate de encima la basura, y pon el foco en lo realmente importante. Tu vida dará un cambio radical en muy poco tiempo.

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JAVIER CARRIL. Conferenciante, Coach y escritor. http://www.javiercarril.com

 

Hoy tienes todo el tiempo del mundo

Hace un par de semanas me entrevistaron en el programa  de RNE “Viaje al centro de la noche” sobre la importancia de “perder el tiempo”. Si quieres escuchar mi intervención, pincha en Entrevista radio.Empieza en el minuto 29.40.

Un par de días después, mientras escuchaba el programa completo, me gustó descubrir una canción antigua de Manolo Otero que pusieron y que nunca había oído (mismo link, minuto 26.46) Empieza así:

“Hoy tengo tiempo. Tengo todo el tiempo del mundo…para pensar en nosotros, para pensar en ti y en mí…y en todas las pequeñas cosas que nos rodeaban y que entonces no comprendí….”

Quizá parezca una tontería, pero escuchando esta canción sentí una sensación de abundancia, de plenitud, y sobre todo de alivio. Sí, de alivio. Porque el mensaje que recibo permanentemente en la sociedad de hoy es: “No tengo tiempo”. Nadie tiene tiempo para nada, nadie te escucha de verdad, todo el mundo va corriendo de aquí para allá, sin rumbo, sin dirección, sin foco. Es algo que experimento a diario, a través del contacto que tengo con cientos de directivos por mi trabajo como coach y conferenciante. Y la sensación es asfixiante, estresante y desesperanzadora.

Por eso, esta canción me devolvió de forma experiencial a la auténtica realidad: que efectivamente tenemos mucho tiempo, si queremos. Tenemos todo el tiempo del mundo para lo realmente importante de nuestra vida, si lo elegimos así. Eisenhower decía que hay muy pocas cosas importantes, y tenía toda la razón. Por eso, si consiguiéramos abstraernos de tanto ruido y pudiéramos tener una total claridad mental, nos daríamos cuenta de cuanta verdad hay en la frase: “Tenemos todo el tiempo del mundo”.

Piensa un momento en qué harías si de verdad estuvieras convencido de que hoy tienes todo el tiempo del mundo. ¿Qué pasaría en tu vida? ¿Cómo actuarías? ¿Cómo te sentirías?

Tal vez te darías la oportunidad de escuchar con tus cinco sentidos a tu hija, o de hablar sin prisas con tu pareja (apagando el televisor), o tal vez te sentirías mucho menos tenso y con mejor humor de lo habitual. Probablemente te permitirías bromear y reir, o disfrutar de tu música favorita. En definitiva, se abre un enorme abanico de posibilidades nuevas y maravillosas. Así que ¿Por qué no recordarnos a cada instante la frase: tengo todo el tiempo del mundo?

Haz la prueba. Decide hoy que, pase lo que pase, tienes todo el tiempo del mundo. Tómate las cosas con más calma, con más atención, haz todo con más cuidado, con más mimo. Y siente la libertad que da elegir tu tempo, tu ritmo, y no el que te imponen los demás.

JAVIER CARRIL. Coach, conferenciante y escritor. Visita mi web: http://www.zencoaching.es/
Autor de los libros Cuentos para adultos que quieren ser felices (Descárgatelos aquí) DesESTRÉSate, Ed. Alienta, 2010…y Zen Coaching, un método para potenciar tu vida profesional y personal, ed. Díaz de Santos, 2008.